La siembra de Berta Cáceres

A cinco años del femicidio político de la defensora del pueblo lenca, su hija Bertha Zúniga, actual coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y otros tres jóvenes militantes de la organización cuentan a LatFem qué aprendieron de ella y cuáles son sus principales activismos hoy. ¿Por qué Berta Cáceres hacía de cada día algo bueno?

Bertha Zúniga Cáceres
Coordinadora del COPINH
Hija de Berta Cáceres
(30 años)

Un recuerdo que tengo de mi mami es cuando éramos adolescentes. Con mi hermana y unas primas teníamos un programa en la radio del COPINH donde hablábamos de temas sociales, pero también poníamos canciones que a nosotras nos gustaban, que estaban un poquito de moda. Una vez, en el programa estuvimos hablando sobre el alcoholismo, sobre cómo afecta a las familias, especialmente en la violencia contra las mujeres, y luego pusimos el tema “El sol no regresa” de La Quinta Estación, donde la cantante dice que se va a tomar unos tequilas para olvidar, o algo así (N. de la R: “no es que sea el alcohol/ la mejor medicina/ pero ayuda a olvidar/ cuando no ves la salida”). Y mi mami llegó al estudio -no sabíamos que estaba escuchando el programa- y nos llamó la atención sobre cómo íbamos a estar hablando del alcoholismo y poniendo esa canción. En realidad no nos habíamos percatado del mensaje que tenía esa canción, sino que la cantábamos automáticamente porque se nos pegaba. Nosotras nos pusimos a reír mucho, pero también a meditar sobre los mensajes que tenían estas canciones que estaban a la moda, sobre la importancia y el alcance que podían tener las radios porque no dimensionamos cuánta gente puede estar escuchando. Recuerdo aprender con ella a ser más responsable en la radio y no solo usarla como un entretenimiento; a saber que cada cosa que hacíamos implicaba un trabajo serio.

También aprendí de ella que las luchas no se pueden hacer ‘a la carrera’, que se necesita practicar, tener experiencia, ser muy responsables. Pero que, al mismo tiempo, no tienen que ser un espacio triste o solo de preocupación, se tienen que hacer con entusiasmo.

A veces la gente me dice que parezco enojada, aunque no lo esté, y a ella le decían lo mismo. Imponemos como cierto respeto ante la gente, no sé por qué; quizás porque no somos muy extrovertidas si no estamos con gente de mucha confianza. Pero ella era una persona que, entre todas las circunstancias, conflictos, amenazas y persecuciones que vivió, era súper feliz, que hacía muchas bromas, que encontraba las risas en el compartir con sus compañeros, que hacía de cada día algo bueno.

Algo que nos ha inspirado mucho siempre es ver luchar a la gente de las comunidades lenca. Ver su compromiso nos ha motivado en la formación que reciben las y los jóvenes en COPINH para defender la naturaleza, los territorios, la vida. Es una formación que se da en cada asamblea, cada reunión, cada taller, cada encuentro que tenemos. Como hacía ella siempre, transmitiendo mensajes claves de la realidad y de cómo las comunidades deben fortalecerse trabajando por sus proyectos de vida. En particular, me acuerdo de haber recibido talleres de motivación popular, con el foco en la radio, para pensar la propaganda. Y algo que siempre ha hecho el COPINH, que llama la atención, es la proyección de documentales y películas que sintetizan muchas luchas de nuestra región y de otros lugares más distantes del mundo, como herramientas de debate y de análisis en todos los procesos.

La lucha antipatriarcal también es parte del COPINH. Surgió por la necesidad de abordar el problema de la violencia que viven las mujeres indígenas dentro de sus comunidades, para hablar de sus derechos. Pero luego se amplió para también hablar sobre la participación política de las mujeres y analizar por qué las mujeres lencas no participan igual que los hombres en las comunidades. Eso nos llevó a un análisis bastante profundo de cómo opera la dominación heteropatriarcal en la cultura en general, y a poder desplegar otro pensamiento y reflexiones sobre cuánto le han robado los espacios de participación a las mujeres. Recuperar esa participación ha sido una de las labores más arduas de la organización.

Mi principal preocupación ahora es cómo avanzar hacia la democratización de nuestro país. Por más que avance la lucha del pueblo lenca, por más que luchemos por la justicia por mi mami, si no cambian las relaciones políticas en este país, difícilmente vamos a tener un espacio para poder respirar, para poder replantear nuestros procesos, para fortalecer las articulaciones y para lograr esa justicia por la que estamos peleando. En esto, la juventud tiene una gran parte de responsabilidad para luchar contra el despojo, la violencia y la militarización que actualmente experimentamos en Honduras.

Foto: Radio Mundo Real

Dorian Isabel Gómez Domínguez
Lideresa comunitaria de Río Blanco, Intibucá
(21 años)

Mi recuerdo de Berta es que era muy alegre y muy compañera. Le gustaba saludar a todos y contagiaba la alegría que ella mantenía en su rostro. Mi recuerdo es eso: la alegría profunda que ella mantenía. Lo que aprendí de ella es que fue una gran mujer, una luchadora por los recursos naturales y el medioambiente; pero no solo eso, sino también las causas de las mujeres. Y lo que me inspira de Berta es esa valentía, esa fuerza para luchar y ese no tener miedo. Por el hecho de ser mujer ella corría mucho riesgo, pero eso no la detuvo, siguió adelante. Hoy, a pesar de su asesinato, ella inspira porque ha sido muy reconocida, nacional e internacionalmente, y esa fuerza y ese legado que ella nos dejó nos inspira.

A mí me gusta luchar, igual que hizo ella. Me gusta luchar y también ser líder aquí, en la comunidad. Ahora me nombraron como parte del patronato y siento que tener liderazgo en la comunidad, que era una característica de ella, es gracias a la formación que hemos tenido en el COPINH, donde las y los jóvenes tenemos talleres sobre derechos de las mujeres, formación sobre derechos humanos; recibimos formación sobre proyectos extractivos de muerte, sobre qué significa realmente la energía renovable en Honduras y todos esos proyectos relacionados con el patriarcado; sobre la tierra, títulos comunitarios, defensoras ambientales y organizaciones feministas. Esos son los temas que se llevan a cabo en talleres, reuniones o asambleas.

Yo creo que la defensa de la tierra y el territorio se articula con la lucha de las organizaciones feministas que están en la ciudad, pero ellas sienten la necesidad de acompañar a las feministas de las comunidades rurales o comunidades indígenas, como lo es la de Río Blanco. Es importante articularse en la formación de conocimiento y de proyectos con esas feministas. Aunque muchas veces ellas caminan en luchas mucho más relacionadas a proyectos de leyes grandes, como la de la legalización del aborto, pero hay una mujer que es campesina, que trabaja la tierra, que produce, y todo eso está encadenado, es una sola lucha y esa necesidad de solidaridad entre ser mujer y ser feminista, esa necesidad de articular entre mujeres rurales y de la ciudad, y entender que que necesitamos la misma fuerza para mantener nuestras luchas.

Hoy, como joven defensora, mi preocupación es que se haga justicia por Berta y por las demás mujeres que han sido asesinadas, desaparecidas o secuestradas en el país porque, lamentablemente, en Honduras no hay justicia. Hay tantas mujeres asesinadas por la Policía Nacional o abusadas sexualmente. Y si no hay justicia, pues el Ministerio Público y demás autoridades no ayudan, entonces las mujeres corremos un riesgo, mucho más las defensoras del medio ambiente, de la tierra o las mujeres organizadas -en COPINH somos muy amenazadas y corremos riesgo-. Por eso mi exigencia es justicia y verdad por Berta Cáceres y por todas las mujeres de Honduras y de todos los países.

Foto: COPINH.

Alan García Domínguez
Líder comunitario de Río Blanco, Intibucá
(25 años)

Recuerdo cuando pasábamos alegres con ella compartiendo ahí en el roble. Berta nos enseñó a que defendamos la tierra. Es un derecho que tenemos porque sin la tierra no se puede vivir en esta vida.

Ella nos dio un ejemplo sobre cómo defender los recursos naturales, para que no invadan nuestro territorio ni hagan concesiones en nuestros ríos. Hoy estamos luchando por la recuperación de tierras en la Vela del Culatón, tierras que fueron vendidas ilegalmente por la familia Madrid a la empresa Desarrollos Energéticos (DESA) de la Famila Atala Zablah (acusados por el COPINH como autores intelectuales del femicidio de Cáceres), violando el título comunitario del cual eran parte.

Foto: COPINH.

Dunia Maheli Sanches Domingues
Trabajo comunitario en Río Blanco, Intibucá
(26 años)

Nuestra compañera Berta era una mujer muy valiente, luchadora e inspiradora; una mujer guerrera. Lo que me inspira de ella es que siempre hablaba de la lucha por la defensa del territorio y de nuestros derechos como mujeres. Berta es muy importante y emblemática dentro del pueblo lenca y de otros pueblos también porque ella hablaba mucho sobre la articulación y la unión de las organizaciones, y por eso es muy importante seguir esa lucha que ella encaminó y que se siga replicando.

Yo aprendí de ella porque caminé con ella, me capacité con ella y eso me hace sentir que yo también puedo replicar su voz y su lucha, y seguir haciendo camino como joven defensora. Hay que seguir la lucha de Berta y que su voz no quede en silencio.

Una de las inspiraciones que me dejó Berta es seguir luchando y defendiendo nuestros bienes comunes. Tambien aprendi de ella a defender mis derechos como mujer, a capacitarme y a defender mis espacios y mi derecho a la participación política. A ella le gustaba mucho conectarse con la naturaleza, eso era muy importante para ella, y creo que ese rasgo es algo que nos trae mucho para pensar y también es una forma de recordar a Berta haciendo lo que ella le gustaba, disfrutando de la naturaleza y compartiendo con las comunidades. Es muy importante seguir enseñando quién era Berta, y rescatando nuestras culturas lencas y ancestrales porque son importantes para nuestra identidad como pueblos.

Creo que es muy importante hacer una articulación entre la defensa del territorio y  el feminismo. Nosotras como mujeres tenemos esa conexión con nuestra tierra, con nuestro aire, con nuestros bosques desde muy chiquitas. La lucha por la tierra y el territorio va de la mano con el feminismo, y desde ahí nuestra compañera Berta Cáceres incorporó la lucha antipatriarcal dentro de la organización porque sabemos que no podemos permitir violencias dentro de nuestros espacios o de nuestras comunidades; que es importante que las mujeres también podamos participar o acceder a un cargo, y también que los hombres se hagan cargo del hogar, que los roles del trabajo sean compartidos y que la cocina o el cuidado de los niños ya no sea algo solo de las mujeres. La lucha feminista y la defensa y la lucha por el territorio van de la mano. Y en eso estamos, en seguir ese camino de transformación, siempre recordando a nuestra compañera Berta Cáceres.

Como joven y defensora, la principal preocupación que tengo es saber que estamos en un país donde sufrimos mucha persecución, muchas amenazas, mucha hostigación por ser defensoras de los derechos humanos y del ambiente. Una preocupación bien importante es llegar a la justicia por nuestra compañera Berta Cáceres, una justicia que aún como comunidades y como organización no hemos encontrado y ya son 5 años de su asesinato. En Honduras no hay justicia por nuestras lideresas y por las y los defensores de la tierra. Así como asesinaron a Berta, están asesinando a más líderes y defensores, y si no logramos esa justicia, nos van a seguir asesinando. Por eso, el asesinato de nuestra compañera no puede quedar en la impunidad y la justicia tiene que llegar hasta los autores intelectuales y sus cómplices.