Cuando la violencia machista es doméstica, institucional y mediática

Fue a pedir ayuda a la Comisaría de la Mujer pero se encontró con el acoso de un policía. Eli lo denunció y el funcionario fue separado de su cargo, pero los medios locales no creyeron su versión y la acusaron de mentir. Hoy encabezará una radio abierta frente a la dependencia policial en Cañuelas, en provincia de Buenos Aires.

La historia de Eli, de 26 años, concentra tres de las seis modalidades de violencias machistas que tipifica la legislación argentina: doméstica, institucional y mediática. Reclama acompañamiento y seguridad desde que se separó de su pareja, un varón violento, a mediados del año pasado. En esa búsqueda, se encontró con el acoso de un efectivo de la Comisaría de la Mujer. Eli lo denunció y el funcionario fue separado de su cargo, pero los medios locales no creyeron su versión y la acusaron de mentir. Dijeron que se trataba de una relación consentida y que su denuncia era falsa. Distintas organizaciones la acompañarán hoy en una radio abierta para que se escuche su voz y su historia de revictimización no quede impune.

Eli tiene tres hijos, el más chiquito nació hace tres años. Mientras transitaba el embarazo de ese bebe empezaron los insultos, maltratos y golpes por parte de su ex pareja y padre del nene. Se separaron pero la cadena de violencias no se cortó. En mayo de 2016 el hombre entró a su casa del barrio Libertad, por una ventana y la golpeó en la cara hasta desfigurarla. Ella hizo una denuncia en la Comisaría de la Mujer en Cañuelas, a 15 cuadras de su casa pero a más de un año de iniciada esa acción penal, en la Fiscalía de Cañuelas y el Juzgado de Paz de la misma ciudad, todavía no tiene custodia ni acompañamiento. Tampoco le dieron botón antipánico. El agresor vive a una cuadra de ella.

En ese contexto, el jueves pasado fue citada en la dependencia para ser notificada por un pedido de custodia. Una oficial mujer le tomó la denuncia pero mientras estaba en la comisaría un policía varón le dio su teléfono con la excusa de ayudarla a que su causa avance en la Justicia. Desde ese momento ella empezó a sufrir acoso y hostigamiento por parte del policía que le mandaba mensajes invitándola a salir, a “divertirse” u opinando sobre ella y su cuerpo. “¡Qué fotito!”, “¡Qué lindo te queda el rojo!”: fueron algunos de los mensajes que le enviaba el policía.

“Cuando fui a la comisaría me agarró la mano y me dio en un papelito su número de teléfono para que le enviara una foto de la casa de mi ex pareja para notificar el domicilio. ´Lo que necesites contá conmigo´, me dijo. Yo no le mandé la foto porque no quería exponerme a ir hasta la casa del violento, entonces de repente me llegó su mensaje donde empezó a opinar sobre mi foto de perfil en WhatsApp hasta que la tuve que cambiar. Tenía una foto en calzas, siempre me visto así porque es más cómodo. Y una es libre de ponerse lo que quiera. Después él me invitó a tomar un café y hasta me mandó fotos de su pene”, contó Eli a LatFem.

“Tengo que hacer un par de diligencias en tu casa por un oficio…para la fiscalía..Y además te tengo que revisar todo el cuerpo que es para mí”, decía otro de los mensajes que le mandó el funcionario policial. Eli le advirtió que lo iba a denunciar si continuaba acosandola y el funcionario la amenazó: “si vos decís la verdad vas a salir perjudicada”. Hasta le llegó un mensaje donde le decían que podía aparecer en una zanja.

Primero fue hasta la Comisaría de la Mujer a contar lo que ocurría pero no se animó, hasta que el sábado finalmente lo denunció acompañada por activistas de la organización Furia Feminista, que ya venían acompañándola en la acción judicial contra su ex pareja. Después de la denuncia, se iniciaron administrativas y penales, a cargo de la fiscal Norma Pippo. Ahora Eli tiene que batallar contra su ex marido y también contra el policía acosador.

 La historia llegó a los medios locales, pero no todos creyeron en la versión de la mujer y la acusaron de haber hecho una denuncia falsa. “Me duele que salieron esas notas en las que dicen que mantengo una relación con él. Se están diciendo muchas cosas que son mentira en las redes sociales. Yo nunca estuve con él”, dijo.  

Eli no está sola. La acompañan distintas organizaciones como Furia Feminista, Proyecto Nacional Cañuelas, el Frente Estudiantil de la misma ciudad y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). El martes 4 de julio, a las 17, distintas organizaciones harán una radio abierta frente a la sede policial de Avenida Libertad 1263. Entregarán volantes e información sobre las formas de violencia machista que sufrió Eli para contar el caso y también para acompañarla en el proceso de justicia. “Lo que estamos buscando también es una abogada”, aportó ella. Otra vez, ante la violencia doméstica, la negligencia estatal, el acompañamiento a las mujeres viene de la mano del feminismo organizado.