Es un gusto y un honor para mí estar acá. Estoy acá hoy como ginecóloga y obstetra, con 30 años de práctica, con dedicación exclusiva en un hospital público de la Patagonia. También estoy aquí como profesora adjunta a cargo de la cátedra de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Comahue. Y, por último, también estoy aquí como docente e investigadora de esta universidad pública argentina, cuyo Consejo Superior, el 6 de julio de 2018, se ha pronunciado a favor del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo y manifestado su expreso deseo de que sea aprobado en la Cámara de Senadores. Bien, ahora el tema puntual.
El objetivo de esta presentación, por ello, es hacer un aporte técnico puntual para despejar dudas con las evidencias de buena calidad disponibles hasta hoy.
Durante las reuniones informativas, convocadas en el plenario de comisiones, tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores, se han escuchado impresiones y errores sobre la seguridad del aborto que creemos oportuno aclarar; y de paso digo que hoy se generaron nuevamente estas dudas. El objetivo de esta presentación, por ello, es hacer un aporte técnico puntual para despejar dudas con las evidencias de buena calidad disponibles hasta hoy. La inseguridad del aborto como procedimiento ha sido dirimida no solo para disuadir a las mujeres –se escuchó hoy acá también–, sino para disuadir a los médicos, que en muchos casos tienen conocimientos escasos o inadecuados y muchos mitos en relación con este tema específico. No sé si se ve bien, pero el aborto seguro –lo que voy a decir ahora está plasmado en esa diapositiva– es considerado un elemento de importancia crítica en los servicios de salud. Hoy está recomendado dentro del paquete de intervenciones esenciales para mejorar la salud reproductiva junto con la educación sexual y la consejería sexual; la anticoncepción; la detección y prevención de la violencia de coerción sexual; los servicios de atención de embarazo, parto y puerperio; la prevención y manejo de la infertilidad; la prevención y manejo de las infecciones de transmisión sexual y el VIH; y la prevención y manejo de los cánceres reproductivos.
En esta próxima diapositiva lo que les voy a mostrar es la nueva clasificación de aborto de la Organización Mundial de la Salud según el grado de seguridad que tiene. Se determina la existencia de un aborto seguro cuando es realizado por una persona capacitada, usando los métodos recomendados por la Organización Mundial de la Salud; que después los voy a mencionar. Hay otro tipo de aborto, que se llama aborto menos seguro, cuando no cumple alguno de estos dos requisitos. Y, por último, un aborto inseguro, cuando ninguno de los dos criterios se cumple.
¿Cuáles son los métodos recomendados para un aborto seguro? Los dos métodos recomendados para un aborto seguro son: el aborto con medicamentos y el aborto quirúrgico realizado por aspiración. Para el aborto con medicamentos, se recomiendan dos regímenes terapéuticos: el régimen combinado de mifepristona y misoprostol y, en los lugares donde no está disponible la mifepristona, como en nuestro país todavía, se recomienda el uso de solo misoprostol. Ambas drogas, mifepristona y misoprostol están incluidas en el listado modelo de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud. Ahora vamos a hablar de la seguridad específicamente.
Vamos a mirar dos cosas – muy rápidamente y tratando de no dar mucho detalle en honor al tiempo–: la eficacia y la seguridad de los métodos. La eficacia, se refiere al logro de un aborto completo que no requiera luego otra intervención. Y la seguridad, se refiere al tipo y probabilidad de tener efectos adversos. En el régimen combinado, la eficacia, o sea el logro de un aborto completo, es del 95 por ciento hasta las 14 semanas de gestación.
Y la seguridad, refiriéndonos a las complicaciones, la frecuencia global de complicaciones es, según la bibliografía, menor al 1 por ciento hasta las 10 semanas y hasta el 3 por ciento, entre las 10 y las 14 semanas. En este caso, la complicación más importante referida a este 1 por ciento del que hablamos, fue la necesidad de realizar aspiración manual por aborto incompleto. Las demás complicaciones encontradas fueron, embarazo ectópico diagnosticado tardíamente y otras complicaciones como transfusión e infección, todas ellas con una frecuencia menor al 1 por ciento.
En el régimen de solo misoprostol la eficacia es menor, llega al 85 por ciento hasta las 14 semanas, pero es una eficacia que está asociada a la edad gestacional y a la repetición de las dosis de misoprostol. La seguridad del misoprostol usado solo es del 1 al 5 por ciento. La complicación más frecuente fue la necesidad de realizar AMEU por dos causas, por aborto incompleto y por hemorragia. Las transfusiones y las infecciones llegaron a complicar entre el 1 y el 5 por ciento de estos abortos con medicamentos. Con relación al aborto quirúrgico, y ya estoy terminando, el método recomendado para el aborto quirúrgico y abalado por todas las evidencias es el método por aspiración ya sea manual o eléctrica. La eficacia de este método supera el 99 por ciento y la frecuencia de complicaciones graves es menor al 1 por ciento. En realidad quería hacer hincapié en ese cuadro que está ahí. Ojalá que se pueda ver bien. Ese cuadro muestra la letalidad del aborto, la posibilidad de morir con un aborto quirúrgico comparado con la posibilidad de morir con un parto a término y eso está presentado según las semanas de gestación en que se hace el aborto. En realidad lo que se ve ahí es que la tasa global de letalidad es de 0,7 por 100.000 puede morirse con un aborto quirúrgico realizado en condiciones seguras y 10 mujeres por 100.000 pueden morirse en un parto. Estos son datos crudos, fríos. Para finalizar, como sabemos, una cosa que es importante resaltar después de mostrar estos números así, es que cualquier intervención médica tiene riesgos. Sin embargo, hecho en condiciones adecuadas, con un proveedor entrenado y procedimientos correctos, un aborto tiene mínimos riesgos para la salud de cualquier mujer. La mayoría de los abortos tanto los quirúrgicos, como los hechos con medicamentos, puede llevarse a cabo sin riesgos, en forma ambulatoria o en internación. Cuando se hacen en contextos legales y regulados, el aborto es una de las intervenciones electivas más seguras que existen. Pero, aún en los contextos seguros, existe el estigma asociado al aborto y eso puede afectar tanto a las mujeres como al equipo de salud, amenazando a la seguridad del procedimiento.
En el primer caso, porque las mujeres consultan, debido al estigma, tardíamente; pueden por ejemplo no estar acompañadas en esta situación; temen ser juzgadas o maltratadas; y muchas veces son efectivamente juzgadas y maltratadas. Sobre el equipo de salud también opera el estigma y genera problemas con las habilidades y conocimientos del equipo de salud, con el acceso, con el cumplimiento de los plazos, con la utilización de tratamientos no ajustados a las evidencias disponibles y con otra cosa que es de crucial importancia, que es el no cumplimiento de la anticoncepción post aborto. Con esto queremos decir que la política pública, en caso de que se aprobara la ley, tendrá que contemplar no solo la provisión de estas tecnologías sino también estas variables para que este servicio sea considerado esencial dentro de las prestaciones de salud reproductiva y pueda ser efectivo y seguro, como muestran hasta hoy las evidencias disponibles. Muchas gracias. Voy a dejar la bibliografía que está disponible y también voy a dejar en el pen drive, la declaración de la Universidad Nacional del Comahue.