¿Cómo contar la crisis ambiental? El periodismo territorial como acción climática

Conversamos con Nicole Kram Caifal y Fresia Ramírez, periodistas y activistas socioambientales de Chile que comparten sus experiencias y perspectivas. La importancia de la comunicación territorial y el desafío de construir nuevas narrativas frente a la crisis.

Foto de portada: Natalia Roca (Agencia Tierra Viva)

Durante las últimas décadas, el avance de proyectos extractivistas ha dejado una huella profunda en Chile, especialmente en sus comunidades indígenas y rurales. Las prácticas de minería y pesca a gran escala, la deforestación y la explotación desmedida de la naturaleza no sólo han degradado los ecosistemas, sino que también han puesto en peligro la vida y la cultura de quienes habitan esos territorios.

Casi como una condena, la diversidad climática y geográfica que tiene Chile le ha permitido establecer una economía de base extractivista que constituye la narrativa del Estado Nación. El país se encuentra milimétricamente dividido por un sistema empresarial extractivo donde unas pocas familias de la oligarquía chilena —beneficiadas por la dictadura militar de Augusto Pinochet— administran gran parte de los recursos naturales: según datos de OXFAM, el 1% de las estancias más importantes del país acaparan el 74% de la tierra chilena.

Es así que, a pesar del impacto negativo que tiene el extractivismo, por su construcción histórica y por el peso que tiene en el relato nacional, el cuidado del ambiente y la defensa de los bienes comunes son acciones en permanente contradicción y tensión. Mientras que la agenda ambiental se ha posicionado como uno de los ejes centrales durante los últimos años con el estallido del 2019, el proceso constituyente e incluso la campaña electoral de Gabriel Boric, aún no parece haber permeado lo suficiente a nivel mediático. Por ese motivo, los eventos climáticos extremos como las sequías, incendios e inundaciones que se manifiestan de manera cotidiana, son comunicados como catástrofes pasajeras ninguneando la relación que tienen con el impacto de los proyectos extractivistas.

En este escenario, experiencias de comunicación comunitaria y ecoterritorial emergen desde los márgenes para disputar la narrativa hegemónica y poner en el centro la protección del ambiente. Desde esta perspectiva, LATFEM dialogó con Nicole Kram Caifal y Fresia Ramírez, dos jóvenes periodistas cuyos proyectos, “Terricidio” y “Tomate Rojo” respectivamente, buscan visibilizar las voces territoriales, denunciar injusticias y proponer soluciones sustentadas en la ciencia y la sabiduría ancestral.

Nicole Kram Caifal, es documentalista y creadora de “Terricidio”, un proyecto documental y fotoperiodístico que recorre los monocultivos, las aguas contaminadas y la pobreza que deja la sobreexplotación de los recursos naturales en Chile. Desde su experiencia, destaca la importancia de visibilizar y denunciar la destrucción del medio ambiente desde una perspectiva territorial.

“Terricidio nace de la necesidad urgente de visibilizar, de denunciar y reflexionar en torno al asesinato de la tierra desde su relación con el genocidio, el feminicidio, el epistemicidio colonial”, explica Nicole. Para la jóven documentalista, este enfoque integral incluye, también, el impacto sobre la espiritualidad de los pueblos indígenas afectados por el extractivismo en Chile y en todo Latinoamérica y el Caribe.

No es sequía, es saqueo

La crisis climática que se vive en todo el mundo, es una respuesta defensiva que tiene la tierra frente a siglos de extractivismo, contaminación y descuidos por parte de la humanidad. La idea de la tierra como “una fuente inagotable” —explica Nicole— es una construcción narrativa que no sólo habilita el saqueo, sino que también imposibilita pensar al mundo de otra manera. Por eso, para la documentalista, el periodismo climático y socioambiental tiene mucho para comunicar. “Hoy tenemos el deber de dar la defensa de la naturaleza, de las especies que le habitan y a las comunidades”, asegura.

Nicole Kram Caifal

“Hoy tenemos el deber de dar la defensa de la naturaleza, de las especies que le habitan y a las comunidades”

Como explica Fresia, durante los últimos años el avance de proyectos extractivistas en Chile  ha sido muy profundo: “Llegamos a tener proyectos mineros en glaciares, hay un retroceso en cuanto a la defensa ambiental desde lo institucional y vemos que esta situación es muy compleja para las y los defensores ya que los proyectos continúan avanzando sobre sus territorios”. En esa misma línea, para Nicole, este avance del extractivismo no puede entenderse sin la complicidad estatal: “Ha sido muy desolador. Pese a tratarse de un gobierno progresista que se pensaba que iba a frenar este tipo de atropello, la tónica ha sido otra lamentablemente”.

Las empresas que realizan tareas extractivas en Chile, ya sea a través de la salmonera, el monocultivo de eucaliptus o de palta, la minería de litio o el hidrógeno verde, tienen un punto en común muy claro: a ninguna le interesa cuidar el medio ambiente. “Las empresas no están siendo responsables en ninguna de sus formas al momento de trabajar. Están explotando, están destruyendo, están tirando un montón de pesticidas y de venenos, están extrayendo ilegalmente el agua, están agotando todo lo que le da vida a las comunidades”, denunció la documentalista.

En ese marco, para las periodistas, es muy importante denunciar también las tácticas intimidatorias que implementan las empresas así como la persecución de las y los defensores socioambientales. Nicole relata su experiencia: “A lo largo del trabajo documental vimos claramente cómo la persecución es el mecanismo implementado por las empresas extractivistas”. La situación es similar en los territorios documentados por Fresia. “El año pasado, solamente en un año, más de veinte defensores se vieron amenazados y amedrentados para defender la tierra. Esto dificulta enormemente esta defensa”, denuncia.

La criminalización y represión del pueblo mapuche es un tema recurrente en las reflexiones de las dos jóvenes. Nicole señala la continua represión en el contexto del avance de proyectos extractivistas: “No hay un equilibrio ante la brutalidad de la represión y la militarización de la zona. Ha sido muy desolador ver que el avance de este extractivismo ha sido arrasador”. Fresia añade que la situación es compleja, con defensores y defensoras enfrentando amenazas graves y un retroceso en la defensa ambiental desde lo institucional. “Quienes lo hacen sufren estos riesgos no sean amedrentamientos menores sino que tienen que ver con el quemado de sus casas, con personas que fueron empujadas de sus autos, con intentos de atropello”, asegura.

Nuevas narrativas para enfrentar a la crisis climática

En Chile, como en gran parte de los países de la región, existe una importante concentración mediática. Esto, para las jóvenes periodistas, podría explicar la falta de noticias climáticas en su país. “Las personas que son más afectadas por el cambio climático y esta crisis no están representadas en los medios, en los cinco canales principales sólo vemos una sola clase, un territorio, una élite que habla sin representar a gran parte de lo del territorio”, denuncia Fresia.

“Las personas que son más afectadas por el cambio climático y esta crisis no están representadas en los medios”

Como explica la co-fundadora de Tomate Rojo, el cerco mediático en su país es histórico y “no permite comunicar los conflictos ambientales, pero aquí estamos rompiéndolo para poder avanzar en el derecho a la comunicación y a la información de las comunidades”. En esa misma línea, para Nicole es evidente que “los medios de comunicación no cubren los conflictos”. “Entonces, son los medios independientes los que tienen el desafío de poder defender la tierra que, finalmente, es el activismo o la convicción para generar contenido en contra estas empresas porque son medios que no tienen financiamiento”, agrega.

Fresia Ramírez y el equipo de Tomate Rojo

Desde su corta pero profunda trayectoria, las jóvenes subrayan la importancia de la comunicación independiente y la representación visual para disputar el discurso consolidado por las empresas, los medios de comunicación y el Estado. En ese marco, Nicole sostiene la necesidad de acercar las historias a través del trabajo audiovisual: “Hacer carne estos relatos de las personas y de los territorios en sacrificio es súper importante para generar conciencia”. Fresia también resalta la importancia de compartir saberes comunitarios y proponer una mirada integral sobre el medio ambiente: “Las narrativas que se necesitan van en la línea de representar a todas estas alternativas al sistema que se está generando”.

Las periodistas también destacan el rol crucial de las juventudes en la lucha ambiental. En ese marco, para Nicole “las juventudes tienen un rol desde la divulgación, desde la organización y también desde el reconocimiento de sus propios territorios”. Fresia, por su parte, enfatiza que “el lugar de las juventudes en esta lucha ambiental de defensa de la tierra es vital”, y asegura: “Hay un necesario recambio de las dirigencias que se está realizando. En nuestro caso, dentro de Tomate Rojo, las juventudes y las infancias siempre tienen algo para decir y cumplen un rol clave en la divulgación ambiental así como también lo llevan a la práctica, por ejemplo con la creación de huertas comunitarias”.

“Como comunicadoras socioambientales, estamos representando a todas estas alternativas al sistema que se están generando”

Contra la desesperanza que genera el extractivismo en su país, las jóvenes no pierden el entusiasmo por cambiarlo todo: “Motivamos e inspiramos a nuevas personas a seguir esta lucha por la naturaleza, por la defensa del agua, de los ríos, de las comunidades indígenas y que estamos ahí todas involucradas, ahora lo importante es motivar, remecer conciencia y decir que sí se puede hacer un una comunicación al servicio de la comunidad”, explicó Nicole. Para Fresia, la comunicación socioambiental puede hacer luz ante tanta oscuridad negacionista: “Estamos representando a todas estas alternativas al sistema que se están generando; lo hacemos a través del intercambios de saberes y conocimiento con las mismas comunidades”.