Gracias Norma Cuevas, mamá de Ana María Acevedo, y gracias Florencia de la V, hija de Sabina Baez, por contarles a los diputados y diputadas sus dolorosas historias personales. Con ellas van todas las mujeres que nosotras hemos visto sufrir y morir en un hospital público a causa de un aborto inseguro. No queremos más ser parte de un Estado femicida que lo único que les ofrece a las mujeres es una cama de hospital para ir a morirse solas, maltratadas y llenas de culpa.
¿Qué pasaría si abrimos las puertas del sistema de salud antes? Antes de la muerte, antes de la infección, antes de la desesperación que experimenta una mujer que necesita abortar cuando le cierran todas las puertas.
Vengo a contarles qué es lo que objetivamente sucede cuando una mujer en nuestro país accede a un aborto legal, seguro y gratuito en el primer trimestre de gestación. Para esto voy a basarme en mi experiencia de trabajo en un Centro de Salud público en el que desarrollamos un modelo de atención al que denominamos: “Atención a la mujer en situación de aborto”. Fui parte de este Servicio desde el 2006 al 2016, período en el que atendimos a 780 mujeres.
Voy a organizar la exposición en dos partes:
- Primero voy a describirles brevemente el Modelo de atención.
- En segundo lugar, voy a mostrarles algunos resultados de la aplicación de este modelo basados no solo en mi experiencia sino también en un trabajo de investigación que realizamos en el mismo servicio con apoyo del Ministerio de Salud de la Nación, en el marco de las becas Salud Investiga.[1]
¿Qué es lo que hacemos?
Lo que hacemos está orientado por un objetivo sanitario: prevenir la morbi-mortalidad de mujeres y personas con capacidad de gestar a causa de un aborto inseguro.
Construimos un “Modelo de atención” sostenido en los siguientes pilares:
- la accesibilidad al sistema de salud,
- el respeto por la decisión de cada mujer. Sea cual sea: interrumpir un embarazo o continuarlo. Porque reconocemos que la mujer es el único sujeto social ético legitimo para decidir si un embarazo se transforma en un hijo o no.
- Principios bioéticos: respeto por la autonomía de las mujeres, justicia, beneficencia y no maleficencia, y respeto por la dignidad de las personas.
La atención comienza con una consulta inicial. Donde se escucha a la mujer, su motivo de consulta. Si la mujer ya viene decidida a interrumpir el embarazo nos limitamos a respetar su decisión y a pasar a la certificación de causales. Si viene con dudas le ofrecernos un espacio donde ella pueda hacer preguntas, sopesar sus razones, deseos y tomar su propia decisión. La posición del equipo de salud respecto de la decisión de la mujer es siempre neutral.
En el caso que decida interrumpir, se realiza la atención: preaborto: ecografía, anamnesis.
Se explica cómo funciona el misoprostol, se anticipan los síntomas físicos que va a tener para que no se asuste, se explica que el tratamiento no tiene consecuencias negativas sobre su fertilidad futura.
Se provee el misoprostol, se dan analgésicos para manejar el dolor en el momento de la interrupción. Se le brindan pautas de alarma. Se cita para el control post aborto. El tratamiento se realiza de manera ambulatoria en la casa.
En el control post aborto: Se escucha a la mujer, se realiza una ecografía de control para descartar un aborto incompleto. Se ofrecen métodos anticonceptivos. Si elijen las pastillas y se le dan en la primera consulta para que comience a tomarlas con el primer sangrado. Si elige el DIU y se coloca en el post aborto inmediato.
Todo el proceso de atención lleva entre tres y cuatro consultas.
Los resultados
- No tuvimos ninguna complicación post aborto.
- Las mujeres llegan antes. El 85 % de nuestras usuarias estaban en el primer trimestre de gestación, es decir en condiciones de interrumpir el embarazo de forma ambulatoria, con misoprostol y sin riesgos.
- El aborto, aunque les sorprenda a muchxs, pasó a ser una práctica de salud técnicamente sencilla.
- De esta manera la experiencia de abortar no es traumática, ni genera estrés post traumático.
- De esta manera evitamos los abortos forzados (involuntarios) y los daños descriptos a la salud mental de la mujer por trauma post aborto. Al contar con una entrevista inicial centrada en la decisión de la mujer si se detectan situaciones de coerción hacia las mujeres, se interviene para que ninguna mujer sea obligada a abortar ni a continuar un embarazo que no quiere.
Tomando los resultados de la investigación donde se realizaron entrevistas en profundidad a mujeres usuarias de este servicio, encontramos que todas coincidieron en que la decisión de abortar había sido una decisión difícil de tomar, pero que resolvió el conflicto que las angustiaba: estar embarazadas y no querer o no poder estarlo.
Ninguna asoció la decisión de abortar como algo traumático en sí mismo o con consecuencias traumáticas sobre su subjetividad.
Desde la perspectiva de las mujeres el aborto fue un evento que les permitió recobrar su salud, anteriormente desequilibrada por el embarazo.
Luego del aborto las mujeres refirieron sentirse muy sensibles, pero aliviadas y tranquilas, algunas refirieron bienestar físico y emocional.
La mayoría reinició sus actividades habituales a los tres días de la interrupción, sintiéndose recuperadas físicamente. Casi todas retomaron su actividad sexual a las tres semanas del aborto y no notaron cambios en ellas.
En nuestro país hay muchas de estas experiencias, pero no son suficientes. En Argentina los abortos fueron y siguen siendo traumáticos para todas las clases sociales. Queremos ofrecer a todas las mujeres abortos humanizados.
Como Red de profesionales solicitamos de forma urgente un Plan Sanitario Nacional de reducción de la morbi mortalidad x aborto inseguro. Sabemos cómo hacerlo y nos ponemos a disposición para llevarlo adelante.
Sin acceso gratuito al misoprostol, mifepristona y AMEU no hay aborto seguro para todas. No alcanza con el debate, no alcanza con la despenalización. Necesitamos la Ley.
[1] Publicado en Perspectivas Bioéticas, Año 18, Nº34, primer semestre de 2013, pp.75-93. FLACSO Argentina.