El Senado chileno dio un paso fundamental para la vida y la salud de las niñas, adolescentes y mujeres chilenas: aprobó la interrupción voluntaria del embarazo bajo el modelo de tres causales. Es decir, si peligra la vida para la mujer, si hay inviabilidad fetal de carácter letal y si el embarazo fue producto de una violación. Ahora el texto debe girar a tercer trámite legislativo en la Cámara de Diputados, donde se deberá votar la aprobación o rechazo de los cambios de lxs senadores.
Chile está entre los países de Latinoamérica y el Caribe que prohíben el aborto en todas sus formas, aún en casos de violación, junto con República Dominicana, Honduras, El Salvador y Nicaragua. Desde 1931 hasta 1989 el aborto terapéutico era posible por la existencia del artículo 119 del Código Sanitario. “Se podrá interrumpir el embarazo por causas de salud de la mujer, para lo cual basta la firma de dos médicos cirujanos”, decía la legislación. Poco antes de dejar el gobierno de facto, el dictador Augusto Pinochet eliminó este artículo e impuso la Ley 18.826 que dice que “no podrá ejecutarse ninguna acción cuya finalidad sea provocar el aborto”. En este tiempo se han presentado alrededor de 50 propuestas de ley para modificar la legislación que empuja a los cuerpos gestantes a maternidades forzadas.
La presidenta Michelle Bachelet y la campaña del movimiento de mujeres chilenas fueron la llave para revertir esta situación. El 31 de enero de 2015, durante su segundo mandato, la mandataria envió al Congreso Nacional el proyecto de ley que se discutió esta madrugada en Valparaíso. “Las mujeres de Chile merecen este mínimo reconocimiento a su capacidad de decidir”, dijo Bachelet en la cuenta de Twitter de prensa de la presidencia.
La votación causal por causal
La discusión se extendió por 18 horas. Luego de la votación, hubo festejos en las agrupaciones feministas y de derechos humanos que ocupaban las tribunas. Las organizaciones religiosas que rechazaban el proyecto ya se habían retirado.
Primero, por 20 votos contra 14 la Sala aprobó la primera causal vinculada al e riesgo de la vida de la madre. El texto del proyecto dice en este caso que “mediando la voluntad de la mujer, se autoriza la interrupción de su embarazo (…) cuando: la mujer se encuentre en riesgo vital, de modo que la interrupción del embarazo evite un peligro para su vida”. Para realizar la intervención alcanza con ese diagnóstico.
Después, por 19 votos a favor y 14 en contra, lxs senadores despacharon la segunda causal que hace referencia a la inviabilidad fetal. “Mediando la voluntad de la mujer, se autoriza la interrupción de su embarazo cuando el embrión o feto padezca una patología congénita adquirida o genética, incompatible con la vida extrauterina independiente, en todo caso de carácter letal”, señala el texto de la iniciativa. Para realizar la intervención en este caso se necesitarán dos diagnósticos.
Y, por último, luego de un intenso debate esta madrugada por 18 votos a favor y 16 en contra, fue aprobada la tercera causal. “Mediando la voluntad de la mujer, se autoriza la interrupción de su embarazo cuando sea resultado de una violación”, especifica la ley. En este caso se establece un plazo: en caso de mayores de 14 años, se podrá realizar la interrupción hasta las doce semanas de gestión; mientras que tratándose de menores de esa edad este plazo se aumenta a catorce semanas.
Para la intervención médica se necesita un equipo de salud que deberá confirmar los hechos que constituyen la causal y la edad gestacional, e informar ambas circunstancias por escrito a la mujer o a su representante legal, según sea el caso, y al jefe del establecimiento hospitalario o clínica donde se solicita la intervención.
En la primera parte de la sesión se rechazó por un estrecho margen de 18 contra 17 votos la indicación que apuntaba a salvaguardar la práctica médica que no considera aborto los procedimientos para salvar la vida de la madre.
Según la organización chilena Miles, que promueve y monitorea la salud y los derechos sexuales y reproductivos, más del 60% de los jóvenes apoya el aborto por tres causales y el 22% vivió un embarazo no deseado. Alrededor de 30.000 chilenas egresan de un hospital por embarazos terminados en aborto. Y es la tercera causa del total de defunciones y mortalidad en el embarazo, parto y puerperio.
La penalización también es sinónimo de criminalización: entre 2010 y 2015, al menos, 85 personas fueron condenadas por interrumpir embarazos. Y en el período que va entre 2010 y 2014, las personas procesadas por aborto fueron 271: 182 mujeres y 89 hombres.