“Faltan 183 años para que haya equidad de género en las empresas”

¿Qué porcentajes ocupan las mujeres en las empresas? ¿Qué cargos alcanzan? ¿Cuánto más deben trabajar para igualar el salario de los varones? ¿Javier Milei niega la desigualdad laboral entre mujeres y varones por ignorancia o por machismo? En esta nota, la directora de Bolsas y Mercados Argentinos, Gabriela Terminielli, explica la inequidad de género que aún existe en el mundo laboral.

Si tomamos en cuenta el vendaval de mentiras que esboza el candidato a presidente de la Libertad Avanza, Javier Milei, cada vez que se pasea por un canal de televisión no sorprende que en el debate del domingo 1 de octubre haya vuelto a mentir.  

No sólo negó la famosa y tan fácil de comprobar brecha de género salarial, al decir que “si las mujeres ganaran menos que los varones, las empresas estarían llenas de empleadas”, sino que, además, se atrevió a decir: “en cualquier empresa hay mitad varones y mitad mujeres”. Todavía estamos buscando qué empresas funcionan bajo esas condiciones. Oportunamente, durante el debate, la candidata a presidenta del Frente de Izquierda Myriam Bregman le preguntó: “¿Usted niega el patriarcado por ignorancia o por machismo?” Al escucharlo hablar parecería ser que ambas respuestas son correctas.

“¿Usted niega el patriarcado por ignorancia o por machismo?”

Milei ignora por decisión política muchas de las realidades que vive nuestro país. En sus dichos se esconde un cinismo puro. En marzo de este año La Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género publicó el informe “¿Por qué las mujeres ganan menos? Las brechas de género en la economía argentina (2do trimestre de 2022)”, el tercero de una serie de publicaciones de regularidad trimestral, sobre el seguimiento de diversos indicadores económicos con perspectiva de género. 

De acuerdo a los resultados del informe la brecha salarial alcanzó el 27,7%, esto significa que las mujeres ocupadas debieron trabajar ocho días y 10 horas más que los varones ocupados para ganar lo mismo que ellos en un mes. El estudio detalla: “Las mujeres se insertan en ramas menos valoradas y dinámicas, lo que resulta en salarios más bajos. En el segundo trimestre de 2022, dos de cada cinco mujeres se insertaron en ramas asociadas al cuidado. Además, la brecha salarial se profundizó en el caso de los Servicios Sociales y de Salud (31,6%), los Servicios Comunitarios (32,7%), el Comercio (36,0%), la Industria Manufacturera (30,1%) y las Actividades Primarias (34,6%). También las brechas de tiempo y cuidados llevan a que las mujeres tengan menos tiempo para el mercado laboral y por lo tanto accedan a trabajos de menor carga horaria y mayor flexibilidad, que suelen tener salarios más bajos y condiciones de contratación más precarias.

Si bien, en los últimos años, la brecha de género en cuanto al acceso al empleo se redujo, aún falta mucho para que sea una paridad, según el informe del INDEC “Remuneración al trabajo asalariado, ingreso mixto e insumo de mano de obra, por sexo y tramos de edad”, publicado en el mes de septiembre en base a estadísticas del 2022, el 57 por ciento de trabajadores son varones y el 43 por ciento son mujeres, lo que significa que las mujeres tienen casi un 20 por ciento menos de participación en el mercado laboral. Las personas trans ni siquiera son mencionadas en el informe y continúan esperando la implementación efectiva de la ley de cupo laboral trans que apenas se promueve en el sector público. Los estudios citados tampoco desagregan información sobre la presencia de personas LGBTIQNB+ en las empresas. 

El 57 por ciento de trabajadores son varones y el 43 por ciento son mujeres, lo que significa que las mujeres tienen casi un 20 por ciento menos de participación en el mercado laboral.

INDEC “Remuneración al trabajo asalariado, ingreso mixto e insumo de mano de obra, por sexo y tramos de edad”

Gabriela Terminielli camina y conoce el mundo empresarial desde adentro hace más de 20 años. Es directora de la empresa Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) y copresidenta de Women Corporate Directors Argentina, la única integrante mujer en ambos espacios. Terminielli es psicóloga y a los 49 años hizo un máster en administración de empresas, disciplinas que, a simple vista, parecen no tener relación, sin embargo, esa formación y su experiencia laboral le sirvieron para impulsar estrategias que promuevan el liderazgo de las mujeres en las empresas, es decir, que puedan ocupar altos mandos, espacios de poder y de toma de decisiones. 

La directora de BYMA asegura que en las empresas grandes y multinacionales no hay paridad, lo que sí existe es un buen número de mujeres que a veces llega al 40 por ciento pero únicamente en los mandos medios y posiciones juniors, que se trata de los puestos más bajos y destaca: “Cuando superamos el mando medio ahí directamente tenemos una caída muy importante de representación de mujeres, en cuanto a CEOs es un 4 por ciento y si hablamos de mujeres en directorios, estamos hablando de una representación de solo el 10 por ciento, pero hay un dato que me parece que es muy importante: en un tercio de ese 10 por ciento, la mujer pertenece a la familia de los accionistas, es decir, si no hubiera esa relación familiar bajaría el número a un 7 por ciento. Este es el mapa argentino en cuanto a brecha de género.”

—¿Esta brecha se manifiesta de manera distinta en los distintos sectores empresariales?

—Sí. Hay sectores que están mucho más masculinizados, como la industria ingenieril. En finanzas, por ejemplo, hay muchas mujeres, algo que también era un mundo más masculino en otras épocas, pero solo están en posiciones junior y de mandos medios. En el mundo bursátil donde yo estoy hay muy pocas mujeres liderando, en empresas como Techint, la mayoría son varones. Recién ahora hay una tendencia a incorporar mujeres pero vamos muy despacio y muy mal lamentablemente. Hay una publicidad que para mí es la mejor en los últimos tiempos para explicar la brecha de género, les recomiendo que la vean. 

—¿Esa imposibilidad de ocupar altos mandos tiene que ver con la existencia del famoso techo de cristal?

—El techo de cristal es un concepto del año 70 y pico, es simbólico, eso no quiere decir que no exista ¿De qué está hecho el techo de cristal? Está hecho de mandatos de la cultura. Este spot que mencioné antes dice que una nena que nace hoy tendría que vivir 285 años para ver un mundo igualitario en términos de género y te va contando, faltan siete años para abolir el matrimonio infantil, faltan 183 años para que haya equidad de género en las empresas, faltan 200 años para que haya equidad de género en los cargos políticos. En ese relato, la mujer va envejeciendo con inteligencia artificial, es una cosa increíble.

—Sería bueno que esa publicidad la vea Javier Milei porque en el debate público dijo que en las empresas hay mitad varones y mitad mujeres. ¿Qué pensás con respecto a sus dichos? 

Hay mucha gente que dice eso, este spot arranca con una chica que está hablando muy optimista de todo lo que se ha logrado, dice ‘las mujeres votamos, ahora tenemos licencias por maternidad, intervenimos en cargos’ y de pronto se calla, mira a la cámara seria y empieza a contar todo lo que nos falta y todo lo que son las brechas justamente. Milei se quedó en la primera parte del video, entras a una empresa y hay mujeres en posiciones juniors pero en los directorios son todos varones. Hay que poner el foco en qué tipo de trabajo están haciendo y cuánto ganan esas mujeres en relación a sus líderes que son varones. 

—En relación a la brecha salarial, Milei negó que las mujeres ganen menos que los varones. ¿Parece un chiste, no? 

—Yo no tomaría en consideración esas declaraciones. Me molesta mucho cuando usan el tema género para ganar votos y es algo que hacen todos. Hay mucha gente que lo hace con mala intención y otra que lo hace porque cree que su realidad es la realidad de todos. Por ejemplo, cuando yo hablo con mujeres que llegaron a buenas posiciones, que tuvieron una muy buena educación y una familia que las impulsó a ir por sus objetivos, dicen ‘yo por ser mujer no tuve ningún problema’, pero es la realidad de ella, no es la realidad es la realidad de todas. Entonces cuando vos estás hablando para un medio, cuando estás liderando una organización como la que lidero yo, no puedo mirar la realidad de las 120 mujeres que tengo en mi base de Argentina, que son todas directoras de compañías. Esa no es la realidad, porque cada una de ellas te cuenta algo distinto, algunas vinieron de más abajo, otras tuvieron una familia hiper impulsora de sus carreras o tuvieron muy buenos estudios, entonces no podés hablar de la realidad como si todo el mundo viviera eso. 

—Dentro del espectro político, ¿dónde te ubicas?

—A mí me preocupa mucho la situación argentina hoy, no milito para nadie, hoy puedo votar a uno y mañana a otro, soy libre pensadora, veo y analizo la situación del país. Creo que estamos votando lo menos peor siempre, tengo 60 años, arranqué votando en el 83 con Alfonsín que fue el voto más del corazón, tenía 18 años, se acababa la dictadura, llegaba la democracia, era un júbilo que creo que nunca más volví a experimentar en mi vida. Y después fui votando lo que me parecía que en ese momento iba a ser lo mejor para la Argentina. La Argentina nos está dando material para seguir reflexionando acerca de dónde vamos, pero no compro al 100% ningún discurso. Lo único que sí te puedo asegurar es que no voto en blanco, por más que sienta muchas dudas respecto del candidato, no me permito votar en blanco, me parece que tenemos que estar ahí, tenemos que votar y ojalá que mejore todo. Me preocupa el nivel de pobreza, de inflación y de peleas internas entre todos que hay en el país. Tengo dos nietos y uno en camino y pienso qué les va a tocar a ellos cuando tengan 20 años. No me gusta que los chicos se estén yendo y estén pensando que el futuro está fuera del país y tenerlos lejos, me resulta muy triste.