Hace 40 años, en el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe se declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de Lucha Contra la Violencia hacia la Mujer. Fue en 1981, en Bogotá, y la fecha conmemoraba en ese entonces los veinte años del asesinato de las hermanas Mirabal.
Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal se criaron en Ojo de Agua, una sección de Salcedo, en un medio rural acomodado de República Dominicana. Las jóvenes se sumaron a un grupo político opositor al trujillismo conocido como Agrupación política 14 de junio. Dentro de la organización eran conocidas como Las Mariposas, su nombre de guerra. Minerva y María Teresa fueron apresadas en varias ocasiones, sometidas a torturas y violaciones. Rafael Leónidas Trujillo fue uno de los dictadores más sangrientos de la historia, asesinó a treinta mil dominicanos, otros pudieron escapar al exilio. Fue el responsable además del genocidio de los haitianos que vivían cerca de la frontera.
A pesar del acoso a que sometió a las hermanas, mantuvieron firme su decisión de contribuir con la caída de Trujillo. Él decidió mandarlas a matar. El 18 de mayo de 1960, las hermanas Minerva y María Teresa habían sido juzgadas en Santo Domingo. Lo mismo hicieron con sus esposos. Los cargos eran atentar contra el Estado dominicano. Fueron encarcelados de inmediato por jueces funcionales a la dictadura a la que servían. Por disposición expresa de Trujillo sacaron a las hermanas de la cárcel y fueron puestas en libertad el 9 de agosto de ese año.
Trujillo tenía un interés sádico en las hermanas ya que una vez sueltas les mandó la policía secreta y comenzó a recibir informes sobre todos sus movimientos. La situación internacional del dictador no era buena y se lo responsabilizó del atentado contra el presidente venezolano Rómulo Betancourt. La OEA le dio la espalda al régimen, lo sancionó económica y diplomáticamente; aunque es llamativa la ausencia de sanciones anteriores.
Trujillo le ordenó al General Pupo Román hacer desaparecer a las Mirabal y usar el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), a cargo de Cándido Torres Tejeda (el jefe zonal del SIM era Víctor Alicinio Peña Rivera). La primera medida fue trasladar a los esposos presos a la cárcel de Salcedo, cercana a la casa de las hermanas. Las órdenes de Torres Tejeda a Peña Rivera eran las siguientes: “…la justificación del traslado será el descubrimiento de armas clandestinas dirigidas al movimiento que ellos encabezan, la idea es que ellos nos ayuden a determinar si las personas apresadas las pueden identificar como miembros del movimiento, una vez terminado esto les puedes decir que serán regresados a Salcedo de nuevo. Una vez trasladados les prepararás una emboscada en la carretera a las Hermanas Mirabal, deben morir y se simulará un accidente automovilístico, ese es el deseo del jefe”.
Los intentos fueron dos, la primera y la segunda vez que las trasladaron para ver a sus esposos viajaban con niñxs y postergaron la ejecución. Recién el 25 de noviembre de 1960 las muchachas fueron solas, acompañadas por su hermana Patria y del chofer Rufino de la Cruz. El plan de Trujillo fue exitoso.
El final de las tres hermanas Mirabal y de Rufino de la Cruz fue el símbolo del comienzo del final de la dictadura de Trujillo. En 1576 Etienne de la Boétie había escrito: “Que se pongan a un lado y a otro a mil hombres armados, unos luchando por su libertad, los otros para quitársela: ¿de quiénes creéis que será la victoria?”. Al final, la victoria fue de ellas. Trujillo fue asesinado el 30 de mayo de 1961, a las 9:45 de la noche, en el km 9 en la carretera de Santo Domingo a San Cristóbal. Su auto recibió sesenta balazos, siete de los cuales dieron en el blanco. El próximo 25 de noviembre, como cada 25 desde 1981 nos encontrará recordando a Las Mariposas.