La Libertad Avanza (LLA) se configuró como espacio político a la derecha de la derecha tal como la conocíamos. Uno de los elementos en los que se manifiesta esta radicalización es en la construcción de una agenda anti-feminista que se mira en el espejo del progresismo para llevar adelante la batalla contra lo que este espacio considera el “marxismo cultural” o la “ideología de género”. Gestos de rechazo explícito al movimiento feminista y LGBTIQ+; expresiones a favor de recortes estatales que cobran especial énfasis cuando refieren al ex Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, creado durante el gobierno de Alberto Fernández; las declaraciones de Victoria Villaruel en contra del matrimonio igualitario o sobre un posible referéndum para definir la legalidad del aborto y el rechazo al lenguaje inclusivo son expresión de ello.
En el libro “Está entre nosotros”, Sergio Morresi y Martín Vicente dicen que las llamadas “nuevas derechas” se distinguen por su carácter fusionista. Esto es la amalgama entre diferentes tradiciones y proyectos políticos (conservadores, nacionalistas, liberales y libertarios) en torno a un núcleo de ideas comunes, como aquellas que dan forma al mantra liberal – “el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”– que militantes y referentes repiten como un padre nuestro.
El antifeminismo y el antiprogresismo también forman parte de ese núcleo de acuerdos básicos. Ahora bien, ¿se trata sólo de un backlash o hay algo adicional en la disputa de sentidos que produce un tipo alternativo de feminismo? Esta entrevista reconstruye la perspectiva de un grupo de jóvenes que militan en LLA, se reconocen como feministas y crearon Mujeres por la Libertad y Pibas Libertarias. El feminismo por el que militan se diferencia de lo que ellas caracterizan como “feminismo radical” o “hegemónico” así como también del “nicho-provida”, sector que identifican con las posiciones más conservadoras del mileísmo, al que corren “por izquierda”. La aproximación a este feminismo liberal-libertario desde el punto de vista de sus militantes ofrece una lente privilegiada para acceder a un universo multiforme cuyas características no se desprenden mecánicamente de las agendas partidarias, los discursos dirigenciales o de los acuerdos de cúpulas y que, desde afuera o para el sentido común, parecen imposibles.
“Poné presidente, con e”, dice Agustina Villar a LatFem al momento de responder cómo quiere ser presentada en la nota. Agustina encabeza el espacio orgánico de jóvenes en el Movimiento Integración y Desarrollo (MID), partido que integra LLA. Junto con la legisladora porteña Rebeca Felitas fundó Mujeres por la Libertad. Agustina tiene 25 años y empezó a militar hace diez años en la Juventud de Propuesta Republicana. Es una de las que llegó a los espacios liberal-libertarios desencantada con el macrismo.
Agustina Villar en unaa manifestación. Belén Paz es fundadora de Pibas Libertarias
Belén Paz tiene 28 años. Era estudiante de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y vivía en el conurbano. Su familia no pudo ayudarla económicamente y tuvo que dejar de estudiar para trabajar. Empezó a participar de las manifestaciones contra el gobierno de Alberto Fernández en plena pandemia. Nunca había ido a una marcha y lo hizo con miedo a ser detenida porque todavía regían medidas de Aislamiento y Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio. En las primeras protestas conoció activistas de Pibes Libertarios, espacio del que forma parte desde ese entonces y en el seno del cual fundó Pibas Libertarias. Al principio la posición anti aborto era unánime y ella ocultaba su adhesión a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Amparada en la premisa liberal del “respeto a la vida del prójimo”, participó de las marchas organizadas por los opositores a la legalización y despenalización del aborto durante los debates parlamentarios del año 2020.
La salida del closet político vino de la mano de una nueva camada de jóvenes activistas. Ahora las Pibas Libertarias se manifiestan y marcan sus contrapuntos con las mujeres que tienen mayor visibilidad pública, como la vicepresidenta Victoria Villaruel y Eugenia Rolón, exponentes de la agenda anti aborto. Las Pibas Libertarias también manifiestan su repudio a dichos como los de la diputada Lilia Lemoine, quien sugirió la posibilidad de presentar un proyecto de ley por medio del cual los varones puedan renunciar a su paternidad. “Los varones abortan cuando se borran”, afirma Agustina.
El tipo de feminismo por el que dicen que militan, aunque no es mayoritario en LLA, propone tensiones y disputas con las posiciones más conservadoras. La perspectiva desde la que dan forma a este feminismo encuentra un hilo común con otras agendas liberal-libertarias, por ejemplo, en la crítica que realizan al Estado. Este es interpretado como el agente que restringe o limita libertades, mientras que el mérito y el esfuerzo colocan a las personas allí donde deben estar, más allá de que sean varones, mujeres, hetero, gays, bisexuales o trans. En palabras de Pablo Semán y Nicolás Welshinger, estas feministas son “mejoristas”: asocian el progreso social con el voluntarismo individual. Por eso se oponen a las leyes que definen cupos, así como a cualquier tipo intervención estatal, incluso, las que construyen principios de equidad o de igualdad. “Las mujeres también tienen que ganarse su lugar”, sostienen. Con esta visión toman distancia del “feminismo hegemónico”, esto es el feminismo asociado a los valores progresistas que, desde su punto de vista, perforó la esfera estatal y se convirtió en oficial.
¿Quiénes son y cómo piensan las Pibas Libertarias? ¿Es posible un “feminismo mileísta”? En esta entrevista nos acercamos a conocer cómo piensan las otras hijas del Ni una menos y de la ola verde que militan por Milei.
—¿Cómo vivieron ustedes los años del crecimiento del feminismo, del Ni Una Menos del 2015 a los debates parlamentarios sobre la IVE en 2018 y 2020?
Belén: —El Ni Una Menos siempre me pareció una consigna base muy importante para el feminismo. El primer encuentro que se hizo en 2015 en Plaza de Mayo, donde se vestían todas de negro, fue muy importante. Participé de la marcha porque me pareció una consigna que valía la pena y me sentí identificada. El tema fue después, a medida que se iba metiendo el feminismo más radical. Ahí empezó mi rechazo a consignas como las de “Al macho, muerte”. Sin embargo, hay un montón de cuestiones que siguen pasando. Por ejemplo, todas sufrimos el acoso en la calle: existe y es algo que hay que combatir. Pero también creemos que la mujer tiene que valerse por sí misma, tiene que poder defenderse, no tiene que depender de un policía que venga a ayudarla.
Nosotras estamos a favor del aborto. Creemos que es muy importante que una mujer pueda elegir qué hacer con su vientre, qué hacer con su vida, con su cuerpo. Y eso también fue complicado al principio, porque cuando empezó todo esto acá eran todos muy pro-vida, incluso Milei.
Nosotras estamos a favor del aborto. Creemos que es muy importante que una mujer pueda elegir qué hacer con su vientre, qué hacer con su vida, con su cuerpo. Y eso también fue complicado al principio, porque cuando empezó todo esto acá eran todos muy pro-vida, incluso Milei. Uno lo acompaña porque dice “El Estado no se tiene que entrometer”. La gente liberal lo veía en ese momento desde la idea de “el estado no se tiene que meter ni tiene que asesinar niños”. Manteníamos oculto el ser pro-aborto. Después empezamos a juntarnos con más pibas, aparecieron más chicas jóvenes. Con las chicas jóvenes una puede establecer una conexión y hay ciertos puntos en común. El tema es cuando ya son un poco más grandes, o cuando ya son muy católicas o muy metidas en la religión y es más difícil.
Agustina: —Yo estaba militando en el PRO, que casi se rompe por la Ley del aborto en 2018. Siempre fui pro-aborto. Había referentes a favor y en contra. Macri primero toma la decisión de ir a debatirlo y la parte pro-vida no estaba para nada contenta. Lo que dijo Macri al partido, y lo que después dispuso JxC, fue que cada persona vote según lo que pensara y no con una línea partidaria. Entonces el PRO, la Coalición Cívica, la UCR y algún que otro partidito que debía estar en ese momento, votaron sin lineamiento, ni de frente ni partidario.
El Ni Una Menos es una consigna súper válida. Creo que después el feminismo se radicalizó. Puedo decir que me cuesta más la política por ser mujer, muchas de nosotras lo sentimos. El liberalismo es un espacio más de hombres. Habrás ido a actividades y habrás notado que hay más hombres que mujeres, que hay muchos más representantes hombres que mujeres. Costaba en el PRO y cuesta en el liberalismo. El Ni Una Menos me pareció súper justificado cuando salió, me pareció súper justificado en la marcha pero cuando empezaron a radicalizarse dejamos de participar. Cuando empezaron, por ejemplo, las consignas “contra el endeudamiento de Macri”, que ahora van a ser “por el represor Milei”. Entonces yo adopté el feminismo no hegemónico, que es el feminismo liberal, el de la primera ola.
Yo me manifesté en el 2018 a favor del aborto. En el 2020, que ya estaba alineada con el liberalismo y seguí acompañando el aborto legal. Creo que hoy en día si la salud es pública, el aborto tiene que ser público, es un tema de salud. Pero en un escenario ideal la salud no tendría que ser pública, sino de gestión privada. Ahi sí, si vos tenés una obra social y querés abortar, lo podés hacer a través de tu obra social.
Cuando formamos la organización nos dimos cuenta que todos no pensaban igual. Hay gente que no te respeta porque viene del nicho pro-vida, otras personas sí. Cuando es necesario nos hacemos escuchar y creo que nosotras no tenemos miedo de dar nuestras opiniones.
—¿Hay algún otro grupo de chicas, de mujeres, que esté en esto que vos llamás nicho pro-vida con algún activismo más sostenido, más comprometido dentro del frente LLA?
Agustina: —Sí. Muchas de las chicas que están hoy vienen del espacio pro-vida. La diputada María Celeste Ponce juró con el pañuelo celeste, María Fernanda Araujo también. Eugenia Rolón es cristiana pro-vida. Para la asunción de Milei habían armado flyers que proponían ir con los pañuelos celestes porque Milei, Villarruel y Benegas Lynch dieron que había derogar la ley del aborto lo antes posible.
—A nivel de LLA, ¿qué mujeres son figuras interesantes para ustedes?
Belén: —Bueno, Rebeca [Fleitas]. Siempre va al frente, se la banca solita. Es muy joven. Tiene principios muy marcados y es admirable eso. Trabaja un montón. Es un ejemplo de mujer para nosotras.
Agustina: —Particularmente otra que ahora es diputada, para mí referente, es María Cecilia [Ibáñez], que es Diputada por el MID de Córdoba. Hizo una carrera tremenda en el partido, milita desde los 18 años en el MID y logró por primera vez una banca nacional de una mujer en el MID. Un hecho histórico. Hace 20 años que es Presidenta del MID de Córdoba. Y ella, uniéndose a la alianza y compartiendo la mayoría de los ideales de LLA, fue una de las primeras firmantes de la ley del aborto legal en Córdoba
—¿Y qué valoración hacen de Victoria Villaruel?, ¿es una mujer que expresa sus ideas?
Agustina: —Es una de las figuras femeninas del espacio pero no estoy de acuerdo con muchas cosas, forma parte de un conservadurismo muy duro. Por ejemplo, nosotros no estamos a favor de la hegemonía que hay sobre el relato del 24 de marzo, Beca [Fleitas] lo defiende siempre, pero Villarruel nunca termina de decir que la dictadura estuvo mal. Creo que es una referente mujer muy fuerte, llegó a ser Vicepresidenta, está bien que sea Vicepresidente y esté en el Senado, pero avalo que no le hayan dado los Ministerios de Seguridad y Defensa. No sé cuál es su límite, hay cosas que se dicen que son reales: ella visitaba a [Jorge Rafael] Videla.
(Villaruel) Es una de las figuras femeninas del espacio pero no estoy de acuerdo con muchas cosas, forma parte de un conservadurismo muy duro. Por ejemplo, nosotros no estamos a favor de la hegemonía que hay sobre el relato del 24 de marzo,
—¿Cuándo y cómo surge la necesidad de crear espacios de mujeres?
Agustina: —Lo de Pibas Libertarias lo armamos a raíz de la movilización por el Día de la Mujer en 2021. En 2022 y 2023, además de ir a la marcha, organizamos el Encuentro de Mujeres. Este año participaron distintas oradoras y cerró Beca dando un discurso desde el feminismo. Habló en la Legislatura varias veces los 8 de marzo llevando una voz distinta, lo que nosotras pensamos. Yo hablé un poquito, armé un discurso de lo que me parecía que era nuestra línea feminista. Vino Mercedes Colombres, que es una periodista que está muy activa con nosotras. Naty Motyl, economista, que ahora está peleada con nosotros; Kitty Sanders, una periodista rusa que fue prostituta y se metió en temas de trata durante diez años y Romina Cortés, licenciada en criminalística, para hablar de seguridad. También vino una médica neuróloga de Mujeres por la Patria.
—En la marcha del 8M de 2021 llevaron una bandera que decía “Libre portación de armas para defendernos solas sin depender del Estado”, ¿qué quiere decir esto para el feminismo que ustedes impulsan?
Agustina: —Sí, es una consigna que tenemos muy clara nosotras. Este año cuando organizamos el evento del 8M rifamos armas no letales: un llaverito para defensa propia. Es un cuchillo plegable, para llevar en la cartera y defenderte. Lo sorteamos en los encuentros.
—En algunas marchas del 8M algunas militantes liberal-libertarias llevaron remeras que decían “el aborto también es femicidio” y “somos jóvenes y de derecha” que generaron algunas controversias, ¿cómo ven esto ustedes?
Agustina: —A mí me parece un poco confrontativo. Nosotras, con lo que es el Encuentro de Mujeres por la Libertad, desde las redes o cada vez que podemos hablar de la temática, no buscamos provocar o hacernos virales en una foto sino tener una representación. Creo que no cambia nada llevar un cartel y que te puteen cinco femibolches en una marcha. Cuando fuimos lo hicimos convencidas de que había cosas dentro del Ni Una Menos que había que representar.
Belén: —Al revés. Siempre nos quieren pegar a nosotras. Porque te ven con una bandera amarilla y con un cartel que dice “Los bancos rojos no salvan vidas” y se ponen agresivos con vos. Porque representas “lo malo”. Pero estás diciendo una realidad.
—Otra de las consignas que vi en las manifestaciones me llamó la atención porque era una versión adaptada de la que utilizaban las chilenas de Las Tesis. La versión original decía “El Estado opresor es un macho violador” pero ustedes sacaron la palabra “macho”. ¿Cómo y por qué decidieron usar esa expresión?
Agustina: —Usan frases fuertes dentro del feminismo hegemónico y se hizo muy viral el baile del Estado opresor. Y, obviamente, la reformamos. También usamos las remeras con la consigna “Al violador, bala”. Muestra nuestras diferencias con el feminismo hegemónico.
Belén: —Cuando vas a las marchas con esa remera y te dicen “No, ¿pero por qué le vas a pegar un balazo? No, hay que reformarlo, hay que ayudarlo” ¡Pero te está violando! Te vienen con esa idea de que hay que ayudarlo porque sufrió y entonces es un enfermo porque la pasó mal en la vida. No, no es así.
—Cuando van a las marchas del 8M, ¿cómo se da la interacción con las demás agrupaciones?
Agustina: —La primera vez que fuimos fue todo bien hasta que llegamos al sector de los partidos de izquierda y nos quisieron cagar a piñas.
Belén: —Nos empiezan a cantar la canción de los nazis (“Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”).
Agustina: —Sí. También había una chica que fue con nosotras que se puso el pañuelo celeste pro-vida, para provocar. Y nosotras habíamos pedido que no provoquemos porque ya con el amarillo y las remeras está bien.
—Muchas veces se dice que los libertarios tienen un proyecto liberal en lo económico pero conservador en lo político. ¿Cómo lo ven ustedes? ¿Discuten con eso? ¿Hay controversias?
Agustina y Belén: —¡Tienen razón!
Agustina: —Hay más gente en el conservadurismo que en el liberalismo.
—Desde el 2021 que voy a actos y sigo la militancia libertaria, me ha pasado ser la única mujer y, más recientemente, noté cambios en ese sentido. Este último año registré una presencia mayor de mujeres, ¿Ustedes también lo ven así?
Agustina: —Si, hay más. Pero, por ejemplo, ahora que se hizo una Mesa entre todas las juventudes que integran LLA en CABA, yo soy la única mujer. Entonces, bueno, creo que se van tomando los lugares. También las mujeres tienen que tomar los lugares y competir por ellos. Pero bueno, sigue habiendo muchos más hombres que mujeres en posiciones dirigenciales, aunque a nivel general hay más mujeres que antes.
—Y a nivel de la militancia, ¿fue cambiando la composición?, ¿se fue feminizando la militancia de base?
Belén: —Yo creo que sí, se fue feminizando. Lo que pasa es que a veces las referentes femeninas que hay no representan nuestras ideas dentro del espacio.
—Por ejemplo, los dichos de Lilia Lemoine sobre la renuncia a la paternidad. ¿Ese tipo de temas genera controversia entre ustedes? ¿Las charlan, las discuten?
Belén: —Si, yo creo que ninguno de nuestros compañeros políticos diría esas cosas. Aparte son cosas que nunca se hablaron. Salió de su boca nada más. Entre nosotras hablamos y decimos: esta línea no la seguimos, no nos representa.
Agustina: — A mí si me tocás la cola en un subte te rompo la cabeza. No me voy a poner alegre, como Lilia. Y no me parece que sea productivo siquiera que lo diga ni que se haga escuchar dentro de LLA una cosa así. Lo mismo que lo de la renuncia a la paternidad y todo lo que dijo. Yo siempre hago el chiste de que el macho aborta cuando se borra.
—Quería preguntarles por otros temas que he visto que están en discusión, como la cuestión de los cupos, el lenguaje inclusivo, la Educación Sexual Integral, el trabajo sexual. ¿Qué posiciones tienen ustedes sobre estos temas?
Belén: —Nosotras estamos totalmente en contra de los cupos. Yo soy una persona de barrio y pude llegar hasta acá solita. A mí nadie me regaló nada. Cuesta hacer política siendo mujer, pero nadie te lo prohíbe. Si vos sos útil realmente tenés oportunidad de crecer. He trabajado en miles de lugares y en todos he visto que se trata de igual a igual a hombres y mujeres. Estoy en contra de la brecha salarial. Para mí no existe. He ganado más que mis compañeros varones.
Con respecto a la ESI, yo estoy a favor de que se les enseñe a los nenes cosas básicas: qué es lo que no tienen que aceptar si los quiere tocar alguien. El tema es cuando ya querer hacerles jugar a que son nenas cuando son nenes.
Agustina: —El tema no es la Educación Sexual, para nosotras, sino la ideología de género.
—¿Qué es, para ustedes, aquello que se denomina como “ideología de género”, cómo la interpretan?
Agustina: —Para mí la ideología de género es una imposición que se quiere hacer a través del Estado. Yo quiero una ESI en la que los chicos sepan cómo son los sistemas reproductores de la gente, cuándo está bien, cuándo está mal, que se sepan manejar en la vida. Todo eso me parece fenomenal. Pero ya cuando querés bajar una ideología me parece mal.
—¿Y con respecto al lenguaje inclusivo? Milei habla de Karina como “El jefe”. No solo no se usa el inclusivo sino se refieren de forma jocosa o despectiva del uso de “los y las”, por ejemplo ¿Cómo lo ven ustedes?
Belén: —Yo no tengo problema en que la gente lo use. Si una persona me dice “Necesito que me digas le”, yo no tengo problema. El tema es cuando el Estado te quiere obligar a usar ese lenguaje. Tenemos la educación por el piso y los profesores, en vez de enseñar a leer y hablar bien, te enseñan el lenguaje inclusivo. No tiene sentido para mí.
—¿Qué posición tienen en relación con el DNI no binario?
Agustina: —Yo estoy totalmente a favor, pero que directamente el DNI no tenga el sexo. Creo que es un planteamiento que hay que hacer porque no sirve para nada el sexo en el DNI. Hay que sacarlo directamente para que cada persona pueda decirse de la manera que quiera.
Yo estoy totalmente a favor, pero que directamente el DNI no tenga el sexo.
—Uno de los grupos que está vinculado con Pibes Libertarios es Prisma, ¿cómo interpretan la existencia de un grupo que se define a sí mismo como “LGBT” dentro de los espacios liberal-libertarios?
Agustina: —Prisma es un lugar valioso porque están todas las diversidades dentro. No solamente la diversidad que usa el marxismo, sino todas. Porque incluye distintas colectividades, sean gays, bisexuales, gente trans, todas las diversidades sexuales y de género. También está enfocada a integrar las discapacidades. Para mí lo más importante de Prisma es que muestra desde una perspectiva no hegemónica cómo viven las diversidades. Y también es importante para que la gente que viene del lado más conservador entienda: que los respeten, que se informen, que no todos son iguales, no todos son de izquierda y también forman parte del liberalismo. A nosotros nos importan las personas: nos importa su trabajo, nos importa cómo son, no con quién se quieren acostar, cómo se quieren percibir, si tienen una discapacidad o no. Y sobre todas las cosas, que no se victimicen por esto.
—Después de la primera vuelta se discutió la idea de que las mujeres no iban a votar a Milei. Para ustedes ¿las mujeres votan menos a Milei que los varones?
Belén: —No, la verdad que yo nunca le di importancia porque sé que es mentira. Veo a mis vecinos, comerciantes, a todos los que tengo a mi alrededor que son mujeres y hombres, y veo que todos votan la idea.
Agustina: —Voy a agregar algo: las Mabeles salvaron la república: muchas se sumaron cuando hacíamos mesas, venían las señoras a militar, a fiscalizar. También creo que si hacemos un promedio, yo creo que en el único espacio de la política en donde hay más mujeres que hombres debe ser en la izquierda. En el kirchnerismo hay muchos más hombres que mujeres. En el radicalismo ni te digo. En Juntos por el Cambio también. Pero después, en votos, no creo que haya un voto anti Milei. Y creo que se quiso gestionar por parte del kirchnerismo que las mujeres iban a ser las que más pierdan derechos.
Belén: —Por suerte ya no está el Ministerio de la Mujer.
—Cuando Milei hizo el video en el que gritaba “afueraaa” mientras arrancaba papelitos que simbolizan áreas estatales se habló mucho del Ministerio de las Mujeres y se mostró un encono particular con ese Ministerio. Incluso días antes de la asunción de Milei algunos militantes decían: “qué lindo el lunes cuando no haya Ministerio de la Mujer”. ¿Por qué hay tanto enojo en la militancia libertaria con el Ministerio de mujeres?
Belén: —Porque es inútil y nunca ayudó a las mujeres. Jamás. Se han gastado millones y millones en cosas efímeras, como sandwichitos, mientras las chicas hacían denuncias. Úrsula [Bahillo], por ejemplo, que la mató su novio, hizo nueve denuncias. Pidió botón antipánico y nunca llegó, y la mataron. Y así miles de casos. Incrementaron los casos. No sirvió para nada más que para tener una caja y gestionar las marchas y todo eso.
Agustina: —Sirvió para difundir su ideología a través del feminismo.
—¿La crítica de ustedes va más a cómo se gestionó desde el Estado la agenda de las violencias o que al hecho que el Estado haya tomado la agenda de las mujeres y de los feminismos?
Agustina: —Es que no hay agenda para tomar de las mujeres y el feminismo para nosotras. Creo que el Poder Judicial, las fuerzas, la policía, la seguridad, tienen que tratar el problema de la violencia con las mujeres. No lo va a resolver un ministerio. El Poder Judicial tiene UFI especializadas en violencia, y está bien que las tenga. Entonces ya hay entes que tienen que atender esas problemáticas y el problema no es instaurar un ministerio, o instalar el feminismo a través de eso. Es solucionar las problemáticas que están matando a las mujeres. No hizo nada el Ministerio, y tampoco tenía potestad para hacerlo.
—En la investigación que hice, noté que el liberalismo supo atraer y captar una militancia de perfil más popular, incluso aquella que en otro momento hubiéramos pensado más cercana o interpelada por el peronismo. A la vez, dentro del feminismo se viene discutiendo la idea de un feminismo popular. ¿Cómo piensan la relación entre el feminismo y la cuestión popular en los espacios liberal-libertarios?
Agustina: — El liberalismo es popular. La clase media y media-baja salió a votar al liberalismo porque fueron los que más sufrieron durante todos estos años. Cuando el kirchnerismo decía que se iban ganando derechos ellos los iban perdiendo y cada vez estaban más abajo. Entonces la base del liberalismo que hay hoy en día es popular. Creo que llegó a lugares impensados, como Alto Pelado, en Salta, donde Milei sacó un 70% de los votos [en las elecciones PASO]. Se hizo una gestión popular porque salieron a militar pibes que laburan en Rappi, pibes que laburan por sí solos, gente de clase baja, gente de los barrios, a las que claramente no les había llegado las ideas de JxC y que el peronismo no pudo contener porque vieron a sus padres durante años y años con las ideas del kirchnerismo y son cada vez más pobres. Entonces los jóvenes se despertaron por las ideas y las trasladaron a sus padres. Y después yo creo que el feminismo hegemónico que quieren imponer es lo menos popular que hay en el mundo, porque es sectario, viven en Recoleta, se cortan el flequillo y tienen tiempo suficiente para decir barrabasadas 24×7. Entonces, para mí es lo menos popular que hay el feminismo hoy en día. Y por eso creo que cada vez son menos y más radicalizados. Porque no suman a la gente que está laburando.
—De cara al futuro, pensando en los cuatro años de gobierno de Javier Milei, ¿cuáles creen ustedes que deben ser las agendas, en general, y en relación con el feminismo en particular?
Belén: —Yo creo que habría que reformar las leyes y hacer que se cumplan. Hacer que un violador o un golpeador estén en la cárcel y no salgan. Creo que es lo que más ayudaría al feminismo: que los agresores no salgan más, que estén presos. Que haya una asistencia copada hacia la mujer, que pueda tener las oportunidades para buscar un laburo, que la contraten y poder mantener su familia. Que no esté atrapada en un matrimonio con un golpeador porque no puede conseguir trabajo, como pasa ahora. Que ella pueda ser libre.
Agustina: —Los dos puntos más importantes del gobierno de Milei, en general, van a ser la economía y la seguridad. La economía porque cuanto más libre sea el mercado y más oportunidades hay, más gente sale de la pobreza. Para mí es muy importante que mejore la economía para que haya más oportunidades, en general, y una parte de eso va a ir a las mujeres. Y por otro lado la seguridad. La seguridad en Argentina es un tema terrible. No podés salir a la calle siendo mujer, hombre, chico, grande. La lucha con el narcotráfico también me parece súper valiosa, porque a las mujeres son a las que las usan de mulas, las que están ganándose dos pesos haciendo cosas por necesidad. Entonces, creo que con esas luchas van a estar mejor las mujeres. Pero va a estar mejor la sociedad. Entonces ahí van a poder avanzar ellas también.