Fotos: Calypso Joyeux
—Todo el mundo tiene una sandía, es hermoso. Hay muchas más que el año pasado—, dice Lucía, mientras camina por la provincia de Corrientes. Es noviembre de 2025 en Argentina y una multitud se reúne para celebrar el Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianxs, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No binaries.
Sandías en pines. Sandías en abanicos, hechas stikers y prendedores. La sandía como símbolo de resistencia palestina apareció, junto con las banderas y banderines, en muchos espacios de este evento que ya va por su edición número 38.
Es que, además, sucedió algo histórico: por primera vez en la lista de talleres se incluyó la causa Palestina. Junto con el taller de Migraciones, Crisis mundial o Soberanía Nacional apareció, en el eje Coyuntura geopolítica y económica, por primera vez, el taller 112: Resistencia Palestina como causa transfeminista.

“Desde la Comisión Organizadora nos dimos el debate durante mucho tiempo y creímos que era necesario incorporar a Palestina en la lista de talleres”, dijo Gabriela, integrante de la Comisión Organizadora. Y lo que estaba planteado como un taller en un aula de la Escuela del Centenario, frente a la Plaza de la Cruz, tuvo que pasar al patio colonial de la entrada porque el taller desbordó. Más de cien personas se juntaron para debatir colectivamente sobre este tema que ya se llevó miles de muertes.

El domingo a la tarde ya muchxs están cansadxs. La mayoría fue llegando a Corrientes el día viernes y las actividades no tuvieron pausa. Ahora, todxs participan de actividades al aire libre o se preparan para la clásica marcha que da cierre a los Encuentros. La concurrencia a los talleres baja. Pero en el taller 112 hay más de cincuenta personas escribiendo y debatiendo las conclusiones. Es que había que dejarlo claro: no se trata un conflicto, no es una guerra ni un tema religioso; lo que está pasando en Palestina es un genocidio.
“Soy de Córdoba y la Daia, junto al decano de la Facultad de Derecho quieren expulsarme de la Universidad pública, a mí y a mis compañeres, por colgar una bandera Palestina en la Facultad”, dice unx pibx en el taller. Entre varies recuerdan que la persecución que sufren quienes abrazan la causa Palestina no es única: lo que cuentan es algo que también está pasando también en la Universidad de Buenos Aires; en la Facultad de Arquitectura y en Psicología. Y esos casos se suman al allanamiento que sufrieron los hinchas de All Boys en junio de este año y al ciberpatrullaje efectuado a las personas que denuncian la causa Palestina en redes sociales.
Las conclusiones del taller fueron contundentes y, fundamentalmente, llamaron a salir a la calle, en Argentina y en todo el mundo, el próximo 29 de noviembre en la jornada global en solidaridad con el pueblo Palestino. Desde 1977 se conmemora en esa fecha el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, y en CABA habrá una movilización desde Congreso hasta Plaza de Mayo.
“Desde el acuerdo de paz, Israel ha roto el cese al fuego más de 100 veces. Ha restringido el ingreso de ayuda humanitaria a menos de la mitad. Ha continuado con su plan de anexión de Cisjordania, bombardeando edificios residenciales. No podemos ser cómplices”, dice la convocatoria del Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino.
La flotilla de la libertad
En octubre de este año la Flotilla Global Sumud partió, con 52 embarcaciones y más de 500 personas, desde los puertos de España, Italia, Túnez y Grecia con destino a Gaza. Tenía un objetivo: romper el bloqueo de Israel a Gaza y abrir un corredor humanitario. Pero a 70 millas náuticas de llegar, los barcos fueron interceptados. Llevaban provisiones, medicamentos y leche de fórmula para bebés e infantes.
Celeste Fierro fue la única mujer argentina que formó parte de la Flotilla de la Libertad: “Siempre me preguntaban cómo había sido estar sola embarcada en la flotilla. Pero no estuve sola, siempre estuve acompañada por ustedes”, dijo el domingo en la Asamblea de Feministas del Abya Yala.

El agua de Mendoza no se negocia
—¡Hay que echar a Mekorot de América Latina! ¡Fuera Mekorot de nuestro país!
La fila para entrar a los baños emplazados atrás del escenario principal, bajo el puente que une Corrientes con Chaco, era enorme. Ahí, megáfono en mano, unes pibis agitan y bailan para quien pueda escuchar.
La denuncia es contra la empresa estatal israelí que administra la mayoría del agua de Israel, un bien escaso en la zona. Es la misma que firmó contratos con 12 provincias argentinas y pretende comprar AySA y administrar el agua potable de Buenos Aires y 26 partidos del área metropolitana.
“Mekorot está denunciada internacionalmente desde hace años por robarle el agua al pueblo palestino, por apartheid, y por convertir el agua en un arma de exterminio. A pocos días del 7 de octubre de 2023, Mekorot cortó sus cañerías de agua potable en Gaza, restableciendo luego el servicio al mínimo y de manera intermitente, violando así el derecho humanitario internacional”, dicen desde la campaña FueraMekorot.
“Los feminismos y transfeminismos deben estar al servicio de los pueblos; la lucha es contra el colonialismo, contra el terricidio: denunciamos la destrucción de la tierra, de las miles de especies de flora y fauna a punto de desaparecer, la contaminación del agua y la huella de carbono de los bombardeos”, dicen desde la Coordinadora Transfeminista Sandía.
En el taller el puente fue claro: lo que pasa en Palestina tiene los mismos orígenes de lo que pasa en nuestro país con la persecución a quienes defienden en territorio. “Yo tuve muchos intentos de intentar entrar a Palestina en 2010, y me encontré con ese muro, con ese territorio desconocido en mi imaginario; no tenía nada que ver con lo que me contaba mi familia. Cuando estuve en Palestina entendí el valor que se le da a la tierra. Lo que está pasando es un genocidio televisado, y no es nuevo, viene desde el siglo pasado y fue pergeñado por los colonizadores”, dijo Tilda Ravi, Presidenta de la Federación Argentina-Palestina en su intervención en la Asamblea de Feministas del Abya Yala. “Cuando veía a las compañeras encender velas, hacer ofrendas a la Pachamama, yo pensaba en la Palestina que me contó mi abuela”.