Me propongo exponer numerosas vivencias sobre los padecimientos que tenemos las mujeres a causa del aborto clandestino. Conozco la situación de las mujeres más humildes de la Provincia de Buenos Aires que hoy están luchando por trabajo digno y por evitar la precarización de sus vidas y de sus barrios. Estas luchadoras que hace más de dos años vienen haciendo ollas populares y movilizaciones, que hace pocos días también salieron a la calle para enfrentar las políticas de ajuste del FMI, son el último orejón del tarro para este gobierno, y para todos los Estados. Estas, las mujeres más humildes, son las mismas que mueren por abortos clandestinos.
Por esto decimos que la lucha por el aborto legal es una lucha por la justicia social. Y la solución debe darse desde la política. El aborto es un hecho social, está sucediendo ahora, mientras nosotres debatimos. Necesitamos quitar la hipocresía de la mesa y despejarnos de imaginarios morales o religiosos sobre el tema.
Cada año practican entre 460.000 y 600.000 abortos clandestinos. En nuestro país, desde la recuperación de la democracia, son 3 mil las mujeres que han muerto por abortos clandestinos. Y, como sabemos, las que mayormente mueren son las que no pueden pagar “los mejores servicios” para interrumpir el embarazo en el sector privado. El aborto no sólo existe en la Argentina, sino que es un negocio.
Con respecto al aborto no punible, que ya es legal en nuestro país, sólo 9 de las 24 provincias poseen protocolos de atención de los abortos no punibles. Otras ocho dictaron protocolos que incluyen requisitos que dificultan -en vez de facilitar- el acceso, entre las que se encuentran la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. Una creería que siendo una provincia gobernada por una mujer, tendría más sensibilidad con nuestras reivindicaciones y necesidades. Sin embargo, la actual gestión no ha ejecutado ni una medida en favor de solucionar las problemáticas que vivimos las mujeres, en materia de salud, trabajo y educación.
Por último, nueve provincias no han dictado protocolo alguno. Es decir, más de la mitad de las jurisdicciones del país aún no cuenta con una normativa que asegure, de modo efectivo, el ejercicio de un derecho que las mujeres tenemos desde 1921.
Mientras no garanticemos el acceso legal, seguro y gratuito a la interrupción voluntaria del embarazo no deseado en todo el país, el Estado es responsable directo de esas muertes por dejar al libre mercado administrar la oferta y la demanda, el costo de nuestras vidas y la explotación de nuestra libertad. Quienes no estén a favor de legislar por la legalización del aborto, hoy están a favor del aborto clandestino con lo que eso implica.
Diputados y diputadas: esto es una cuestión política. Votar en contra de este proyecto es no estar a la altura de los desafíos que propone la historia. Serán recordadxs de la misma forma que se recuerda a lxs parlamentarixs que discutían el peso del cerebro de la mujer, para oponerse a que se le reconozca su derecho al voto. Si escuchar esto hoy les parece una locura; no sean parte de ese tipo de relatos dentro de diez años.
A lxs que piensan votar en contra, les pido que se abstengan. ¿Cómo pueden votar en contra, argumentando que sólo la educación es la respuesta, mientras se cierran escuelas y se les baja el sueldo a las maestras y profesoras? ¿Cómo pueden votar en contra aludiendo que la única respuesta es la anticoncepción, mientras se desfinancian los hospitales públicos y se vacían las salitas de atención primaria? ¿Cómo pueden votar en contra sabiendo que un aborto clandestino hoy cuesta más de 30 mil pesos y la tasa de desocupación en la Argentina es más alta en las mujeres que en los varones?
Al Peronismo, le recuerdo que Evita nos legó que “donde hay una necesidad, nace un derecho” y esa es la bandera que nos llevó a constituir las transformaciones en la Argentina, logrando hacer ingresar en la política pública las reivindicaciones de género que parió nuestro movimiento de mujeres. Se logró la igualdad política con la sanción del voto femenino, con la Constitución de 1949, se garantizó la Ley de divorcio, la igualdad jurídica de lxs cónyuges y la patria potestad compartida. También se logró aprobar la identidad de género y el matrimonio igualitario. El aborto es una deuda de la democracia, pero también es una deuda para el peronismo que no lo garantizó. Les pedimos saldar esa deuda con las mujeres: todo el peronismo debe votar a favor y los que no estén de acuerdo, que se abstengan. Pero hagan honor a nuestras banderas.
Al oficialismo, quiero explicarle que las reivindicaciones feministas no son un reordenamiento de consignas de marketing. Desde que el PRO asumió se ha reducido la financiación para políticas de género, se ha desarticulado el Programa de Salud Sexual Integral en la Provincia de Buenos Aires, se ha frenado toda implementación de la Ley Nacional de Violencia y la Ley Nacional de Educación Sexual Integral. ¿Cuándo van a dar prueba de que realmente tienen voluntad de mejorar nuestras vidas si hasta ahora han hecho todo lo contrario? Voten a favor o absténganse, pero dejen de usar al movimiento de mujeres para hacer campaña mientras nosotras nos quedamos sin trabajo, somos asesinadas o morimos a causa de abortos clandestinos.
No queremos más un Estado que nos criminalice, un sector privado que nos explote y una sociedad que nos juzgue.
Tenemos derecho al goce, al orgasmo y a la sexualidad sin consecuencias punitivas.
Por eso necesitamos una ley que nos libre de la obligación de maternar ante un embarazo no deseado, como también necesitamos un sistema que garantice el acceso al parto respetado y a una vida con dignidad y justicia social.
Para finalizar, decirles que el feminismo es una revolución cotidiana que ya ha comenzado. Por eso, votar a favor es comenzar a torcer la historia de la opresión.
Mientras ustedes deliberan, el movimiento de mujeres, lesbianas, trans e identidades disidentes seguirá luchando para conquistar derechos hasta que la igualdad se haga costumbre. Para lograr que la política no sea sólo una herramienta para ganar elecciones, sino la herramienta para cambiar nuestras vidas.
3000 compañeras muertas por aborto clandestino Presentes, ahora y siempre.
Fuentes:
Informe conjunto: examen periódico universal de Argentina. Evaluación de tercer ciclo. Acceso al aborto en argentina, 2017. Este informe fue elaborado conjuntamente por distintas organizaciones del país: Abogados Y Abogadas del NOA en Derechos Humanos y Estudios Sociales (ANDHES), Asociación Católicas por el Derecho a Decidir- Argentina (CDD), Asociación Lola Mora, Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Centro de la Mujer (CEDEM), Centro de Intercambio y Servicios Cono Sur Córdoba (CISCSA), Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM-Argentina), Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (INSGENAR), Lesbianas y Feministas por la descriminalización del aborto, Mujeres por Mujeres, Mujeres Autoconvocadas de Trelew, Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires (OVG).