No vengo a convencerlos, no vengo a venderles una idea, ni siquiera vengo a emocionarlos con una historia de vida. Les vengo a contar una verdad científica quizás la más actual que tiene la humanidad.
En cambio si vengo a comprometerlos como legisladores y como sociedad. Porque exponerse ante la evidencias científicas no es para cualquiera. Es sólo para aquellos que realmente son conscientes de que la humanidad se mueve gracias a ella. Es solo para aquellos que creen que las vacunas curan enfermedades, para aquellos que viajan en avión o en bondi o usan a la gravedad para tener los pies sobre la tierra. o también para los usan internet y electricidad, o toman remedios para cursarse de enfermedades que de otra forma los llevarían a la muerte. Es solo para aquellos que usan teléfonos celulares, o también …agua potable.
Y por sobre toda las cosas para todos aquellos que sin tener ninguna posibilidad desean tenerlos, sabiendo que el acceso a ello les mejorará su calidad de vida.
En todos los instantes de la vida hay ciencia. Hay evidencias que permitieron mejorar nuestro paso por el mundo. Es por ese motivo que los estados más inteligentes y eficientes del mundo invierten millones de dólares en ciencia. Lamentáblemente no así el nuestro.
¿por qué vengo a comprometerlos? Porque una vez que uno conoce las evidencias, cuando uno se empapa de los datos, cuando los entiende ….tiene por como mínimo 2 opciones. Aceptarla y actuar en consecuencia o ser, en el caso de las personas que tienen en sus manos la salud de millones de personas… negligentes con sus funciones y, lo que es aún peor, con la verdad.
Durante estos últimos años y hasta hace unas pocas semanas la revista científica The Lancet ha publicado una serie de datos en conjunto con la OMS que quiero exponer y debatir públicamente. Para dimensionar el valor científico que representa esta revista. Los conocimientos y avances sobre neurología, oncología, psiquiatría, hematología, HIV, medicina respiratoria y enfermedades infecciosas que tiene la medicina actual fueron publicados allí.
Hoy no estoy aquí para contarles mi opinión, sino evidencias científicas.
Por año en el mundo hay aproximadamente unos 227 millones de embarazos.
De los cuales el 44% son involuntarios. De la totalidad unos 56 millones, termina en aborto.
1 de cada 4 embarazados termina en aborto.
De todos esos millones de abortos si los dividimos entre países desarrollados y no desarrollados se observa que en los últimos 25 años los estados más adinerados y con políticas destinadas, sobre todo a la anticoncepción, la tasa abortiva disminuyó significativamente.
Pero vayamos a la parte del mundo que más nos interesa, obviamente porque estamos allí.
En los países en vía desarrollo y sin políticas destinadas a la disminución de las tasas abortivas…en cambio dichas tasas se mantienen constante.
Si bien parece un dato positivo, dado que la población crece años a año ese indice constante significa un aumento en la cantidad de abortos.
¿Entonces si la diferencia entre la cantidad de abortos está dada solo por la riqueza que tiene cada nación?
NO. Dado que el dato más importante es que según las recientes evidencias científicas la penalización del aborto no impide que las mujeres aborten.
Es decir que el número de abortos cada 1.000 mujeres es similar en los países donde el aborto está absolutamente prohibido (37 de cada 1.000) comparado con los países donde las leyes permiten abortar (34 de cada 1000).
En otras palabras que te lo prohíban no cambia nada. Bah si, cambia y mucho.
¿Qué cambia?
La calidad de vida de esas mujeres.
¿Por qué? se podrán preguntar
Porque se estima que en los países en vías de desarrollo como el nuestro, en donde las leyes contra aborto tienden a ser altamente restrictivas, unas 6.9 millones de mujeres recibieron tratamiento médico debido a complicaciones generadas por abortos inseguros. O sea, se mueren o la pasan muy mal por hacer un aborto en condiciones nefastas de salubridad.
Porque se estima que en los países en vías de desarrollo como el nuestro, en donde las leyes contra aborto tienden a ser altamente restrictivas, unas 6.9 millones de mujeres recibieron tratamiento médico debido a complicaciones generadas por abortos inseguros. O sea, se mueren o la pasan muy mal por hacer un aborto en condiciones nefastas de salubridad.
En otras palabras asegurarse que las mujeres (y sus parejas) tengan acceso a métodos y estrategias en las cuales se les dé la posibilidad de optar y, que por supuesto, tengan una amplia gama de información disponible. Es una manera consistente y correcta de mantener políticas adecuadas de salud pública.
Si bien quizás nos sorprende, pero suena bastante lógico que si no se hace nada para prevenir algo, ese algo siga su tendencia.
Ponele el nombre que quieras, desidia, pereza, incompetencia, negligencia, creencias, falta de voluntad política, y miles de etcs más. Todas esas palabras son sinónimos de mucha gente que muere por la culpa de otras que intentan tapar el sol con la mano. De no ver la realidad.
Los abortos inseguros causan entre el 8% y el 11% de las muertes maternas en el mundo y ocurren predominantemente en países como el nuestro.
Todas las evidencias indican que la carga de los embarazos no deseados recaen más sobre las mujeres más vulnerables. La reducción del estigma, la minimización de las consecuencias sociales y económicas de los embarazos no deseados, la mejora del acceso a la anticoncepción moderna altamente eficaz y la garantía de abortos legales, gratuitos y seguros generarían mejoras tangibles en la salud.
Que conozcan estos datos es mucho. Que entiendan que la ciencia nos acerca a la verdad es mucho más. Que a partir de este conocimiento exijamos políticas basadas en evidencias científicas sería un logro único para nuestra sociedad.
La verdad lamentablemente, es independiente a nuestros deseos y creencias.
Más ciencia, más salud y más educación, hoy más que nunca, es más libertad.