Kelly Olmos: “Milei invisibiliza a las mujeres para favorecer su explotación”

Raquel Kismer de Olmos es vicepresidenta del PJ porteño y segunda candidata a diputada en la lista de Fuerza Patria. Peronista de cepa y con un largo camino en el partido, que se fue moviendo en un espectro amplio y diverso, Kelly acompañó y estuvo siempre. Hoy integra una lista de unidad que reúne variedad etaria y de posiciones. En esta charla con Jose Amore cuenta su origen y su mirada sobre el presente.

Los techos son altos en el edificio antiguo del microcentro porteño donde Kelly espera sentada la hora de comenzar la entrevista.  Me cuenta que no toma café después del mediodía para poder descansar por la noche. Son las cinco de la tarde pero para ella el día está lejos de terminarse. Me concede un ratito en medio de la campaña que la encuentra caminando mucho la calle, en diálogo con vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Raquel “Kelly” Olmos nació un 8 de julio de 1952 y desde los diecisiete años tiene un compromiso diario con la política. Es segunda candidata a diputada por la Ciudad de Fuerza Patria en una lista compuesta con heterogeneidad generacional y partidaria. El rostro de Itai Hagman, primer candidato y joven economista de Patria Grande, se asoma por delante en la foto de la boleta que encabezan juntos. El descanso es importante para sostener las jornadas eternas de discusión política. “El panorama económico es duro, pero estoy entusiasmada porque creo que ha crecido la conciencia de la gente en relación a la necesidad de ponerle un límite a las políticas del gobierno de Milei. Sobre todo porque la gente pareciera elegirnos como la fuerza política con más capacidad para hacerle frente”. A simple vista se nota que Kelly y su entorno emanan eso que en las listas outsiders escasea:  experiencia, conocimiento, doctrina y perseverancia. 

De un pueblo con valijas al Partido Justicialista 

En la historia de una dirigente del Partido Justicialista que militó por el retorno de Perón a la Argentina y vivió la dictadura escapando de la persecución militar se esconde una herencia de resistencia política. Kelly es argentina pero sus padres son inmigrantes judíos de Europa central que llegaron en la primera ola migratoria escapando del nazismo alemán. ”El 90% de mi familia fue exterminada en el holocausto”, cuenta. “De mis padres heredé ese idealismo militante pero no pensado como carrera política, sino como compromiso de vida”. 

El peronismo no. El peronismo es cosa suya. “Mis viejos eran judíos progresistas. Vivíamos en un barrio en Villa Urquiza, mi mamá era obrera textil en La Grafa. El barrio era todo peronista y las únicas cosas lindas que había las había hecho el peronismo”. La Grafa supo ser una fábrica textil memorable de Villa Pueyrredón. Enfrente aún resisten los 34 monoblocks del barrio obrero 17 de Octubre. Grandes Fábricas Argentinas o GRAFA S.A. no logró sobrevivir la apertura de importaciones durante los 90´ y la consecuente desindustrialización terminó por garantizar su demolición en 1994, dejando cientos de trabajadores despedidos. Desde entonces en el predio de diez hectáreas que bordea la General Paz funciona un hipermercado Wallmart de cadena estadounidense. La postal se repite con cierta similitud hoy en la economía libertaria: 28 empresas cerraron por día en Argentina desde el 10 de diciembre de 2023, según un informe del Grupo Atenas (monitor de empresas en crisis en Argentina). Kelly vivió todo: el crisol de la industrialización y las múltiples crisis del neoliberalismo. Eligió quedar del lado peronista, siempre.

Cuenta que al ser primera generación de inmigrantes, en el peronismo encontró un tercer lugar, un espacio de contención en los que se encontraba con otros con quienes compartía la misma inquietud, “la de cambiar el mundo”. “Mi familia siempre fue muy pobre. Vivíamos todos en una misma habitación que compartía con mis viejos. Desde los quince empecé a trabajar para mantener mis estudios”. Otro idioma, otra religión, otra comida. En medio del barrio obrero “La Siberia”, Kelly sentía la necesidad de ser parte de una comunidad más grande, ahí apareció el peronismo. Una causa, una propuesta diferente a la que le ofrecían sus padres dentro de la colectividad. A los 17 años se unió a la Agrupación Nacional de Estudiantes Secundarios, nucleada dentro del Frente Estudiantil Nacional. “Fuimos los primeros en instalar una bandera enorme con la cara de Perón hecha con una sábana en una movilización universitaria”. El FEN, que luego se incorporaría a la misma mesa de discusión que Guardia de Hierro o descamisados, fue fundamental en el trabajo por la militancia peronista joven que impulsó el retorno de Perón a la Argentina tras la proscripción del ´55. “La vuelta de Perón fue el hecho épico de mi generación”. 

No nos han vencido

“La idea de militar era siempre una idea clandestina. No se concebía a la militancia como carrera política”. A los 18 años decidió que quería estudiar economía gracias a un docente del último año en el Colegio Nacional Pellegrini que la motivó. “También me gustaba mucho la física, pero ese docente era misógino. En cambio el de Economía nunca me subestimó”. Dice haber sentido que la economía le iba a dar herramientas para pensar un proyecto político que le permitiera transformar el presente. El 26 de julio de 1975 se recibió de Licenciada en Economía en la Universidad Nacional de Buenos Aires. La dictadura la encontrará trabajando en la Junta Nacional de Carnes, en el área de pesca, “la idea era ampliar e incluir a todas las carnes para evitar la concentración del poder en la oligarquía de la carne vacuna”. Luego de rendir un examen para ingresar a la gestión pública llegó el golpe 1976. Fue el capitán de navío designado interventor en el área (y a su vez padre de un compañero suyo de militancia peronista) el que “la avivó” de lo que se venía. Rápidamente junto a Orlando Olmos -marido y padre de sus tres hijos- juntaron algunas cosas y huyeron hacia la provincia de San Juan. “Los milicos llegaron a mi casa cuando ya no estaba. A mis papás les hicieron un simulacro de fusilamiento bajo el grito de Heil Hitler”. Pasaron los años y Kelly pareciera representar en carne propia ese pedazo de historia peronista de persecución infinita que bien sella el verso de aquel canto popular: “A pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos y desaparecidos. No nos han vencido”. 

No reniega de su pasado. 

¿Vos tuviste un paso por el menemismo?

-No, yo siempre fui peronista. El menemismo tuvo un paso por el peronismo, yo nunca me fui a otro partido y en esa elección entre Cafiero y Menem jugué para Cafiero.

En las primarias presidenciales del Partido Justicialista en 1988 Menem ganó la interna frente al candidato natural de la corriente de La Renovación, Antonio Cafiero. Este giro interno torció el futuro de la tendencia a la que se inclinaría el peronismo bajo la conducción del “Turco”. Neoliberalismo, desindustrialización, plata dulce, Consenso de Washington. Kelly, de tradición desarrollista dice tener poco que ver con el gobierno de las privatizaciones y el giro neoliberal durante el menemato. 

-Yo me incorporé como subsecretaria de Industria en la gestión de la Ciudad y desde allí generamos el primer programa para microemprendimientos y abrimos contacto con el Inti (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) para ampliar la producción. También creamos la primera agencia de vinculación tecnológica, entre tantas otras cosas que hicimos.

“El peronismo organizó política y socialmente a las mujeres para que eso suceda, porque en el peronismo cantidad es condición de calidad.”

¿Te considerás feminista?

-Yo siempre me consideré peronista. Porque siempre existió una tensión entre las feministas y el peronismo. Nosotros consideramos que las reivindicaciones del peronismo solo se pueden dar en el marco colectivo de la justicia social. También consideramos que no puede haber proyecto de justicia social donde no se piense y organice la demanda de los derechos de las mujeres en particular. 

Kelly recuerda la historia política de las mujeres peronistas. Allí en el marco de la eterna disputa feminista entre redistribución y representación, el peronismo con perspectiva de género se halla como síntesis. 

-El cupo existió en el peronismo desde su origen. Inclusive antes de considerarse política pública. Dentro del peronismo las listas estaban integradas por un tercio de mujeres, un tercio de varones y un tercio de gremialistas.

Aunque la promesa de considerar a las mujeres como sujeto político por fuera de su rol social de “mujer” era algo que figuraba en varias plataformas partidarias, pero para entonces ningún gobierno se había animado a cumplir.  Hasta que llegó el peronismo:

-No alcanza, como decía Perón, con tener razón. Además las queremos poder imponer.

¿A qué te referís?

-En febrero del ´46 el peronismo cumplió la promesa que venían haciendo todos los partidos y cuando llegaban al poder no cumplían: consagrar los derechos políticos para las mujeres. 

No fue un gesto sólo popular, proselitista. El peronismo organizó política y socialmente a las mujeres para que eso suceda, porque en el peronismo cantidad es condición de calidad. No alcanza, como decía Perón, con tener razón. Además las queremos poder imponer. La vocación mayoritaria es central. Es importante poder llevar las disputas argumentativas a políticas específicas que se traduzcan en la práctica, que garanticen transformación. Eso es mucho más que simplemente abordar una consigna”. 

Por supuesto hablamos de Eva Perón. “Su rol fue fundamental”.  

-El peronismo fue de los primeros partidos en donde las mujeres no sólo podían votar, sino que se votaban a sí mismas.

Entonces no se podría decir que a partir de un día “te volcaste” al feminismo… 

-Claro, en ese sentido siempre me identifiqué como peronista pero militando en organizaciones que impulsaron políticas a favor de las mujeres. En la Ciudad llevé adelante el traslado por autoconstrucción de todas las familias que -durante la hiperinflación del gobierno de Alfonsín- vivían debajo de la autopista 25 de Mayo. Creamos un barrio que aún se llama San Francisco Javier en La Matanza y dispusimos que la titularidad de cada unidad familiar fuera de la mujer más allá de su estado civil. Las dueñas de esas casas tenían que ser ellas.

¿Qué veías en la necesidad de esas mujeres que te llevó a tomar esa decisión?

– Que los tipos se podían rajar y que siempre son las mujeres las que se quedan a cargo del cuidado de esos niños, son ellas las que necesitan el techo. Yo había visto algunas situaciones, por ejemplo en barrios como el de Ramón Castillo. Los muchachos canjeaban el derecho de una vivienda por otras cosas. Lo que garantiza la continuidad del grupo familiar en esa vivienda era que las dueñas de los hogares fueran las mujeres. 

Kelly pareciera estar acostumbrada a ganar con el ingenio de la política a las situaciones de informalidad. Allí en el territorio, donde las mujeres siempre pagan más los costos de la crisis económica, una política similar encontraría su demanda en el presente considerando que, según Unicef, 7 de cada 10 progenitores varones no pagan la cuota alimentaria de sus hijos en la Provincia de Buenos Aires.

Siempre estuvieron las feministas

Un 10 de diciembre de 1993, Kelly Olmos asumió como Concejala de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Para aquel entonces, en el ámbito legislativo Elizabeth era la única economista del bloque. Sin titubear solicitó a sus pares que la designaran al frente de la Comisión de Presupuesto. 

¿Cómo se lo tomaron tus compañeros? 

-Les costó a los muchachos… pero me la dieron. Y cuando empecé a trabajar encontré plata que provenía de los bingos de la Ciudad y que no tenía reflejo presupuestario. Inmediatamente convoqué a las compañeras del Consejo Nacional de la Mujer y les dije “acá hay plata, ¿dónde la ponemos?” y decidimos destinarla al Programa de Salud Reproductiva de la Ciudad.

El Consejo Nacional de la Mujer fue un organismo precursor en la Argentina que tenía como fin promulgar políticas de equidad y prevención de la violencia de género en el país. La socióloga y militante feminista Virginia Franganillo fue su primera presidenta. Impulsado principalmente en articulación entre el Partido Justicialista y el movimiento de mujeres durante los `90, el Consejo fue el resultado de la militancia de mujeres peronistas y feministas vinculadas a una profunda tradición política que tenían como objetivo incidir en la agenda de políticas públicas específicas pensadas para las necesidades de las mujeres. Desde la Multisectorial de la Mujer se venía trabajando en las primeras consejerías de salud sexual y reproductiva, parte crucial de la experiencia e historia feminista durante la transición democratica.

¿Por qué les resultó importante pensar en la salud reproductiva de las mujeres?

-Decidimos destinar el primer millón de dólares al financiamiento porque aunque para entonces el programa ya existía, jamás se le había asignado presupuesto. Hacían falta recursos para garantizar la salud reproductiva… Que las mujeres pudieran realizarse controles médicos como el papanicolaou sin que hubiera problema por falta de reactivos. 

La prioridad era la salud de las mujeres…

-Exacto. Hasta entonces sólo se pensaba a las mujeres en términos de salud pública reproductiva desde los controles de natalidad. En esté programa el centro estaba en la salud de la mujer y no necesariamente desde el ejercicio de su función reproductiva.

Más tarde cuando llegó al Ministerio de Trabajo durante la gestión del Frente de Todos en 2023, Olmos trabajó en la reglamentación del artículo 170 de la Ley de Contrato de Trabajo. Una deuda que le llevó 48 años saldar a la democracia. La misma garantiza que las personas que trabajan en empresas de más de 100 empleados tengan derecho a un espacio de cuidado para hijos e hijas de trabajadores, conocidos también como guarderías. Aplica para las infancias desde los 45 días a los 3 años y el cuidado debe garantizarse durante toda la jornada laboral.

¿Cómo articularon la reglamentación?

-Desde el ministerio construímos una mesa de paritaria entre la UIA, la Cámara de la Construcción, la CGT y las dos CTA para establecer tres alternativas: que se llevara a cabo la construcción del espacio para las infancias en el establecimiento operativo de la empresa, que se alquilara un lugar alternativo o que se le reintegrara a cada trabajador el 40% de lo que establecía la retribución de las y los trabajadores de casas particulares. Logramos incorporar la norma 100 convenios colectivos de trabajo para construir lo que los empresarios veían como un techo se convirtiera en un piso. Hoy, aunque intenten derogar la norma, la política en los convenios de trabajo está garantizada.

¿Tuviste compañeros que se opusieron a esta agenda?

-Bueno, fue una cuestión de persuasión.

Espert, la narcopolítica y un modelo funcional a la esclavitud contemporánea

¿Cómo ves la política económica de Milei?, ¿Qué pensas del préstamo que le garantizó la gestión de Trump desde Estados Unidos?

-Estoy muy preocupada. El salvataje es una economía que reduce sustancialmente la capacidad de decisión de la Argentina. Pero hay algo peor. La existencia de Espert (José Luis, ex candidato y actual diputado de LLA) no es casualidad, es una causalidad. 

¿Creés que hay una correlación entre el financiamiento a la política proveniente de dinero del narcotráfico y las medidas económicas del gobierno de Milei?

La de Milei es una economía que cada seis meses necesita o de un blanqueo o de un préstamo internacional. Convocan a las abuelitas a sacar los dólares de abajo del colchón mientras son funcionales al narcotráfico y la necesidad de lavado de dinero. Milei ha dicho en declaraciones públicas recientes que el narcotráfico es un tema de seguridad. Sí, claro. Pero en economía nosotros no podemos trabajar con esa plata sin preguntar por el origen. Cualquier país sabe que la forma de encontrar al narcotraficante es siguiendo la ruta del dinero. 

Las declaraciones de Kelly resultan una premonición a una foto que vemos unos días después dentro del Congreso de la Nación. En la comisión de Presupuesto el director de ARCA, Juan Pazo, introdujo el proyecto de “Presunción de Inocencia Fiscal”, anunciado en junio por Javier Milei y que implica un régimen simplificado de declaración jurada de ganancias. Otra de las seis iniciativas ya presentadas por los libertarios para eliminar controles fiscales sobre dinero sin declarar. 

-La idea de una republiqueta del lavado es intrínseca a lo que ellos llaman el programa libertario. Eso genera una sociedad de extrema violencia, un emergente es el caso del triple femicidio en Florencio Varela.

¿Creés que el gobierno no está comprometido con erradicar al narcotráfico?

-No. Patricia Bullrich tuvo el legajo durante dos años sobre su escritorio. Ahí tenía la evidencia de que Fred Machado financió la campaña de Espert… Un narcotraficante buscado por la justicia de Estados Unidos, y aún así no les importó a la hora de elegirlo como candidato. Es un modelo que considera la justicia social como una estafa porque cree en la explotación y en la esclavitud. Por eso es importante ponerle un límite lo más urgente posible y como instancia próxima, obviamente, se presenta la elección legislativa para poder hacerlo.

¿Creés que la misoginia y el desfinanciamiento de las políticas de género son parte de esté proceso de explotación?

Milei pretende invisibilizar a las mujeres para favorecer la sobreexplotación de las mujeres. Por eso repite esa idea de que hay que eliminar la reivindicación de las políticas de cuidado, invisibilizar las tareas de cuidado y la posibilidad de que estas sean retribuidas, porque es una cosmovisión que va en contra de la idea de explotación que quieren imponer. 

Lo que venden como una “batalla” contra la “ideología de género” es…

-…la imposición de una sociedad de la esclavitud.

¿Qué políticas te gustaría proponer para conseguir representar una banca en el Congreso? 

-Yo creo que una propuesta importante sería restituir la devolución del IVA sobre los productos de la Canasta Básica Familiar para los grupos familiares cuyo ingreso esté por debajo de la línea de pobreza. A su vez, buscaría financiar esa política con la restitución del impuesto a los bienes personales para aquellos aportantes que tienen gran capacidad contributiva y sobre todo para los que tienen bienes en el exterior. 

¿Consideras que los daños que generó el modelo de Milei en el tejido productivo son irreversibles?

-Destruir es muy fácil y construir muy difícil pero esa es nuestra tarea. La estabilidad no tiene por qué ser la estabilidad que impuso Milei, en la cual son poderosos con los débiles y se arrodillan con los poderosos. Hay que asumir la responsabilidad de reconstruir el aparato productivo de la Argentina y los ingresos de las y los argentinos. Esto tiene que hacerse reconociendo la capacidad contributiva de cada uno. 

¿Y el crecimiento de la informalidad laboral?, ¿se puede pensar en recuperar un modelo de pleno empleo?

-La informalidad es producto de una política que destruye el aparato productivo, que achica la economía. Destruye la capacidad de inversión dentro del proceso económico. Ellos hablan de grandes inversiones pero hasta ahora el flujo de inversiones es negativo, sobre todo de inversiones externas. La política de Milei ha sido aprovechada por los grandes sectores de la economía concentrada para fugar dólares al exterior. Hay que reconstruir la capacidad productiva de la Argentina y ese es nuestro objetivo. El mundo marcha hacia un horizonte condicionado por la voluntad de la tecno-oligarquía. En ese contexto van a quedar algunos pocos países con capacidad innovativa, son ellos los que van a poder garantizar una buena retribución para sus trabajadores. Después van a quedar otros países donde van a lograr imponer mano de obra barata y especulación financiera. Nosotros lo que queremos es entramados productivos con capacidad de innovación. 

-Perón creó las escuelas fábrica y la Universidad Obrera. La consecuencia de eso fue que el mundo miraba a los trabajadores argentinos, porque se destacaban desde la línea de producción. Podían proponer innovación para mejorar, su capital era también intelectual. La formación y el trabajo van de la mano. La informalidad se combate con más nivel de formación. 

Cuando llegó al Ministerio de Trabajo durante la gestión del Frente de Todos en 2023, Olmos trabajó en la reglamentación del artículo 170 de la Ley de Contrato de Trabajo que garantiza que las personas que trabajan en empresas de más de 100 empleados tengan derecho a un espacio de cuidado para hijos e hijas de trabajadores.

¿Qué le dirías a una persona que cree que el problema de la informalidad son las leyes laborales?

-Les diría que el problema de la informalidad no es la regulación y la ampliación de los derechos para los trabajadores. Ellos lo que buscan es seguir transfiriendo derechos e ingresos de los trabajadores hacia la ganancia empresarial. Lo que combate la informalidad es la incidencia de un proyecto de desarrollo inclusivo, que genere valor. Donde el trabajador sea el capital, y ese capital la inteligencia. 

¿Y qué le dirías a aquellos que creen que la Argentina llegó tarde a la carrera de desarrollo tecnológico internacional?

-Que es falso. Ese es un discurso funcional al modelo neoliberal de empobrecimiento, de enclaves y de lavado, un modelo de explotación y de esclavitud.