No digamos más que los sectores populares se volvieron de derecha

Entre las PASO del 12 de agosto y las elecciones generales del 22 de octubre en Argentina pasó algo. El triunfo de Sergio Massa, con un notable aumento en su caudal de votos, tuvo su capítulo especial en los barrios populares: en 12 de los 13 circuitos villeros de CABA ganó Unión por la Patria. Si nos habían convencido de que el pueblo se volvió de derecha, estos datos revierten cualquier diagnóstico derrotista, pero ¿qué pasó en el medio? Julia Barrio desglosa estrategias silvestres y oficiales que cambiaron las narrativas y, a hasta el momento, “la dieron vuelta”.

Los habitantes de los barrios populares están agotados y con bronca, hace 16 años que el Gobierno de la Ciudad, en manos del PRO, les da la espalda. Al hartazgo se sumó la decepción por un gobierno nacional que no alcanzó a colmar las expectativas (había propuesto “empezar por las y los últimos”) y ese combo se tradujo en las urnas en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

La contundencia de los resultados, que dieron como ganadora a la fórmula de Javier Milei y Victoria Villarruel de La Libertad Avanza (LLA), generó impacto en todo el país. Con la lupa en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, LLA fue la fuerza política más votada en esa instancia previa a las elecciones generales, reforzando el desconcierto. 

Sin embargo, en las elecciones generales del 22 de octubre las y los vecinos de esos mismos barrios votaron de manera muy distinta: en 12 de los 13 circuitos villeros de CABA ganó Unión por la Patria en las categorías nacional y local, contabilizando las mesas de electores nacionales; y en 10 circuitos en las mesas de electores extranjeros, quienes solo votan categorías locales. 

Entre las PASO y las elecciones generales, el porcentaje promedio de votos de la fórmula encabezada por Sergio Massa se incrementó en un 13% entre todos los circuitos villeros.

Entre las PASO y las elecciones generales, el porcentaje promedio de votos de la fórmula encabezada por Sergio Massa se incrementó en un 13% entre todos los circuitos villeros, alcanzando hasta un incremento de más del 17%, como es el caso del Barrio 31. Por el contrario, el voto a Javier Milei y a Patricia Bullrich (candidata a presidenta de la coalición que gobierna la Ciudad de Buenos Aires) disminuyó, como detalla este cuadro elaborado por el politólogo Alejandro Filippini, en base a los resultados provisorios obtenidos en  http://resultados.gob.ar/



¿Qué pasó en el medio? ¿Qué cosas se hicieron bien? 

En principio, y más allá de algunas medidas concretas en beneficio de los sectores populares, hubo un cambio en la manera de hablar y en el contenido de los mensajes que llegaron a esas personas. Pero además, hubo un acontecimiento que pudo ser definitorio: la presencia concreta del candidato en el barrio.

La película Un hermano del Sur —de Subsuelo Producciones— recupera con imágenes y testimonios la visita de Néstor Kirchner a una escuela de la entonces Villa 1.11.14 para anunciar el lanzamiento del boleto estudiantil. Era el 22 de agosto de 2003 y Néstor era el  flamante presidente electo de la Argentina, un país arrasado post crisis del 2001. Las escenas del documental suceden en los espacios de la escuela y puede verse también a Estela de Carlotto, Pablo Díaz (sobreviviente de La noche de los lápices) y funcionarios de su gestión. Ese día, Néstor escuchó de parte de una estudiante secundaria un discurso que describía la vida cotidiana de las pibas y los pibes del barrio con sus demandas y necesidades, una carta muy dura que hablaba de violencia institucional, discriminación, desigualdad. Ese día también abrazó a Dolly Sigampa, referenta de Madres en Lucha, vecina del barrio y mamá de Ezequiel Demonty, el pibe que un año antes había sido arrojado a orillas del Riachuelo por agentes de la Policía Federal tras haber sido torturado y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida debajo del Puente Alsina. También ese 22 de agosto se llevó una virgencita de Luján que una vecina del barrio le entregó para que la mire todos los días y siempre recuerde “cómo está la Patria”. Lo que más recuerdan y destacan quienes fueron testigos de aquella visita es la cercanía, el gesto de pisar el mismo barro, la escucha atenta. Fue la primera vez que un presidente visitó el barrio.

Hubo un cambio en la manera de hablar y en el contenido de los mensajes que llegaron a los barrios populares.

El 7 de octubre de este año se presentó el documental frente a la misma escuela, en el Día de la Identidad Villera, 20 años después de aquella visita. A ese acto asistió Sergio Massa, el candidato a presidente de Unión por la Patria en plena campaña electoral rumbo a las elecciones generales. Frente a una multitud ovacionando su presencia, el candidato mencionó al Papa Francisco y particularmente les habló a las madres: ”quiero que me ayuden a que cada mamá de la Argentina entienda que estamos frente a una elección que lo que define es un modelo de valores, que lo que estamos discutiendo es si las vacunas de nuestros hijos son gratuitas o si tenemos que pagar 1 millón de pesos al año, que es lo que costaría si no tuviéramos el plan de vacunación”, “que cuando ellos plantean la libre venta de armas están mandando a nuestros hijos a la escuela armados. Nosotros queremos a nuestros pibes con una netbook en la mochila y no con un arma.” 

El 87% de las mujeres que viven en los barrios populares de nuestro país son responsables del hogar. Así lo muestran las cifras del Relevamiento sobre condiciones socioeconómicas y uso del tiempo de las mujeres y personas travestis-trans en barrios populares del Observatorio de Géneros y Políticas Públicas y la Secretaría de Integración Socio Urbana del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que analiza las condiciones de vida y el uso del tiempo de las mujeres cis y personas travestis-trans en esos territorios con el objetivo de generar insumos y proyectos de promoción de derechos en el proceso de integración sociourbana. A esas mujeres jefas de hogar, Massa eligió hablarles el día que estuvo en Bajo Flores para decirles que conoce sus preocupaciones y que sus propuestas piensan en ellas y en sus hijos.

“Necesitamos un presidente que escuche las necesidades de los barrios populares, que se comprometa, que se arremangue la camisa para salir adelante. No se puede votar a Milei, que habla de dolarizar y de privatizar. Por eso apoyamos a Massa.”

María Flores

“Nosotras, las mujeres, somos los pilares de las familias. Dimos un paso enorme por nuestras luchas y seguimos luchando por un salario digno para las trabajadores de la economía popular. No vamos a dar ni un paso atrás”, afirma María Flores, responsable del Comedor y Merendero Patria Grande en el Barrio La Carbonilla. Y reflexiona: “necesitamos un presidente que escuche las necesidades de los barrios populares, que se comprometa, que se arremangue la camisa para salir adelante. No se puede votar a Milei, que habla de dolarizar y de privatizar. Por eso apoyamos a Massa.”

Escuchar, la clave para darla vuelta

Tal como venimos expresando desde LatFem, el cambio narrativo es un proceso de cuestionamiento y reinvención de la comunicación, es la búsqueda de nuevas formas de decir y llegar a las personas con temas sobre los cuales los activismos quieren conversar para producir una transformación social. En el cambio narrativo es fundamental el diálogo y la escucha de la lengua popular. Para lograrlo es imprescindible estudiar a las personas a la cuales queremos llegar: ¿Quiénes son? ¿En qué creen? ¿Qué quieren? Escuchar es la mejor manera de empezar a hablar. Hablar con un lenguaje que atraiga y no repela, que sea popular y no dogmático, que sea simple y empático. Y lo más importante de todo: es fundamental poder narrar el futuro basándonos en la esperanza de que podemos estar mejor. Algunos de estos principios comenzaron a ser activados en la campaña oficial y en las campañas del desborde ciudadano.

Desde que se conocieron los resultados y hasta que inició la veda para los comicios generales, las organizaciones políticas y sociales del arco político nacional y popular asumieron el compromiso de dar vuelta los resultados.

Desde que se conocieron los resultados y hasta que inició la veda para los comicios generales, las organizaciones políticas y sociales del arco político nacional y popular asumieron el compromiso de dar vuelta los resultados. En todos los barrios populares se organizaron asambleas, reuniones, encuentros entre vecinas y vecinos para discutir cómo salir a militar a favor de Sergio Massa tras los resultados adversos de las PASO. Durante las breves semanas que separaron a ambas elecciones, hubo recorridas puerta a puerta para acercar propuestas y entender las motivaciones que llevaron a que una fuerza política en apariencia novedosa pero de clarísimo corte regresivo hubiera sido capaz de captar tantos votos en los barrios que históricamente se identificaron con el peronismo. 

Afichadas, stencileadas, pintadas callejeras con mensajes creativos gestados al calor de la organización colectiva se multiplicaron en los territorios no solo de los barrios más humildes. La comunicación política tuvo un rol fundamental porque gracias a estudios como los de LEDA, de la Universidad de San Martín, se pudo identificar que entre las mujeres el candidato Javier Milei era menos aceptado que entre los varones y que por eso el voto femenino era una gran oportunidad para atraer votos hacia Massa. Pudimos identificar preocupaciones de las mujeres, por ejemplo la libre portación de armas, la privatización de la educación o la venta de órganos y crear mensajes focalizados en estas mujeres cuyos votos estaban dudosos o aún no habían podido o querido ir a votar. Otra tarea fue movilizar el voto de familiares, amigas, vecinas en cada charla, en cada intercambio analógico y digital. Una buena herramienta que se socializó es una Guía práctica para dar vuelta la elección.

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Un dato destacable sobre el que se trabajó fue el gran ausentismo que hubo en la elección primaria: ¿hubo mujeres que no fueron a votar porque les resultó imposible conciliar las tareas de cuidado durante esa jornada? Esta fue una hipótesis a partir de la cual se abordaron algunas de las campañas de desborde, iniciativas organizadas en torno a la periferia de las organizaciones políticas tradicionales, en muchos casos conducidas por organizaciones o espacios de comunicación política, pero en su mayoría impulsadas por la militancia silvestre. Otro ejemplo de estas iniciativas focalizadas en mujeres fue la campaña “Nosotras vamos a votar” que recupera a través de textos simples e imágenes las razones por las cuales las mujeres debíamos ir votar con el fin de motivar nuestra participación electoral a favor de la ampliación de derechos. 

La clave fue convocar a quienes no fueron a votar o votaron con dudas pero otro gran desafío implicó ir a buscar a quienes votaron a Milei para escuchar sus razones. “Escuchar para cambiar el rumbo” había sido el nombre que tuvieron, allá por 2021, las asambleas convocadas en los barrios populares de todo el país cuando el panorama pronosticaba un clima de descreimiento de la política y de desesperanza en el proyecto nacional y popular también atado a la post pandemia. Como una suerte de ejercicio de democracia popular, la propuesta se basó —en aquella instancia— en escuchar las necesidades del pueblo humilde y sistematizarlas para propiciar un cambio de rumbo, movilizar el voto en las elecciones de medio término para frenar a quienes trajeron la deuda y a las corporaciones. Apelando a la participación popular y la construcción de propuestas de abajo hacia arriba, ese mismo espíritu orientó muchas de las estrategias que buscaron revertir los resultados esta vez. Se propusieron darla vuelta. Y lo lograron. 

Apelando a la participación popular y la construcción de propuestas de abajo hacia arriba, ese mismo espíritu orientó muchas de las estrategias que buscaron revertir los resultados esta vez. Se propusieron darla vuelta. Y lo lograron. 

Durante la conferencia de prensa que ofreció a medios internacionales al día siguiente de haber resultado el candidato más votado en las elecciones generales, Massa atribuyó una parte importante de su triunfo a las mujeres: “cuando usted mira la composición de mi voto […] el promedio del 37% que nos acompañó se integra en su gran mayoría por mujeres”. También incorporó en sus propuestas a los cuidados y a la recomposición de la brecha salarial por género, parte de la agenda impulsada por los feminismos que, unos días antes de las elecciones, se habían encontrado en el 36º Encuentro Plurinacional en Bariloche/Furilofche. Allí, la legisladora porteña Ofelia Fernández convocó a una multitud en el marco de la iniciativa que encabeza desde los resultados adversos de las PASO: las plazas de la Comunidad Desbordada, que empezó en la Ciudad de Buenos Aires y terminó en el Centro Cívico de San Carlos de Bariloche. Allí planteó que “tenemos que enfrentarnos a nuestros propios límites. A mí uno que me estresa de manera especial y significativa es que sea muy común que nos narren y les creamos. No me sorprende escuchar en los medios de comunicación un discurso sistemático de que los planeros son todos unos vagos y hay que balear las movilizaciones. Lo que me hace ruido es cuando nosotros mismos, por miedo a que ese discurso ya esté instalado, nos subamos de antemano y nos pasemos cuatro años auditando la política social, contándole las costillas a los más pobres o diciendo que hay que convertir los planes en trabajo, como si en la Argentina se pudiera vivir sin trabajar”.

La plaza del desborde en Bariloche

En ese mismo sentido, es imprescindible que dejemos de creernos y de repetir ese cantito tan reiterado en los últimos tiempos que afirma que “los sectores populares se volvieron de derecha”. No lo digamos más. Los sectores populares en las elecciones generales no acompañaron a la derecha. Vivimos en una Argentina profundamente desigual, pero donde todavía hay una gran cuota de esperanza, conciencia, compromiso y dignidad. Desde el subsuelo de la patria, en nuestro pueblo trabajador, entre las mujeres que sostienen la vida en las barriadas se construye cada día el poder popular con la capacidad para transformar y soñar un proyecto de futuro que nos contenga a todes.