Las ni-ni de la política nacional de salud pública: ni Educación sexual para decidir, ni anticonceptivos para no abortar, ni aborto legal para no morir

A lo largo del debate sobre la legalización del aborto se ha puesto sobre la mesa la necesidad de mejorar la educación sexual integral y fomentar la utilización de métodos anticonceptivos para evitar los abortos de las mujeres que no desean ser madres. Estos argumentos son utilizados principalmente por quienes se oponen a su legalización. Si bien es cierto que mejorando la educación y la prevención es posible reducir la cantidad de abortos, también es cierto que el aborto sigue siendo una necesidad tanto en los casos en que los métodos anticonceptivos no funcionan como cuando estamos frente a casos de violencia de género, violaciones, o cualquier otro motivo que haga que una mujer esté cursando un embarazo no deseado.

 

A pesar que desde el oficialismo se muestra la mayor oposición a la legalización del aborto, es el Estado nacional quien actualmente no está brindando las herramientas necesarias para evitar embarazos no deseados. En tiempos de Cambiemos el grado de cumplimiento de los programas que contribuyen a una mejor educación sexual y a la salud sexual y reproductiva no están pasando por su mejor momento.

¿Educación sexual para decidir?

Según un pedido de informes del Observatorio de Derecho Humanos de la Ciudad al Ministerio de Educación de la Nación, y como se puede observar en el siguiente gráfico, la ejecución del programa de Educación Sexual Integral (ESI) en metas físicas tiene una caída muy fuerte en el año 2016 y para el 2017 se profundiza. Este indicador da cuenta de la cantidad de escuelas que alcanzó el programa año a año y la cantidad de docentes que se han capacitado en todo el país.

Cuadro 1: Elaboración propia en base a los datos del Observatorio de Derecho Humanos de la ciudad

Si se tiene en cuenta el gasto asignado al programa dentro del presupuesto nacional podemos observar la misma caída en el año 2016. Si bien en 2017 se recupera, no alcanza los valores que tenía en el año 2015. Además, como se puede observar en el siguiente gráfico, para mantener el nivel de gasto de 2015, inflación mediante, la inversión debería haber sido mucho mayor. Indexando por inflación el gasto destinado a la ESI, lo gastado posterior al 2015 se encuentra por debajo de donde debería estar para mantenerse en niveles reales iguales al año de referencia.

Cuadro 2: Elaboración propia en base a los datos del Observatorio de Derecho Humanos de la ciudad

Este leve aumento en el año 2017, según lo que se puede observar en el informe se debe a capacitaciones presenciales, donde se gastó $ 31 millones (M), un monto similar al que se gastó en el año 2015 para este concepto pero en ese año se logró capacitar 55.000 docentes de 14.000 escuelas y en cambio, en 2017 solo fueron 1.050 de 500 escuelas. En el período 2012-2017 se han alcanzado 44.600 escuelas, esto representa alrededor del 71% de la totalidad de establecimientos educativos del país.

¿Anticonceptivos para no abortar?

Dentro del Presupuesto Nacional hay un programa específico encargado de la salud sexual y la procreación responsable que debería  contribuir a mejorar la estructura de oportunidades para el acceso a una atención integral de la salud sexual y reproductiva. Según lo que figura en la página del Ministerio de Salud de la Nación tiene como objetivos disminuir la morbimortalidad materno infantil, prevenir embarazos no deseados, promover la salud sexual de las y los adolescentes, contribuir a la prevención y detección precoz de enfermedades de transmisión sexual, VIH/sida y patologías genitales y mamarias, garantizar a toda la población el acceso a la información, orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y procreación responsable y potenciar la participación femenina en la toma de decisiones relativas a su salud sexual y procreación responsable.

Este programa dentro de sus competencias se encarga de entregar tratamientos, a la población que utiliza el sistema público de salud, para prevenir embarazos (anticonceptivos, preservativos, colocación de DIU). Como se puede observar en el siguiente gráfico la entrega de preservativos y tratamientos tiene una caída fuerte en el año 2016. La cobertura a la población elegible con tratamientos anticonceptivos cayó del 82% que se había alcanzado en 2015 al 37% en 2016. En el año 2017 esto mejora pero en tratamientos no se llega a los niveles alcanzados en 2015. La distribución de preservativos mejora sensiblemente con respecto a ese año.

Cuadro 3: Elaboración propia en base a los datos de la Cuenta de Inversión anual y de la Oficina Nacional de Presupuesto

En lo que respecta al año 2017, si se analiza el gasto, la situación mejoró en relación al año 2016 pero no recuperó los niveles del año 2015 en términos reales.  

Si observamos el presupuesto inicial del año 2018, se preveía una asignación que en términos reales, con una inflación que se proyectaba en el 15,7%,  representaba una caída del 5,2% con respecto al año anterior. Este presupuesto inicial se logró ampliar pero, como se puede observar en la siguiente tabla, los gastos ejecutados a mayo no llegan al 6% del presupuesto. Esto es preocupante ya que venimos de una fuerte caída en el año 2016, con una recuperación leve en 2017 y parecería que este año la situación podría ser peor.

Cuadro 4: Elaboración propia en base a los datos de la Cuenta de Inversión anual y de la Oficina Nacional de Presupuesto

 

Otro programa analizado es el de laLucha contra el SIDA y Enfermedades de Transmisión Sexual”, dentro de este también hay partidas destinadas a la compra de preservativos. Tal como sucedió en el programa anterior las compras de este insumo tienen una fuerte caída, del orden del 50,5% en el 2016 con respecto al año 2015. En el año 2017 aumenta un 36% pero no logra alcanzar los niveles que tenía en el año 2015.

Cabe destacar que para ambos programas existe sub-ejecución de las partidas presupuestarias con respecto a las metas físicas para el año 2017. Como se observa en la siguiente tabla, la ejecución de las partidas del programa de salud sexual y procreación responsable están entre el 71% y 76%. La mayor sub-ejecución está en la compra de preservativos prevista para el Programa de Lucha contra el sida y enfermedades de transmisión sexual que solo llega al 25%. En la información brindada por la Oficina Nacional de Presupuesto aducen retrasos en la licitación y entregas de los productos por parte de la empresa logística CUS-Medicamentos, lo cierto en este caso también es que el programa de lucha contra el VIH ha perdido presupuesto para prevención, en el año 2016 el 99% del gasto de este programa se utilizó en compra de medicamentos cuando en los años anteriores este porcentaje era del orden del 90%.

Cuadro 5: Elaboración propia en base a los datos de la Oficina Nacional de Presupuesto

. Asimismo hay que evaluar la falta de políticas públicas con perspectiva de género en estos programas, no existe por parte del Estado compra de preservativos femeninos ni hay promoción de la vasectomía como método anticonceptivo dentro del programa.

Aborto legal para no morir

En este marco se estima que en Argentina se realizan alrededor de 450 mil abortos al año. Según cifras oficiales, en 2016 fueron 43 las mujeres que murieron por complicaciones post aborto, constituyéndose como la primer causa de muerte materna en nuestro país. Los resultados de la legalización del aborto en los países que lo implementaron son contundentes: Uruguay, a cinco años de la aplicación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) es el segundo país con menor mortalidad materna de América, después de Canadá.