“La Justicia patriarcal no es justicia” repitieron en cada una de sus intervenciones las mujeres que participaron del juicio a la Justicia patriarcal en la plaza 25 de mayo. Fue en el marco del 32 Encuentro Nacional de Mujeres y esta primera audiencia tuvo como protagonistas a mujeres de todo Latinoamérica y el Caribe que expusieron distintos casos que dan cuenta cómo los tribunales tradicionales desprecian y son indiferentes ante las violencias contra mujeres, lesbianas, travestis y trans de la región.
Las exposiciónes se dieron ante una multitud atenta y el tribunal estuvo compuesto por la colombiana Cristina Castro, integrante del Congreso de los Pueblos; Miriam Miranda de la ONG fraternal negra hondureña y Marta Dillon, del colectivo argentino Ni Una Menos.
Las acusadoras de la Justicia patriarcal expusieron sus casos de forma emotiva, pero no por eso con menor grado de rigurosidad y lucidez. “Devuelvan a mi hija”, pidió Marta. La madre de Johana Ramallo, trabajadora sexual desaparecida en La Plata hace más de un mes. A Marisabell Pilco su ex pareja la fue matando de a poco envenenándola. Sin embargo, la justicia boliviana absolvió al femicida. “No fue enfermedad, fue feminicidio, no hay crimen pasional, fue femicidio”, gritaron sus compañeras.
“Dolernos de un territorio a otro territorio”, dijeron las mujeres bolivianas. Quienes salieron a las calles por el femicidio de Lucia Pérez en Argentina el 19 de octubre de 2016. Y también por el crimen de Micaela García en Entre Rios. Las bolivianas destacaron la importancia de una justicia comunitaria: ante el crimen de Marisabell los y las vecinxs de su comunidad buscaron preservar la casa del femicida y evitar un linchamiento. Lo hicieron pensando en el el hijo de la pareja: “ahí está la verdadera justicia comunitaria que intenta destruir la Justicia patriarcal” .
También se enjuició al estado hondureño por “omisión de deber de protección y nula investigación” por el asesinato de la activista y defensora de la tierra Berta Cáceres, quien era la coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas Hondureñas (COPINH. “Mi mami pidió ayuda y protección pero le decían que no estaba en peligro”, dijo su hija con el micrófono en la mano. “Estos grupos instalan la muerte en nuestros territorios”, señaló. Y advirtió que van a buscar a los autores intelectuales. “Berta no murió, se multiplicó”, gritaron quienes observaban el juicio.
Aunque celebró el Encuentro,”para mí no hay felicidad”, dijo Antonia, la mamá de Maira Benítez, que está desaparecida en Chaco desde diciembre del año pasado. Es uno de los reclamos transversales de este Encuentro Nacional: ¿dónde está Maira Benítez?
En lo que va del año hubo 5 femicidios en Chaco, entre los que se encuentra el de Mariel Fernández: asesinada en el barrio 29 de Agosto, en Resistencia, el 27 de junio por su ex pareja, Facundo López. El hombre acumulaba más de 20 denuncias en su contra. Cuando la familia fue a pedir ayuda a la policía, se la negaron. Mariel tenía 25 años y era madre de dos chicos.
El caso de Reina Maraz, que estuvo presa de manera injusta en Argentina; el femicidio Laura Iglesias y las desapariciones en el Bajo Flores fueron otras de las situaciones que se expusieron. “La juventud villera está en peligro”, dijo una joven activista. Y destacó la importancia de seguir tejiendo redes feministas de acompañamiento ante la falta de respuestas estatales serias y creativas a nuestras demandas.
Sabrina Cartabia del colectivo argentino Ni Una Menos expuso los casos de los femicidios en el conurbano bonaerense: Melina Romero, Araceli Fulles, Anahí Benitez. “Donde la justicia no busca a las pibas que desaparecen y los medios las responsabilizan por sus desapariciones”, dijo y destacó el derecho al placer, a la alegría y al disfrute de la noche de las pibas jóvenes. También exigieron la libertad de Milagro Sala en Jujuy y repudiaron su traslado al Penal de Alto Comedero.
“Ante el agotamiento de la Justicia patriarcal, nos plateanos esta instancia de justicia ética y política”, dijo Cristina Castro. “Estamos hablando de la verdad de las mujeres, la Justicia patriarcal solo muestra la verdad del victimario”, explicó.
Las compañeras de la Mesa Provincial por la libertad a Victoria Aguirre, presa en Misiones por un crimen que no cometió, leyeron una carta que Victoria escribió en agosto. “Sigo acá, detrás de una reja, pero de pie”, dijo y pidió a los jueces que investiguen y puedan responder que paso realmente con su hija.
Integrantes de la Coordinadora Nacional de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI) del Paraguay contaron el impacto que tienen las fumigaciones sobre los cuerpos de las mujeres en ese territorio: éxodos, malformaciones y muertes por intoxicación. “El agro negocio arrasa con todo y no respeta nuestro Tekoha (territorio, en lengua guaraní)”, sostuvieron. Contaron los casos de Adela y Adelaida, dos nenas muertas por el uso desmedido de agrotóxicos.
El juicio a la Justicia patriarcal es una disputa e interpelación. También es un espacio participativo y pedagógico. “En estos espacios aprendemos como cuidarnos entre nosotras”, dijeron las compañeras de Paraguay.
Desde Chile, activistas que acompañan a la Machi Francisca Linconao contaron su caso y la fuerte persecución que vive el pueblo mapuche. El próximo 18 de octubre comenzará el juicio contra esta referente juzgada por la ley antiterrorista.
“Estamos seguras que una justicia feminista es la que nos va a llevar a una verdadera justicia”, dijeron las activistas de CONAMURi. También desde El Salvador se expuso el caso de Manuela, que murió presa condenada por un aborto terapéutico.
Convocadas por la articulación feminista y latinoaméricana de mujeres de la Abya Yala, las participantes culminaron la primera sesión del juicio a la Justicia patriarcal. La lista de casos y situaciones que había para exponer desbordaron tiempo y espacio. La próxima audiencia será en el Encuentro Feminista de Latinoamérica y El Caribe, en Montevideo. Y luego del 2 de marzo, en el segundo aniversario del crimen de Berta Cáceres, el 8 de marzo, a un año de la masacre de cuarenta niñas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción en Guatemala. El juicio a la Justicia patriarcal recién empieza.
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Informe: María Paz Tibiletti