Un nuevo imaginario

Este texto fue leído por la comunicadora y activista trans travesti Valeria Licciardi en el Segundo encuentro hacia una representación justa en medios de comunicación. Valeria escribe que los medios de comunicación necesitan “del entusiasmo de las personas trans que llegan felices a sus trabajos a ocuparlos con amor y devoción”. Para ella poner en duda la herramienta política del cupo es ser necio y es ignorar que sin cupo la reproducción de desigualdades habría sido aún más infinita que lo que es hoy.
A leer con puño en alto y pañuelito.

El entusiasmo señala una de nuestras primeras muestras de verdadera libertad, una de nuestras primeras elecciones. Las mujeres, creadoras, trabajadoras de la comunicación y la cultura defendemos ese entusiasmo para cambiar los imaginarios de una sociedad no solo como un logro creativo sino también como un logro político.

Por un lado, somos en este lugar del mundo las primeras generaciones de mujeres que nuestros pueblos y familias han podido acceder a la cultura del trabajo. Sin embargo, en la comunidad travesti trans esto aún no sucedió. 

Somos muy pocas las que podemos pensar en desarrollar nuestras capacidades o aspirar a pensar a los medios de comunicación como un trabajo posible. Salvo que creamos en la meritocracia en ese “Si vos queres, vos podes” que se escucha como un mantra en varios medios de comunicación y que se le adjudican a personas que militan la superación como un estandarte de vida. 

Nos mienten, por que para poder desarrollar del todo nuestros méritos deberíamos haber podido comer como corresponde.  

Haber recibido afecto de parte de adultos mayores cuando éramos niñes. 

Haber podido ir  a la escuela con sistematicidad, diariamente.

Haber podido divertirnos, explorar nuestros gustos, reconocer nuestros deseos, probar una  comida y no otra.

Dejarnos llevar por el viento. Dejarnos dormir al sol una tarde. 

Las personas trans en general no tienen esa posibilidad, por que viven en un estado de emergencia desde que nacen hasta buena parte de sus vidas.

Seguir reproduciendo la desigualdad tan pronunciada vuelve inalcanzable cualquier objeto. 

Tenemos que ocupar lugares. 

Todos los posibles; en el Estado, en los medios de comunicación, en las administraciones.

La sociedad lo necesita, necesita del entusiasmo de las  personas trans que llegan felices a sus trabajos a ocuparlos con amor y devoción.

Necesitamos mostrar esa otra manera de existencia que no sea la que nos contaron.

Porque nos enseñaron a odiarnos a todos y no solo a las identidades que tenemos algo diferente, sino a todo el mundo. 

Nadie es suficiente en este sistema, por eso está bueno, por ejemplo, reírse de gente que se ríe de lo marginal porque son elles los que imponen la norma. Son ellos quienes crean una sociedad triste y enferma. 

A todo el mundo le están diciendo que “No es suficiente”: No tenés esa cara, no tenés ese cuerpo, no tenes esa vida. No sos exitoso. 

Todo es violento, por eso hay que empezar a atar cabos hacia atrás y resignificar la historia toda en su conjunto: niñez, adolescencia, adultez. Incorporar también aspectos vitales que están muchas veces negados, silenciados, ocultos o que simplemente parecieran no tener sentido. 

La mirada de los otros siempre está presente y para una persona trans es una doble mirada. Desde afuera, es una mirada que impugna, que evalúa, que estigmatiza y a la vez hay una mirada propia proyectada desde el discurso dominante que nos dice que no hay lugar para nosotras nosotres.  

Necesitamos transitar ese devenir identitario y esto nos hace bien a todes porque nos obliga a pensar y reflexionar.

La mejor manera de que una persona confirme su ser transexualidad es viviéndola, manifestándose, en la sociedad. 

En las mesas de radio, en los programas de televisión que se arman supuestamente con especialistas, a nadie se le ocurriría llamarme para hablar del COVID 19 sin embargo la cuestión del género y la diversidad aparentemente es materia opinable para cualquiera, de la misma  que pueden ser otros temas.

Los medios tradicionales reconocen especialización en distintos rubros (economía, política, sociedad, espectáculo,s deportes) pero nunca en los temas de género. 

Más de una vez hemos visto cómo confunden los términos: identidad de género, orientación sexual y muchas veces esa información errónea es hiriente y puede causar más dolor que un golpe físico. 

Por eso es importantes que no solo podamos circular en lugares sino también poder ocuparlos.

Sin cupo, sin inclusión, no habría ningún tipo de dirigente mujer en la Argentina ocupando ciertos espacios. Discutir la herramienta política  del cupo es ser necio completamente y es ignorar que sin cupo la reproducción de desigualdades habría sido aún más infinita que lo que es hoy.

Pensemos tan sólo en las mujeres y en los avances de las últimas décadas para pensar por qué el cupo les salvo la vida  y en muchos casos el cuerpo, la integridad y el desarrollo a millones de mujeres. 

Vale lo mismo entonces para la situación de las personas travestis trans en Argentina. Es una herramienta política que en este sistema y en este contexto es necesaria.

Nuestra experiencia es tan rica que las travestis trans podemos cambiar este imaginario. Vamos a poner en valor nuestras experiencias porque sabemos como hacerlo. 

Hemos generado trincheras para poder existir, en la calle, en la escuela, la universidad o en los medios de comunicación. 

Tenemos la posibilidad de  construir algo distinto, la posibilidad de destruirlo todo. Como diría Susy Shock: no queremos ser más esta humanidad.

Siento que se abre una nueva etapa para poder hacer algo nuevo donde todes podamos estar incluides. No es visibilizar voces sino resignificarlas. Sobre todo porque la desigualdad de las personas trans no está solo en la invisibilización sino también en la denotación.

Cambiar el imaginario no es una tontería, cambiar el imaginario permite abrir modelos de referencia que crean contagio, que nos permitan cambiar nuestra expectativa.

Cambiemos el imaginario.

*La foto pertenece a la jornada “Juventudes trans” organizada por LatFem el 28 de junio de 2019. En la foto: MARCO ERJMAN, TOM MÁSCOLO, OLIVER STRATAS y VALERIA LICCIARDI, que moderó el espacio.