A los dos años Alex le avisó a su madre y a su padre, con determinación absoluta, que ya estaba listo para dejar los pañales. Un año más tarde les reclamó ir al jardín. Cada cumpleaños la lluvia de regalos rosa que le daban familiares y amigues se encontraba con el rechazo de un nene que todos leían como nena. El sexo asignado al momento de su nacimiento fue el femenino pero él nunca se reconoció como tal. “Mamá, yo soy un varón y no quiero todas estas cosas”, le dijo a los tres años. Desde que empezó la primaria su pelo fue escapándole al largo de los hombros hasta que a los 9 ir a la peluquería con su papá se convirtió en un ritual. “Siempre nos fue guiando él en su crianza. Nos fue llevando. Lo cual al ser el primer hijo hizo todo más fácil. Con sus hermanas, que vinieron después, fue todo distinto”, recuerda su mamá en diálogo con LATFEM. De esas anécdotas de pedidos y reclamos la que más quedó guardada en la memoria familiar fue el momento en el que su mamá le compró un corpiño infantil. No quiso usarlo y no lo usó. El próximo 8 de julio Alex cumplirá doce años y, además de una guitarra, el regalo que espera es su documento de identidad con el sexo-género que él se identifica desde que pidió dejar los pañales.
El DNI es el próximo paso después de la partida de nacimiento rectificada que llegó a las manos de esta familia jujeña el último 11 de junio. Es una historia que marca un hito porque se trató de la primera partida de cambio de identidad de género que entrega el Registro Civil de Jujuy en su historia. Se logró esta rectificación después del trabajo del área y la Clínica Jurídica de Niñez y Adolescencia de la organización Andhes. Se trata de la primera historia en que la provincia avanzó sobre el reconocimiento de la identidad autopercibida de un niño rectificando su partida de nacimiento con el nombre que él eligió.
Para Alex y su familia, que prefiere resguardar su identidad e intimidad, este proceso se aceleró de cara al fin de la primaria y al ingreso de la escuela secundaria del chico. No querían que siga estando en la nómina de niñas ni seguir dando explicaciones.
Desde que entró al sistema educativo Alex y su familia tuvieron que dar explicaciones atadas a los estereotipos de género. La primera maestra que los llamó a una reunión lo hizo para preguntarles algo tan absurdo como sexista: por qué la mochila que llevaba era azul si ella suponía que se trataba de una nena. Su mamá recuerda todavía esa mochila del Hombre Araña. Aunque el papá de Alex asegura que era de Toy Story. “El quería esa mochila. Tuvimos que decirle a la seño que era la que iba a usar todo el año”, explica su mamá.
“El tiempo entre el jardín y el inicio de la escuela primaria fue terrible porque encima elegimos un colegio católico. Los cuestionamientos fueron cada vez más duros”, señala su papá. “Nunca era suficiente la forma en la que ejercíamos nuestra maternidad y paternidad”, aporta la mamá de Alex. Y sintentiza: “Hoy estamos más seguros que nunca que el camino que hemos tomado con nuestres hijes es el correcto”.
Desde Andhes remarcaron que la Ley 26.743 de Identidad de Género, sancionada en el año 2012, reconce el derecho a la Identidad de Género, estableciendo como derechos fundamentales el derecho al libre desarrollo de la persona conforme a su identidad de género, el derecho a ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.
En este sentido, el Área de Derechos de la Niñez y Adolescencia de la organización recordó que la ley establece en su artículo 5° que las personas menores de dieciocho años de edad, tienen derecho a acceder al trámite de cambio de identidad a través de sus representantes legales y con expresa conformidad del niño, niña o adolescente, teniendo en cuenta los principios de capacidad progresiva e interés superior del niño/a de acuerdo con lo estipulado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley 26.061 de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes. En igual sentido señalaron que las personas menores de edad deberán contar con la asistencia del abogado del niño prevista en el artículo 27 de la Ley 26.061.
El coordinador de área, Roberto Aragón, comentó a LATFEM que la historia de Alex llegó a la organización 2017 y “desde el primer encuentro decidimos acompañar el proceso tanto del niño como de su familia, no sólo desde la asistencia jurídica, sino que hicimos una intervención integral entendiendo la importancia de la interdisciplinariedad para el abordaje en nuestras prácticas”.
Desde el año 2016 funciona una Clínica Jurídica de Niñez y Adolescentes, que es un espacio de investigación, promoción y litigio en derechos de la infancia dentro de la organización, en el que participan abogados/as y estudiantes avanzados de derecho, cuyo principal objetivo es acompañar a niños, niñas y adolescentes en presentaciones judiciales y administrativas tendientes a hacer efectivos sus derechos.
Desde el año 2016 funciona una Clínica Jurídica de Niñez y Adolescentes, que es un espacio de investigación, promoción y litigio en derechos de la infancia dentro de la organización, en el que participan abogados/as y estudiantes avanzados de derecho, cuyo principal objetivo es acompañar a niños, niñas y adolescentes en presentaciones judiciales y administrativas tendientes a hacer efectivos sus derechos.
Alex tiene su propia bandera celeste y rosa de ATTA (Asociación de travestis y transexuales de Argentina). Además investiga sobre el tema por sus propios medios y su mamá señala que “sabe que pertenece a la comunidad LGBTIQ, que no está solo”. Fue un largo recorrido hasta poner en palabras la identidad trans. Hoy participará de las actividades por los 50 años de la revuelta de Stonewall en su ciudad, varón y orgulloso.