En solo una semana se agotaron los 500 pañuelos fabricados de manera autogestiva por colectivos de la diversidad en Montevideo. Fue durante los primeros siete días de septiembre, de cara a la primavera y al río-mar montevideano. Entre una fiesta de domingo frío, con canciones de Benja y versos de la artista trans Susy Shock al borde de la Ciudad Vieja, y un viernes a las tres de la tarde en el callejón de la Universidad, en pleno centro.
La fila que esperaba para comprar una esquela amarilla y llevarla en cuellos, muñecas o mochilas doblaba esa calle peatonal y pasaba frente a la Biblioteca Nacional: ningunx llegó a tener un trozo de esa tela que se ha vuelto emblema. Quienes esperábamos ansiosxs celebramos ese deseo sin concretar porque significaba que somos muchxs quienes apoyamos esta causa, quienes exigimos que se vote sin modificaciones la Ley Integral para Personas Trans que el Parlamento uruguayo tiene en gateras desde mediados de 2017.
En estos días que han pasado, se han repartido más pañuelos en movilizaciones del movimiento LGBT por fuera de la capital uruguaya y se ha invocado una “furia amarilla” para la Marcha de la Diversidad, una de las más numerosas junto con la Marcha del Silencio (cada 20 de mayo) y la del 8 de marzo. La furia amarilla saldrá a las calles el próximo 28 de septiembre con el lema “¡LEY TRANS YA!” y recorrerá -como siempre- la avenida 18 de Julio.
“¡Qué emoción ver chiques jóvenes con sus pañuelos”, dice Diana Sellanes, vocera de Unión Trans, sobreponiéndose a lo inesperado. “Esto fue autogestionado, no se le pagó a una empresa para hacerlo. Se consiguió una tela, nos dieron un lugar en Enlace (un espacio cooperativo de la Intendencia) para usar como taller y allí cortamos las telas y serigrafiamos con mucha gente que se ofreció para hacerlo, que pusieron horas de sus días y acá está el resultado: es hermoso”, explica a LATFEM.
Desde la Campaña Nacional Ley Trans Ya! buscan replicar la estrategia del pañuelo verde por el aborto legal, seguro y gratuito en Argentina. Eligieron el amarillo para visibilizar la lucha y el apoyo a una ley que, en los últimos meses, ha recibido rechazos de sectores conservadores e inclusive de algunos parlamentarios del partido de gobierno (Frente Amplio) que han reproducido malentendidos o tergiversaciones en los artículos que refieren en autorizar la hormonización para adolescentes trans.
No es la primera resistencia que ha tenido esta ley: cuando estaba en instancia de anteproyecto se cuestionaba que el texto otorgase una reparación económica para las mujeres trans que habían padecido razzias, torturas y otras violaciones a los derechos humanos entre 1973 y 1989 (el período dictatorial y el inmediatamente posterior).
Diana Sellanes lo explica en sus palabras. “Hubo una gran campaña de desinformación: primero porque ya hay adolescentes que se hormonizan; segundo, porque hay que preguntarles a qué se refieren cuando hablan de menores de edad, siendo que la ley contempla la autonomía progresiva contemplada en el Código de la Niñez y Adolescencia nacional”, dice. Y agrega: “Acá (en el proyecto de ley) no estamos hablando de niñxs: los niñxs no se pueden hormonizar ni puede pasar por un cambio de sexo. Sí lo pueden hacer las personas adolescentes que, además, tienen que tomar ‘bloqueadores’, que son reversibles y retrasan el proceso de desarrollo. Cuando la persona pasa por un equipo interdisciplinario (con médicxs y psicólogxs), recién entonces la persona puede hacerse un cambio de sexo, si así lo desea. Al día de hoy no hay solicitudes de adolescentes para este tipo de procedimiento. Sí hay solicitudes de personas mayores de edad. También hay que entender que no todas las personas trans queremos pasar por ese proceso no por el de hormonización. Hay muchas que no lo hacen. Pero quienes lo consideran como algo necesario deben tener una ley que regule estas prácticas y les dé la seguridad de que van a poder recibir ese tipo de tratamientos”.
Por el momento el proyecto de ley está en reposo y la Campaña busca reavivarlo con el fuego de la furia trava, travesti, trans. Además de llevar el amarillo como estandarte, se están recolectando firmas hasta el 28 de septiembre, durante la Marcha por la Diversidad. No se recogen con un fin plebiscitario, aunque el paisito tenga larga tradición en esta práctica.
Por el momento el proyecto de ley está en reposo y la Campaña busca reavivarlo con el fuego de la furia trava, travesti, trans. Además de llevar el amarillo como estandarte, se están recolectando firmas hasta el 28 de septiembre, durante la Marcha por la Diversidad. No se recogen con un fin plebiscitario, aunque el paisito tenga larga tradición en esta práctica.
“Es una medida de la sociedad civil para mostrar todas las personas que están presentes apoyando esta causa y que exigen que la ley integral trans se apruebe. Siendo el 1% de la población, cuesta que tengamos representación propia, pero de a poco la vamos construyendo, como a través de Unión Trans”, explica su vocera. “Creemos que tenemos el apoyo de muchxs. Eso es importante. Lxs jóvenes vienen con otro cambio de paradigma: hace 10 años esto era impensable. Yo tengo 29 y no me podía imaginar que esto iba a pasar. De hecho, hace poco me invitaron a dar un taller al liceo IAVA, que fue al que yo asistí y tuve que dejar por el bullying en aquel entonces. En ese momento ya había comenzado a expresar el género en el que me percibía, me había comenzado a dejar el pelo largo, y abandoné mis estudios por la discriminación. Ahora voy a volver al IAVA donde lxs estudiantes nos apoyan a full”, dice Diana Sellanes.
Ella retomó los estudios secundarios en otra institución y los finalizó gracias (también) al apoyo familiar. Ambas cuestiones son excepcionales, considerando que el 61% de las personas trans no tienen el ciclo básico (1º a 3º año de secundaria) completo.
La campaña #FuriaAmarilla propone diseños y tutoriales, también logos y carteles para imprimir desde su web: https://