Cristina Álvarez Rodríguez: “Este proyecto viene a aclarar cuál fue el espíritu de la ley de Paridad de Género”

La diputada nacional Cristina Álvarez Rodríguez presentó un proyecto de ley que busca garantizar la representación paritaria en la Cámara de Diputadxs. La iniciativa, que cuenta con el apoyo de un amplio arco político, surge luego de diversos reclamos por paridad en la cámara baja. “Lxs diputadxs somos los representantes del pueblo de la Nación. Entonces, que podamos decir que la paridad es un valor es ejemplificador para toda la sociedad”, aseguró la secretaria parlamentaria del Frente de Todxs.

Cristina Álvarez Rodríguez es arquitecta, militante peronista, diputada nacional y secretaria parlamentaria del Frente de Todxs. Recientemente, y a raíz de diversos reclamos por paridad en la Cámara de Diputadxs de la Nación, presentó un proyecto para garantizar la representación paritaria en esa cámara. La iniciativa cuenta con el apoyo de un amplio arco político y podría sancionarse este año. “Este proyecto viene a aclarar cuál fue el espíritu que tuvo la sanción de la ley de Paridad de Género (27.412), que es el efectivo cumplimiento del artículo 37 de la Constitución Nacional, es decir, alcanzar una democracia paritaria, un avance trascendental respecto de la equidad en la distribución y el ejercicio del poder real de las mujeres en las instancias de decisión política”, sostuvo Álvarez Rodríguez en diálogo con LATFEM.

¿De qué se trata y cómo surge este proyecto?
En 2017, cuando sancionamos la ley de paridad de género, teníamos el espíritu de que la Cámara pudiera llegar al 50 y 50. Discutimos muchísimo en aquel momento respecto a la meritocracia, a las cosas que iba imponiendo la agenda mediática respecto de por qué queríamos poner mujer-varón, y fuimos construyendo esa idea de que esto realmente no era un problema ni de mérito ni de falta de capacidad, sino a los distintos lugares en que la sociedad ubica a las mujeres con la lógica patriarcal. Y que, en realidad, cada vez que encontramos un intersticio se busca perpetuar la desigualdad. Es decir, vuelven a poner un varón en los lugares de decisión o en el lugar de oportunidad de legislar. Y esto no cumple con la Constitución de 1994 porque la reforma plantea claramente que tiene que buscarse la igualdad en los puestos de representación. Y es algo que también lo dice la CEDAW (Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer). Entonces, lo que intentamos con este proyecto es que se cumpla ese espíritu con el que se sancionó la ley de paridad, que se cumpla con el artículo 37 de la Constitución nacional, que se cumpla con la CEDAW -que tiene rango constitucional- y, por sobre todas las cosas, que lleguemos realmente al 50% y 50% en la Cámara. Hoy somos 42% mujeres (109) y 58%, varones (148). Entonces, no hemos logrado el objetivo y no lo logramos por diversos motivos. La ley tuvo inconvenientes, tardó más de un año para reglamentarse y después comenzaron las judicializaciones, y esas judicializaciones se pueden evitar si hacemos más claro el texto y algunas cosas que se incluyeron en la reglamentación, la pasamos al texto de la ley y eso es lo que hicimos con este proyecto.

— ¿Cuáles son esos elementos que incorpora?
Para empezar, el primer artículo deja bien claro que ante una situación de reemplazos en la Cámara, tiene que asumir una mujer hasta alcanzar el 50%. Una vez alcanzada la paridad, sí se volverán a realizar los reemplazos según lo que dice el texto de la 27.412: mujer-mujer y varón-varón. Y el segundo artículo me parece muy importante porque incorpora la Ley de Identidad de Género, para darle mayor jerarquía a ese criterio que ya está presente en el decreto reglamentario. Es un punto que quizás se piensa que no es necesario volver a nombrar pero sí es necesario, para que no haya ni judicializaciones ni dudas al respecto: el sexo de la candidata o candidato estará determinado por su identidad de género autopercibida, tal como dice la ley 26.743. Entonces, despejando esas dudas de lado, me parece que en las próximas asunciones no tendremos que estar con múltiples judicializaciones y discusiones dentro de la Cámara, dentro de las organizaciones feministas y dentro de organizaciones de la sociedad civil. Con esto se terminan las discusiones sobre quién asume en reemplazo porque, en realidad, hasta hoy, si se lee la ley tal cual estaba plantea que debe ser varón-varón y mujer-mujer. Entonces, eso hizo que asumieran más varones porque al Ejecutivo se fueron más varones que mujeres. Pero la ley tenía un espíritu y ese espíritu no se cumplió.

Hubo varios reclamos por reemplazos en la Cámara que plantean, justamente, que no se estaba cumpliendo con la ley de paridad. ¿Fueron esos reclamos los que motivaron este proyecto?
Desde que sancionamos la ley vimos el problema de sustitución en las listas. Pasó con el caso Hers Cabral. Después tuvimos el de Martín Llaryora: ahí se logró que el reemplazo fuera Claudia Márquez. También existió la situación de María Emilia Soria, que también fue discutida, pero logramos que fuera mujer por mujer. Más recientemente, surgió el caso de Claudia Bernazza, que logramos que fuera varón por mujer o el de Liliana Schwindt, que reemplazó a Felipe Solá. El tema es que los fallos del Poder Judicial han tenido distintos criterios a lo largo de estos dos años. Entonces, lo que se ve claramente es que para llegar a la tan ansiada paridad todavía nos faltan aproximadamente 15 mujeres sentadas en su banca. Y por eso es importante aclarar cuál fue el espíritu que tuvo la sanción de la ley de Paridad de Género (27.412). Entonces, logrado ese objetivo, ahí sí podremos aplicar la ley de 2017 que establece los reemplazos según el criterio varón-varón y mujer-mujer según su autopercepción.

— En caso de aprobarse este proyecto, ¿podría abrir la puerta a que esos reclamos por paridad sean revisados?
No, las leyes no son retroactivas, o sea que no podríamos revisar los reclamos por bancas que ya se hayan jurado. Pero sí lo que haríamos es, a partir de la sanción de esta ley y estando efectiva en cumplimiento con la reglamentación, de ahí en más todos los que asumieran lo hicieran bajo este paradigma y esto me parece importante porque llevamos claridad respecto al espíritu de la ley de paridad y se corre un velo de discusión sobre un tema que no sólo no se resolvió, sino que tuvo múltiples diferencias a la hora de implementarse. Lo que a mí me parece que tiene que quedar muy claro es que con la ley de paridad de las mujeres no podríamos terminar estando peor posicionada que antes de la ley. Ese es el punto que esta ley viene a resolver.

— Teniendo en cuenta el contexto que estamos viviendo con la pandemia de coronavirus, ¿es posible que pueda sancionarse este proyecto durante ese año?
Sí, absolutamente. Casi todos lxs diputadxs que han firmado son integrantes de la Comisión de Mujeres que indudablemente es es una de las comisiones que va a trabajar el tema. Ya Mónica Macha, presidenta de la comisión, está trabajando para avanzar en este sentido. Y así también están muchxs de lxs firmantes: Cecilia Moreau, Claudia Márquez, Leonardo Grosso, Silvia Lospennato, Brenda Austin, Maximiliano Ferraro. Hay un gran apoyo de los distintos bloques para avanzar y, por supuesto, de Máximo Kirchner que me acompañó en esta iniciativa y que con mucha fuerza va a pedir que esto se trate este año.

¿Qué balance haces del debut de la ley de paridad en las elecciones del año pasado?
Fue un gran avance en la construcción de las listas paritarias en 2019, y hay que mencionarlo porque sino seríamos injustas con lo que nuestra sociedad y nuestros partidos políticos han ido logrando. Pero a la hora de asumir los reemplazos, tenemos un conflicto y esto viene a subsanar ese conflicto. Así que creo que vamos a dar un paso muy importante.

— Es decir que, más allá de estos conflictos en particular, ¿haces un balance positivo de la ley de paridad y su aplicación?
Por supuesto. Y creo que ahora hay que ir por la paridad muchos ámbitos más. Por ejemplo, en el Poder Judicial. No puede ser que a los cargos de camaristas o cargos superiores dentro de la carrera judicial lleguen exclusivamente los varones porque habitualmente el momento de los exámenes para pegar el salto en la carrera coincide con el momento en que la mayoría de las mujeres está con hijxs a cargo y está sobrecargada con las tareas de cuidado, que es otro tema que tenemos pendiente y que estamos trabajando también en la Cámara para poder sacar un régimen junto al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. También habrá que buscar acciones positivas en ese ámbito para que puedan llegar más mujeres a las grandes ligas de la justicia. Si no, seguiremos teniendo excelentes juezas de línea, por así decirlo. Pero me parece fundamental democratizar esos espacios. Democratizar una sociedad en un sentido paritario es un camino de ida, porque indudablemente a todos y a todas nos criaron en esta cultura patriarcal, todxs estamos educadxs en ese esquema y ese esquema que deconstruirlo. Hay que trabajar intensamente para intentar modificar el mundo que nos rodea todos los días.

— Por último, ¿por qué crees entonces que es tan importante que se logre la paridad en la Cámara de Diputadxs?
Porque lxs diputadxs somos los representantes del pueblo de la Nación. Entonces, que podamos decir que la paridad es un valor es ejemplificador para toda la sociedad. La igualdad y la paridad están íntimamente vinculadas porque las mujeres argentinas somos el 51% de la población, entonces lo que pedimos es justicia distributiva. No estamos pidiendo algo que no nos corresponda. Estamos pidiendo igualdad: igualdad en la representación, en la división de las tareas de cuidado, igualdad en todos lados. Hay alguien que hoy está siendo explotado en nuestra sociedad y ese alguien se llama mujer, y el gran desafío es terminar con esa situación. No es una batalla fácil de dar porque para lograr más igualdad, hay un sector que tiene que perder beneficios, pero es una batalla que tenemos que dar.