Cómo la filantropía puede financiar la infraestructura para el poder narrativo

En octubre de 2023 se realizó en Colombia un encuentro llamado Confluencia que reunió durante casi una semana a 120 trabajadores de las narrativas de diversos movimientos por la justicia social a nivel global. Una de las mesas de diálogo fue sobre cómo se financia el cambio narrativo y qué rol tiene la filantropía en el apoyo a iniciativas de construcción de poder narrativo. La fundadora de Both/And Solutions Mandy Van Deven moderó esa mesa y produjo este texto fundamental para comprender el campo. LatFem participó de Confluencia y ahora pone a disposición este material en español para nuestras colegas de organizaciones hispanohablantes.

En octubre de 2023, participé en una reunión en Bogotá, Colombia, de un grupo de 120 profesionales de la narrativa y financiadores cuyo trabajo construye el poder narrativo de los movimientos de justicia global. Organizado por International Resource for Impact and Storytelling (IRIS), Puentes y Global Narrative Hive, Confluence/Confluencia reunió a una muestra representativa de narradores, estrategas y administradores de recursos de todo el mundo para iluminar el ecosistema narrativo y cultivar las condiciones para una mayor acción colectiva.

El último día, 45 participantes que trabajan en el ámbito de la filantropía se reunieron en una sesión privada para reflexionar sobre las prácticas de financiación que fortalecen los esfuerzos de cambio narrativo y las normas del sector que se interponen en el camino. IRIS me invitó a moderar una mesa redonda en la que se expusieron enfoques de concesión de subvenciones que sirven de recursos a partes distintas, aunque complementarias, del ecosistema narrativo global. En él participaron Paco Camacho (Asia Foundation), Bruno Duarte (Open Society Foundations), Medina Haeri (Oak Foundation) e Ivens Reis Reyner (Nebula Fund, beneficiario de Oak Foundation).

Empecé contextualizando la reunión en el creciente apoyo de la filantropía al cambio narrativo, un apetito al que he contribuido como financiadora de infraestructuras narrativas y de creación de poder. Lo que diferenció a Confluencia de reuniones anteriores fue que dio prioridad a los donantes con experiencia en la financiación de este campo emergente. Su familiaridad con los fundamentos del cambio narrativo permitió entablar conversaciones en profundidad sobre nuestra responsabilidad de organizarnos más productivamente dentro de la filantropía y apoyarnos mutuamente en este trabajo colectivo.

Se reconoció claramente el imperativo de cerrar la brecha entre la calidad de los recursos que suelen proporcionar las instituciones de financiación y los recursos que necesitan los profesionales para trabajar con audacia, eficacia y a gran escala. Los profesionales de la narrativa compartieron generosamente sus conocimientos a lo largo de la reunión, identificando lo que la filantropía ha pasado por alto y destacando las prioridades de financiación. Entre esas prioridades figuran las siguientes:

  • Espacios y amplitud que permitan una escucha profunda y el establecimiento de relaciones duraderas.
  • Imaginación y visión colectivas hacia una dirección compartida.
  • Coordinación entre estrategias, países, regiones, temas e identidades que rompan deliberadamente los compartimentos arbitrarios creados por los flujos de financiación.
  • Prácticas que cultiven la sanación y la solidaridad.
  • Compromisos que hagan hincapié en cómo se realiza el trabajo (proceso y metodología) más que en los resultados.
  • Enfoques no probados o experimentales que no tienen una agenda predeterminada y facilitan la capacidad de aprender haciendo.

En esencia, los profesionales señalaron dónde deben cambiar las normas de la filantropía si el sector quiere ser un socio competente en el avance del cambio narrativo. A partir de ahí, pregunté a cada panelista cómo contribuía a esos cambios. 

Mi primera pregunta fue para Medina:

Entre las narrativas que rigen la filantropía, la más paradójica es que un sector con tanta abundancia opte por operar con una mentalidad de escasez. ¿Cómo contrarrestan esta narrativa en su forma de trabajar?

Medina: En la filantropía, nos centramos más en las injusticias que sufre la gente y dedicamos menos tiempo a soñar con visiones positivas del futuro y la infraestructura que hay que reforzar para hacer realidad ese futuro. Como staff, nuestro trabajo consiste en comunicar lo que nos dicen los expertos en el campo acerca de estas realidades —buenas y malas— a nuestros directivos para ayudarles a desbloquear recursos. Como financiadoras/es feministas y de derechos humanos, vemos la importancia de trabajar con otras/os. Por eso venimos a espacios como éste para tratar de construir, soñar, coordinar y colaborar juntas, porque reconocemos que hay muchos recursos financieros y mucha experiencia en esta sala, y podemos construir algo más poderoso juntas de lo que podríamos construir solas.

Medina y yo trabajamos juntas durante años para convencer a los financiadores de la justicia de género y los derechos humanos de que apoyaran estrategias narrativas para contrarrestar la creciente reacción violenta contra los movimientos feministas. 

Le pregunté a Ivens por esta iniciativa:

El Fondo Nébula fue una respuesta a las peticiones de recursos de las activistas para reforzar sus estrategias narrativas. ¿Cuál fue el proceso para determinar sus prioridades de financiación?

Ivens: Una pieza fundamental fue una consulta con actores que hacen trabajo narrativo y construcción de movimientos con un marco de justicia de género. A partir de lo que aprendimos y de nuestra primera solicitud de propuestas, desarrollamos una estrategia quinquenal. La idea es financiar cosas que aún no se han probado, sabiendo que está bien fracasar. Puede que sólo tengamos una gota en el océano de la financiación que necesitan los activistas, pero no debemos dejar que eso nos paralice. En tiempos difíciles, tenemos que probar nuevas estrategias. A veces esas estrategias tienen que ser algo que te da miedo pero ves su potencial. Intentamos hacer el trabajo con flexibilidad, un apetito de alto riesgo y un compromiso de financiación a largo plazo.

En medio de lo que muchos llaman una policrisis, la financiación sin una expectativa de impacto inmediato podría parecer contraintuitiva, sin embargo, un horizonte a largo plazo es lo que se necesita para participar en el trabajo narrativo con claridad de propósito. Los profesionales de la narrativa señalaron repetidamente esta paradoja durante el encuentro, así que le pregunté a Bruno:

¿Cómo se maneja la tensión entre la urgencia y la paciencia?

Bruno: Siempre intento averiguar los orígenes de lo que estamos debatiendo. Al apoyar el liderazgo afrobrasileño, busqué archivos —archivos de imágenes en movimiento o fotografías— que registraran la participación de los negros en la construcción de la democracia en Brasil. Al principio, cuando miras los medios o los espacios de comunicación, no ves esta historia. Así que doy un paso atrás y digo: llevamos aquí mucho tiempo, así que ¿dónde está esta información? ¿Cómo podemos apoyar iniciativas que saquen a la luz la historia de los movimientos negros?

Tenemos una estrategia sobre la elevación de diversas voces en el debate público y con un fuerte componente de interseccionalidad. No sólo buscamos narradores de comunidades afrobrasileñas, sino también de comunidades indígenas y otros grupos históricamente marginados. Esto es importante porque, de lo contrario, se sigue actuando de forma colonial al contar historias sobre estos grupos como si no tuvieran la capacidad de contar sus propias historias. Vengo del territorio y ante todo soy comunicador. No sabía mucho de filantropía antes de unirme a OSF, y lo que me mueve en este trabajo es la conexión que tengo con la gente y tratar de darles el presupuesto que les permita trabajar con dignidad.

Al apoyar la excavación de linajes que han sido excluidos del registro histórico, Bruno amplió lo que significa trabajar en la narrativa a lo largo del tiempo. También introdujo la importancia de aplicar un análisis de poder en la concesión de subvenciones para garantizar que no se repitan los errores de borrado del pasado. Las decisiones sobre dónde se aplica o no el capital filantrópico tienen el potencial de amplificar algunas cosas y omitir otras. 

Mi última pregunta era para Paco:

¿Qué relación ves entre la infraestructura narrativa y el cuidado colectivo?

Paco: Nuestro análisis político entiende que el ecosistema narrativo son las personas. Examina los factores ambientales que permiten o impiden que las historias se escuchen: infraestructura, acceso a recursos, información, formación, redes. Estas cosas pueden facilitar o inhibir la narración de historias. En Filipinas, los trabajadores de la comunicación sobre derechos humanos sufren traumas como parte de su trabajo. Se les detiene bajo acusaciones falsas. Son objeto de ataques misóginos y desinformación, pero tienen que estar constantemente conectados. Tenemos que analizar el trauma dentro de un sector que experimenta mucho estrés y ansiedad, no sólo durante el último año o incluso cinco años, sino a lo largo de décadas.

A veces, los financiadores son responsables de colocar a los trabajadores de la comunicación en posiciones en las que el trauma se refuerza a medida que realizan su trabajo. La filantropía debe replantearse el deber de diligencia que conlleva apoyar el cambio narrativo. No basta con no hacer daño, hay que maximizar el cuidado. Esto incluye apoyar formas no tradicionales de bienestar y curación del trauma. Algo que hemos hecho es crear un colectivo de trabajadores de la comunicación en el que practicamos la atención colectiva.

Hay más ansias por financiar el trabajo disruptivo para interrumpir las narrativas autoritarias que apetito por el cambio narrativo positivo, generativo y a largo plazo. Pero hay que hacer inversiones acordes. Nos vemos en la necesidad de apoyar y mejorar estas condiciones propicias —creando espacios seguros, fortaleciendo los vínculos entre los actores, practicando la solidaridad en las redes—, en lugar de limitarnos a pensar en cambiar la propia narrativa.

Al término de Confluencia, quedó patente el deseo de aprovechar el impulso y continuar juntos el viaje. Si te sientes impulsada/de/do a unirte, hay muchas maneras de empezar hoy mismo.

La versión original de este texto se publicó el 16 de enero en https://philea.eu/opinions/how-philanthropy-can-fund-the-infrastructure-for-narrative-power/