Dahyana Gorosito salió de su casa sola cuando empezó con el trabajo de parto la madrugada de mayo del año pasado en Unquillo, Córdoba. En el camino al dispensario, su pareja, Luis Oroná, la frenó y la obligó a parir en un descampado. Él se llevó a la beba y a ella la dejó tirada en el baldío. La chica de 20 años volvió a su casa con una infección. Su hija recién nacida no estaba y la forzaron a mentir: que estuvo internada en el Hospital Rawson y le habían robado a la beba. Su hija apareció muerta pocas semanas después por hipotermia y la Justicia apuntó a Dayana como la mala madre, que no pudo impedir que muriera. Estuvo detenida en el Establecimiento Penitenciario 3 de Bower. Hoy empezó en Córdoba el juicio por jurados populares contra ella y su ex pareja , ambos acusados por la muerte del bebé.
Aunque se trata de un caso de femicidio vinculado que tiene como responsable a Oroná, ambos están acusados. Después de la aparición del cuerpo, Dahyana fue imputada junto a su ex pareja: él por homicidio agravado por el vínculo y ella por omisión. La justicia la acusa de no haber evitado la muerte de su hija.
No es el primer caso en los últimos tiempos que tiene a mujeres señaladas como “malas madres” como protagonistas de causas judiciales. En el conurbano bonaerense, Yanina González y Celina Benítez vieron morir a sus hijas, Lulú y Milagros, en manos de sus parejas violentas. Ambas fueron acusadas por la fiscal Carolina Carballido Calatayud, titular de la Fiscalía Especializada en Violencia de Género de Pilar, por “abandono de persona”.
Ante la ceguera judicial que no mira desde una perspectiva de derechos humanos y género, las redes del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans se activan con cada una de estas historias. Primero fue para exigir la libertad para Dahyana y ahora para empujar el pedido de absolución. En las redes sociales la campaña para visibilizar esta causa se sintetiza en #DahyanaYoTeCreo
En mayo de este año la Cámara de Acusaciones ordenó poner un freno a su detención y dictaminó que existieron indicios de violencia machista que el Juzgado de Control y la fiscalía no observaron.
En mayo de este año la Cámara de Acusaciones ordenó poner un freno a su detención y dictaminó que existieron indicios de violencia machista que el Juzgado de Control y la fiscalía no observaron.
Un historial de violencias
En la primera audiencia Oroná se negó a declarar, pero ella contó el contexto de violencias en el que creció. Cuando era aún adolescente, Dahyana se fue de su casa escapando de un padrastro violento. Vivió en distintas instituciones hasta que a los 16 conoció a Oroná. Un año después quedó embarazada. El hombre la hostigaba: no le permitía visitar a su madre, ni tener amigas, al punto que tuvo que dejar de estudiar. Con su segundo embarazo, todo empeoró. Él estaba convencido que ella lo había engañado y no quería tener a esa hija que ella quería llamar Selene. El ensañamiento fue cada vez más feroz, hasta que la obligó a parir en la intemperie en un descampado y se llevó a la beba.