Gabriela Borrelli: “Si una lee, leemos todas”

Más interesante, quizás, que una literatura feminista es una lectura feminista de la literatura. Eso es lo que hace -de nuevo y mejor- Gabriela Borrelli en esta reciente edición de Lecturas Feministas. Y mientras repasa los nombres que dejaron marca en el pensamiento universal, propone una conversación que invita a pensar colectivamente y a salir a la calle.

Foto de portada: Sol Avena

Las amigas, las amantes, las compañeras, construimos un lenguaje. Nos pasamos libros, poemas, canciones. Tramamos conversaciones plagadas de esos intercambios. El estado del pensamiento también es el estado de la conversación, la que se da en cada encuentro y en cada lectura. Es una política de la intimidad. La lectura es una creación. Una lectura remite a otra lectura, que a su vez remite a otra y a otra, y hablamos de nosotras.

¿De qué estamos hechas? En Lecturas feministas. Escritos desde el siglo V a. C. hasta el presente, Gabriela Borrelli reúne más de 30 textos de mujeres que han cambiado el mundo. Estas son las lecturas de una feminista. Este libro se lee vorazmente: indagar una biblioteca es indagar una intimidad y también es indagar una militancia.

En esta constelación literaria, política y filosófica se encuentran Safo de Lesbos, Simone de Beauvoir, Eva Duarte, Alfonsina Storni, Lohana Berkins, Monique Wittig, entre muchas voces destacadas. Las anarquistas, las mujeres de la Revolución China, las parias americanas, las escritoras con cuarto propio, las descarriadas y más. 

Gabriela Borrelli —narradora, poeta, crítica cultural, divulgadora fundamental— concibe la literatura feminista como una historia de palabras, narraciones y poemas que se hacen escuchar en cada marcha, en cada lucha ganada, en cada ley que defendemos y en cada límite que ponemos. Ni la lectura ni la escritura son actos solitarios. A Gabriela Borrelli le gusta ser en comunidad. Dedica su vida al carácter colectivo de la literatura: “Si una lee, leemos todas”. Una manera de sentir es una manera de escribir.

Hay muchos momentos para subrayar. Por ejemplo, pensemos en Alfonsina Storni, madre soltera de múltiples oficios, en la década del veinte. Cuando salió su primer libro en 1916, su jefe le dijo que debía elegir entre ser poeta o continuar con su carrera porque no era de “buen ver” para la empresa su “actividad”. Alfonsina renunció. Y así todo. Durante gran parte de la historia, el canon académico masculinizado ocultó, subestimó y dejó de lado importantes trabajos de mujeres. Redujeron la inmensa obra de Alfonsina a simples “versitos” y le construyeron una imagen de poeta romántica y llorona que termina su vida en el mar. “Los chillidos de una comadrita”, dijo Borges acerca de su poesía. Quisieron ocultar sus intervenciones políticas y su pensamiento feminista de vanguardia. En 1919 Alfonsina Storni hablaba de feminismo, exigía el derecho al aborto, al voto y al divorcio.

Lecturas feministas fue el primer libro que publicó Ediciones Futuröck en 2018 y se reeditó este año con una versión ampliada pensada especialmente para el actual contexto político que vivimos. En el prólogo de la presente edición, Borrelli da cuenta de los recientes dichos del Presidente Javier Milei ante el Foro Internacional de Davos: “Feminismo, diversidad, inclusión, equidad, inmigración, aborto, ecología, ideología de género, entre otros, son cabezas de una misma criatura”. Dice Borrelli que la “señalización en conjunto de esos movimientos por parte de la derecha conservadora da lugar al cruce y potencia de ideas que quedaron flotando en esta última ola feminista”. 

Foto: Gentileza Futurock Ediciones

Por esta razón, en esta edición, el último capítulo llamado La última ola que surfeamos retoma esas intersecciones y las profundiza para presentar los pensamientos de Sara Ahmed (propone una mirada social de la irrupción del feminismo en la vida cotidiana), Marcella Althaus-Reid (recuerda que la teología no se reduce a la religión y que una mirada feminista queer es posible en relación a la espiritualidad) y Donna Haraway (piensa cruces creativos y cooperativos entre el feminismo y el ambientalismo).

¿Cómo enfrentar las políticas de la destrucción de lo común? No es casual que el gobierno actual elija como enemigos a quienes se organizan para defender y sostener relaciones comunitarias, solidarias, organizadas y cooperativas. Borrelli busca en la historia y nos dice que el desafío siempre es ser desobedientes, insubordinadas e inconvenientes.

En aquella primera edición prepandémica, Borrelli anotó en el prólogo que los escritos feministas se propagan como un virus en el movimiento de mujeres: “Muchas no han estudiado a Simone de Beauvoir pero saben que fueron construidas para ser mujeres, es decir, madres, hijas, esposas. Tiernas, comprensivas y piadosas. Suaves y sentimentales”. Cada vez que nos apartamos del deber ser, se crea un agujero por donde se cuela toda la historia de las irreverencias feministas. 

Borrelli ubica a Simone de Beauvoir en el capítulo de las Copernicanas. Plantea que su pensamiento revolucionó la manera de pensar la humanidad. Así como Copérnico dijo que la Tierra no es el centro del universo, Darwin planteó la teoría de las especies y Freud habló del inconsciente, Simone pateó el tablero cuando publicó El segundo sexo a mediados del siglo XX y afirmó: “No se nace mujer, se llega a serlo”. Borrelli dice que “esta frase que permite la huida de lo natural, abre un camino del que ya no se regresará”.

Quien lea este libro, irá hacia otros libros, hacia otras historias que despiertan entusiasmo, pensamiento, imaginación, ganas. Borrelli lleva adelante esa militancia literaria y filosófica porque entiende que la palabra se alimenta de las luchas en las calles. 

¿Cómo imaginar para sublevarnos en este tiempo y por nuestro tiempo? Volviendo al principio, la lectura, como la amistad, funda territorios y formas de vivir compartidas. Borrelli nos lleva de la mano de texto en texto, de manera urgente y apasionada. ¿Lo contrario al neoliberalismo patriarcal y asesino puede llamarse amistad? Seguramente. “Ven ahora a mí, y alláname el camino/ cumple cuanto mi alma anhela ver/ cumplido. Conviértete en mi/ aliada”, escribió Safo en el siglo VI a.C. Así trabaja Borrelli.