La modelo alta, flaca, esbelta y con un vestido negro que le encorseta el cuerpo muestra un celular. Es un cartel enorme en la autopista. Otra, de espaldas, muestra un piloto de lluvia para promocionar la nueva temporada de una marca de ropa. Debajo de las imágenes la “letra chica” advierte: “La imagen de la figura humana ha sido retocada y/o modificada digitalmente”. En la Ciudad de Buenos Aires, desde 2011, rige una norma que obliga a las marcas que difundan publicidad estática en vía pública en la que aparezca una figura humana alterada a través de técnicas digitales a escribir esa leyenda. Hace dos años diputada del Frente para la Victoria (FpV), Lucía Portos presentó un proyecto que reclamaba el mismo mensaje para las publicidades que circulen en la provincia de Buenos Aires. Hoy esa iniciativa se convirtió en ley.
La propuesta es conocida popularmente como “Ley Anti Photoshop”, por el programa de imágenes que permite borrar las imperfecciones, adelgazar, achicar, agrandar, entre otras cuestiones, a cualquier figura fotografiada. La idea tenía media sanción en Diputados y hoy consiguió su aprobación en el Senado. Plantea un enfoque novedoso: la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires será la autoridad de aplicación. En sus argumentos justifica la necesidad de esta ley con una clara perspectiva de género y contra la discriminación.
“¿Cuáles son los parámetros de belleza que se nos imponen, cuando los cuerpos usados para las publicidades están retocados digitalmente y son imposibles de lograr en la realidad?”. Esa fue la pregunta que guió la elaboración del proyecto. Portos busca “una ley que promueva la honestidad con respecto a los modelos utilizados para las publicidades”
Hablar de unos parámetros de belleza que son físicamente inalcanzables tiene consecuencias tan graves en la sociedad como las enfermedades y desórdenes alimenticios, de los cuales, se estima que en el mundo hay un 0.5 y un 3% de mujeres jóvenes que sufre anorexia nerviosa, y las cifras aumentan cuando la población analizada se extiende a jóvenes sanas con conductas alimentarias anormales.
El texto menciona enfermedades y /o patologías como bulimia, anorexia y obesidad. Y las vincula directamente con “la sobreexplotación de modelos antinaturales por parte del mercado”. Las promociones donde aparecen personas retocadas digitalmente “niegan el paso del tiempo y de los procesos naturales de la vida humana, generando un impacto sensiblemente negativo en amplios sectores de la población”.
Según se desprende del texto propuesto la norma alcanzará a las marcas fabricantes que publiciten en vía pública en el territorio provincial y los medios gráficos bonaerenses que difundan imágenes modificadas digitalmente. La Secretaría de Derechos Humanos provincial controlará, establecerá las sanciones y cobrará multas a quienes incumplan con la ley. Las sanciones y multas serán dispuestas de acuerdo a los escalafones y montos previstos en las Leyes Nacionales N° 22.802, de Lealtad Comercial, y N° 24.240, de Defensa del Consumidor.
El antecedente más inmediato que tiene esta propuesta es la Ley N° 3960, que rige en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que luego fue modificada por la 4.827, que regula la exhibición y publicidad de precios en terreno porteño. Esta ley que, a diferencia de la de Portos, tiene como autoridad de aplicación a la máxima autoridad en materia de defensa de los consumidores y usuarios.
En su artículo 29 señala: “Toda publicidad estática difundida en vía pública, en la cual intervenga una figura humana utilizada como soporte o formando parte del contexto o paisaje que haya sido retocada y/o modificada digitalmente mediante programas informáticos, debe exhibir con tipografía y en lugar suficientemente destacado la siguiente leyenda: La imagen de la figura humana ha sido retocada y/o modificada digitalmente”.
También, existió un proyecto presentado en 2009 por el Senador bonaerense del Frente para la Victoria José Manuel Molina. Ese expediente perdió estado parlamentario en 2011, por eso, en septiembre de 2013 Portos hizo una nueva presentación. Después de girar por distintas comisiones, el texto se discutió en el recinto de Diputados el último 17 de diciembre y consiguió la media sanción. Desde un primer momento tuvo el apoyo de los legisladores José María Ottavis, María Fernanda Raverta, Miguel Angel Funes y Alberto Mariano España.