La puntana del Frente de Todxs María Eugenia Catalfamo es la senadora más joven de la Cámara Alta y hace parte de un grupo minoritario: sólo hay tres senadoras sub 35 como ella. En 2018 fue la única ausente porque estaba embarazada y no estuvo presente en el recinto. Definió su voto durante la discusión y desde entonces es una de las voceras “sororas y verdes” que está acompañando la construcción de consensos para despenalizar y legalizar el derecho al aborto. “La vida nos da distintas oportunidades y hoy estoy convencida de representar esta postura a favor porque deseo representar a esas mujeres y personas con capacidad de gestar”, dijo a LatFem durante un cuarto intermedio en el plenario de comisiones de Banca de la Mujer, de Justicia y Asuntos Penales y de Salud donde exponen las y los especialistas invitados sobre el proyecto de “Ley de Regulación del Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo y a la Atención Postaborto”.
—¿Siempre tuviste en clara tu posición sobre este tema?
—Toda mi vida fui a una escuela católica, vengo de una familia super conservadora y en algún momento de mi vida pensé que no era una buena idea el aborto. Pero lo que pasó en 2018 me permitió cambiar de posición. La sociedad tuvo la oportunidad de debatir, exponer y dar sus argumentos. Todo aquel debate me ayudó muchísimo a sentar una posición y entender que quizás yo nunca elija practicarme un aborto. Yo no soy activista feminista pero como legisladora tengo que representar a las voces de mi provincia que están a favor, tengo la obligación de representar las voces de las que son maltratadas cuando piden ayuda, las que lamentablemente no están porque la clandestinidad hizo que perdieran la vida y también la posibilidad de seguir gestando. La vida nos da distintas oportunidades y hoy estoy convencida en el acompañamiento de este proyecto porque deseo representar a esas mujeres y personas con capacidad de gestar que tienen que tener el derecho al aborto como una posibilidad más. Darles la libertad de decisión y acción y proteger a las que creen que este no es momento para ser madres para que cuando puedan y quieran serlo tengan capacidad reproductiva.
—¿Cómo evalúas el debate que se está desarrollando en el plenario de comisiones?
—Esta vez el proyecto lo propone el Ejecutivo y, por suerte, toma lo que venía presentando la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito a lo largo de todos estos años y décadas. Estamos con muchas expectativas y las esperanzas puestas que el Senado esté a la altura de los nuevos tiempos y poder brindarle mayor protección a las mujeres, mayor acceso a la salud y que no se obligue a maternar a ninguna persona. Este proyecto no obliga a abortar a nadie. Desde que el mundo es mundo lo que ha pasado es que se obliga a maternar.
Y, me parece importante señalar, que este proyecto se complementa con el de Mil Días que brinda apoyo económico y asistencia sanitaria para poder llevar adelante una maternidad para quienes así lo eligen.
—Sos la senadora más joven de la Cámara, ¿crees que este reclamo representa también una demanda de la juventud?
—Es un tema generacional. Como nuevas generaciones lo que estamos pidiendo es decidir con libertad. Durante casi cien años no hubo resultado con la criminalización, queremos cambiar esa historia.
En el debate escuchamos la voz de Belén que ni siquiera sabía que estaba embarazada y lo único que hicieron con ella cuando fue a pedir ayuda fue juzgarla. Estuvo 29 meses presa porque la sociedad tucumana la juzgó. No podemos permitir que se criminalice a las mujeres y personas gestantes.
—¿Cómo vienen los votos, el famoso “poroteo”?
—Tenemos nuestro grupo de mujeres sororas y verdes, venimos trabajando con los legisladores, como así también trabajan quienes están en contra. No vamos a saber el resultado hasta que no llegue el día de apretar el botón verde pero estamos con muchas expectativas.