América Latina y el Caribe es la región con la mayor desigualdad en la distribución de la tierra. La mayor parte de los activos de las personas más acaudaladas son tierras, mientras solo 13% de las tierras agrícolas son propiedad de personas que se dedican a la agricultura familiar, campesina e indígena (FAO, 2018 y Oxfam, 2016) y solo el 18% de las tierras está en manos de mujeres (FAO, 2018).
De mayo a julio de 2019, We Effect solicitó a 12 organizaciones con las que coopera en Colombia, Guatemala y Honduras que respondieran a una encuesta sobre cómo las demandas del derecho a la tierra afectan su trabajo y la integridad personal de sus equipos. La encuesta se realizó en los países de América Latina que encabezan las estadísticas de asesinatos de personas defensoras de derechos humanos: Honduras, Colombia y Guatemala. El resultado es el informe Luchas de alto riesgo: las mujeres en primera línea en defensa de la tierra y el territorio, presentado con una campaña conjunta entre We Effect, LatFem y la Red de Periodistas Feministas de Latinoamérica y El Caribe.
En Luchas de alto riesgo: Las mujeres en primera línea en la defensa de la tierra y el territorio se documenta de qué manera las organizaciones campesinas, indígenas y de mujeres que trabajan en el campo del desarrollo rural en Guatemala, Honduras y Colombia, experimentan los riesgos que conlleva su trabajo y militancia relacionada con las tierras, los territorios y los derechos humanos.
Los resultados de la encuesta desarrollada por We Effect muestran que: * Todas las organizaciones dijeron que su equipo se sentía amenazado como consecuencia del trabajo que realizan para proteger los recursos naturales, las tierras y los territorios en que habitan. * Se señalan como responsables de las amenazas a funcionarios estatales y locales, la policía, el ejército, así como a trabajadores de las empresas privadas de seguridad contratadas por las empresas y a grupos armados ilegales. * Casi todas las organizaciones (10 de 12) manifestaron que los arrestos domiciliarios, las detenciones y los interrogatorios reiterados realizados por las autoridades son problemas comunes y cotidianos. * 10 organizaciones señalaron normativas y leyes antiterroristas recientemente instituidas que dificultan su trabajo. * Las mujeres indígenas y campesinas del campo son las más vulnerables, encontrándose expuestas a hostigamientos, acosos y abusos sexuales, humillaciones y amenazas. * En los tres países, las dirigencias y portavoces locales de las organizaciones han sido directamente afectadas por exigir el cumplimiento de sus derechos. En Honduras desde el asesinato de la lideresa del COPINH Berta Cáceres (en marzo de 2016), la organización ha perdido a 4 personas que ocupaban cargos de dirección. Entre mayo a junio de 2018, una organización en Guatemala perdió a 4 líderes locales. * 5 de 12 organizaciones explicaron que personas de su membresía se habían visto obligadas a huir de sus hogares debido a la violencia y a los ataques. * Existen campañas de difamación a través de medios tradicionales (radio, televisión, prensa) y redes sociales, en las que la membresía de las agrupaciones aparece retratada como agitadores o, en el peor de los casos, son acusados de formar parte de grupos terroristas. * Todas las organizaciones exigen una mayor presencia internacional, piden que la comunidad internacional exhorte a los gobiernos a cumplir las leyes, los acuerdos y las convenciones internacionales sobre los derechos humanos que han sido ratificados por los Estados. |
La secretaria general de We Effect, Anna Tibblin, señala que “la pandemia de la COVID-19 ha expuesto nuevamente la vulnerabilidad de las personas que defienden los derechos a las tierras y territorios, especialmente las mujeres campesinas e indígenas, así como el papel importante que éstas juegan en la producción y el abastecimiento de alimentos para las ciudades y la población en general”.
En el mismo sentido, Pia Stavås Meier, directora regional de We Effect en América Latina, señala que “en estos tiempos trabajar juntas y juntos es clave, el cooperativismo es una manera para resolver muchos problemas que enfrentamos hoy en día” y agrega que “es muy claro que la gente que está defendiendo su tierra y el medio ambiente están muy vulnerables y tienen que ser reconocidos como defensores de derechos humanos”.
El informe Luchas de alto riesgo: Las mujeres en primera línea en la defensa de la tierra y el territorio se presenta el 2 de diciembre a las 13 H (Centroamérica) en un conversatorio público virtual en la página de Facebook de We Effect América Latina, con presencia de defensoras, periodistas y equipo de We Effect.
Accedé al documento completo del informe acá.