Buenos días, primero agradecer la invitación. Vengo en representación de la red de profesionales de la salud por el derecho a decidir de Rosario, vengo como Médica, especialista en medicina general y familiar egresada de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR.
Pero sobre todo vengo a traer la voz de las mujeres que acompaño garantizando Interrupciones legales del embarazo mediante la técnica de AMEU (aspirado manual endouterino) en un hospital público de la ciudad de Rosario. Me gustaría compartir algunos relatos de las mujeres que transitaron por nuestro servicio, que al fin y al cabo son quienes tienen los argumentos reales de porque es necesaria la despenalización y legalización del aborto en nuestro país.
“Complete un consentimiento con mis datos personales y firme, eso me hizo sentir “legal”. Nunca me voy a olvidar la sensación que me dio poder acceder a esta práctica en un hospital, de manera legal, segura y gratuita. Agradecida a quienes trabajan a conciencia, con respeto y compromiso hacia las mujeres que decidimos interrumpir un embarazo que no planificamos ni deseamos”. (Sara, 32 años)
“Estar en el medio hospitalario y con médicas me dejo mucho más tranquila. Fue un alivio muy grande”. (Karen, 17 años)
“Decidí abortar a los 27 años, ojala todas las mujeres tengan esa posibilidad de ser atendidas, informadas y educadas por profesionales de la salud como las que me atendieron”. (Maite, 27 años)
Estas son tan solo 3 historias de los 300 procedimientos que llevamos realizados en Rosario en un hospital público desde octubre del 2016. Es sin duda el modo en que las mujeres acceden al sistema de salud, y la contención que éste pueda dar, lo que hace inscribir una interrupción de un modo distinto, no solo seguro y de calidad, sino también en una práctica centrada en la escucha y el respeto.
Fueron las historias de cada una de las mujeres que acompañe y ser testigo a la vez de la violencia que el sistema de salud ejerce sobre el cuerpo de las mujeres, lo que me llevo a formarme en técnicas de aborto seguro. Cuando hablamos de técnicas de aborto seguro, hablamos de los métodos recomendados por la Organización Mundial de la Salud: el uso de misoprostol ambulatorio y la aplicación de la técnica de AMEU.
Para llegar hasta acá fue necesario deconstruir toda una formación hegemónica, porque sin duda históricamente el poder médico se ha desarrollado y sostenido sobre el cuerpo de las mujeres. Y esa deconstrucción fue una apuesta personal, pero también empujada por un colectivo de mujeres que venía acompañando a mujeres con embarazos no deseados cuando el Estado no lo garantizaba, sacándolo del closet y de la clandestinidad simbólica: Socorristas en red. Así fue que luego continué parte de mi formación en clínicas de Interrupción Legal del Embarazo en la ciudad de México.
Como Médica Generalista de la Salud Pública de Rosario llevo 6 años garantizando interrupciones legales del embarazo (ILE) a mujeres, niñas y personas con capacidad de gestar dentro del marco legal vigente. No es casual que quienes estamos apoyando la legalización del aborto provenimos de la Salud Pública y casi la totalidad de las voces que se oponen a la misma trabajan en el sector privado.
Vengo de una ciudad que bajo la estrategia de Atención Primaria de la Salud ha implementado la aplicación de nuevas tecnologías mejorando la calidad de atención y el acceso de las mujeres en situación de aborto.
Esta planificación estratégica es uno de los factores que contribuyó a disminuir las internaciones por aborto y la mortalidad en nuestra ciudad. Sin embargo, esta no es la realidad de todo el país. Solo 8 provincias adhirieron al protocolo de atención integral de las personas con derecho a ILE que publicó el Ministerio de Salud de la Nación en el año 2015, incumpliendo con las recomendaciones del fallo F.A.L de la CSJN. Actualmente en nuestro país es 20 veces más riesgoso quedar embarazada en Formosa que en Rosario. Necesitamos una ley que deje de poner en riesgo la salud y la vida de las mujeres según el territorio que habitan.
Y me gustaría hablar brevemente sobre estas dos políticas que se aplican en la ciudad de Rosario, teniendo en cuenta que en algunas exposiciones del día martes circulo información falaz sobre el uso de misoprostol. Como docente de la primer materia electiva “el aborto como problema de salud” de la UNR, ofrecemos el material que entregamos a lxs legisladorxs de la provincia de santa fe sobre la evidencia científica al respecto.
Se hace necesario aclarar que quienes trabajamos en el sistema de salud pública de la ciudad de Rosario garantizamos derechos, lo cual significa cumplir con nuestras obligaciones como funcionarios públicos utilizando tecnologías seguras y modernas.
Se hace necesario aclarar que quienes trabajamos en el sistema de salud pública de la ciudad de Rosario garantizamos derechos, lo cual significa cumplir con nuestras obligaciones como funcionarios públicos utilizando tecnologías seguras y modernas.
El misoprostol, que fue incluido en el año 2005 en la lista de medicamentos esenciales de la OMS por su alta eficacia y perfil de seguridad, se utiliza de manera ambulatoria para las gestaciones menores de 12 semanas. Lo ambulatorio hace alusión a que el procedimiento puede ser realizado fuera del ámbito hospitalario de forma segura. En Rosario existe un amplio colectivo de profesionales sensibilizadas y capacitadas, que se evidencia con el aumento exponencial de la prescripción del misoprostol desde el año 2012 al 2017.
Por otro lado en el año 2016 incorporamos la técnica de AMEU, que es una técnica sencilla, de bajo costo, con pocas complicaciones y ampliamente recomendada por la OMS. Así como aun cuesta entender que las mujeres abortamos, también cuesta entender que existimos profesionales que garantizamos esa práctica a conciencia.
Diputadas/os hoy lo que venimos a discutir, como ya se dijo, no es aborto SI o aborto NO, espero que hayamos avanzado sobre este punto, y supongo que a esta altura del debate ya todas y todos entendimos que las mujeres abortan más allá de las legislaciones, lo cual sin duda trae consecuencias muy distintas según su situación socio económica y subjetiva. Son sin duda las mujeres pobres quienes se enfrentan a un mayor riesgo de morbi-mortalidad: por la falta de recursos económicos, por falta de acceso al sistema de salud, por la falta de información, por el uso abusivo de la objeción de conciencia, por violación del secreto profesional, etc, etc, etc.
El debate que venimos a dar es si vamos a seguir condenando a las mujeres a un aborto clandestino, situación que no solo lleva en uno de los extremos a la muerte, sino que también, en ese recorrido, se carga de un alto monto de estigma y de culpa.
Hoy lo que venimos a pedir a gritos: es una ley acorde a los estándares internacionales. La legalización del aborto a voluntad de la mujer no solo disminuye las muertes de las personas con capacidad de gestar sino que también disminuye la cantidad de abortos. Debatir y sancionar el proyecto presentado por la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal seguro y gratuito contribuye a que el Estado se responsabilice en diseñar y ejecutar eficazmente políticas públicas que garanticen el pleno ejercicio de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, y ser protagonistas de su propia historia.
Contarles que como miembro de la red de profesionales de la salud por el derecho a decidir voy y vamos a seguir acompañando a las mujeres en su decisión. Pero diputados/as ya no queremos más hacerlo en este marco legal precario que sigue exponiendo a mujeres y profesionales.
En mi caso, elegí ser médica para cuidar, acompañar y garantizar salud, no para condenar a una maternidad forzada y mucho menos para juzgar. Para cerrar me gustaría recordar algunas palabras que nos dejó una querida médica generalista, Débora Ferrandini, quien fue subsecretaria de salud de la provincia de santa fe, dirigiéndose a lxs equipos de salud, pero que hoy en día podemos trasladar a este recinto:
“Asumamos la responsabilidad que como sujetos nos compete de elegir el sentido de nuestras prácticas. La discusión hoy es si vamos a trabajar para reproducir las lógicas de dominación, en este caso el dominio del cuerpo de las mujeres o si vamos trabajar para inscribir nuestra práctica en una búsqueda permanente de cambio, de liberación, de transformación”.
Yo, elijo transformarla. Muchas Gracias