Los que sí la ven: ganadores del modelo libertario

Jubilados, estudiantes y docentes universitarios, feministas, trabajadores estatales y de la economía popular. Mucho se habla de los perdedores del modelo económico de La Libertad Avanza, pero… ¿quiénes son los ganadores de la economía libertaria? Aquí están, ellos son, los amigos del León.

Ilustración de portada: Seelvana

Mucho se habla de los perdedores del modelo económico de La Libertad Avanza en su primer año de gestión. El relato oficial de lucha contra el déficit fiscal ganó los principales medios de comunicación. Resultan conocidos el ajuste en haberes jubilatorios, programas sociales, obra pública, recortes en subsidios en energía y transporte público, entre otros.

El nuevo gobierno inició su gestión con un “sinceramiento” del valor del dólar que implicó una fuerte devaluación en diciembre pasado. Lo cual tuvo su correlato en un salto inflacionario y pérdida del poder adquisitivo del salario de trabajadores y trabajadoras.

Asimismo, el gran éxito en la baja de la inflación que muestra el Gobierno viene sostenido por una recesión económica muy marcada. En los primeros nueve meses del año, la actividad económica de Argentina ha acumulado un retroceso del 3,1%. De acuerdo a las últimas proyecciones privadas recabadas por el Banco Central, el PIB de Argentina caería un 3,5% en 2024, desde una retracción del 1,6% en 2023.

Ahora, ¿todos pierden en esta realidad? ¿o algunos están saliendo favorecidos? ¿Sabemos quienes están ganando? ¿quiénes son los “leones” del nuevo rumbo?

Después de la caída abrupta de la actividad en los primeros meses del año, con piso en mayo de 2024, observamos que la recuperación está siendo muy asimétrica y con una especie de serrucho (meses de suba y baja, y no una recuperación constante y sostenida).

Ahora bien, aún con altibajos, hay sectores que apuntalan esa recuperación, y otros que vienen perdiendo mes tras mes. Al examinar con detalle el comportamiento desagregado entre los distintos sectores se observa sobre todo una gran heterogeneidad. 

Rubros ganadores

Con datos oficiales del INDEC, publicados a septiembre, se destacan los comportamientos positivos del sector agropecuario, de la explotación de minas y canteras (que incluye explotación de petróleo y gas) y de la intermediación financiera, en un contexto de bajas interanuales prácticamente del resto de los sectores que permanecen en terreno negativo. 

En el otro extremo, tenemos sectores de mucho peso, como son la construcción, la industria y el comercio que presentan caídas muy fuertes -en algunos meses del año incluso similares a las que sufrieron durante la pandemia. Estos tres sectores generan el 37,7% del empleo según datos oficiales del INDEC al segundo trimestre de 2024. 

En el global, se destaca la contracción del empleo privado registrado entre noviembre del año pasado y julio de este año en 146.500 puestos de trabajo según los últimos datos disponibles de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Si hablamos de los ganadores, en primer lugar, se destaca el buen desempeño del sector agropecuario, jugador que “gana siempre”, y se caracteriza por su concentración. Las principales 8 empresas abarcan el 80% de las toneladas exportadas de granos y subproductos en 2023 según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario. Estas empresas de las que sabemos poco y nada concentran las exportaciones agrarias: Viterra, Cargill, ADM,COFCO, AGD,LDC, Bunge y Molinos Agro. 

Este año, en la producción del sector principalmente en los primeros meses del año  impactó el resultado de una buena cosecha y que el anterior estuvo fuertemente afectado por la sequía histórica 2022/23. 

El sector agropecuario con rendimientos extraordinarios por las condiciones propias de nuestro país, es sin embargo, un sector que históricamente genera bajos niveles de empleo, altas tasas de informalidad y cuenta con pocas mujeres entre sus trabajadores. Según datos de INDEC de la Cuenta Generación Ingreso, al 2do trimestre de 2024 el empleo del sector agropecuario representó un 5,6% del empleo total (1.246 mil puestos), donde 58% de los asalariados son informales. Asimismo, de acuerdo a datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, sólo el 12,3% de las personas empleadas formales en el sector son mujeres. 

El resultado de explotación de minas y canteras está, asimismo, muy ligado a recursos naturales, la explotación de minerales  incluye la extracción y beneficio de sustancias minerales metálicos (como oro, plata, doré) y minerales no metálicos y roca (como litio, granito, arenas de fractura). También incluye las explotaciones y el beneficio de escombreras, colas y terrazas de ríos, arroyos o marinas. La explotación de minas y canteras abarca la minería subterránea, a cielo abierto y la explotación de pozos. 

En el caso de Argentina, la explotación de Vaca Muerta tiene un impacto ineludible, que está cambiando la realidad energética del país a partir de la producción de gas y petróleo no convencional. Es importante mencionar que hoy este segmento puede estar funcionando y trayendo “aire” gracias a la decisión e inversión del Estado Nacional en los gobiernos anteriores. 

Desde la estatización de YPF, la histórica inversión en gasoductos de Gas del Estado y la reciente expansión del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (hoy rebautizado “Perito Moreno”) para evacuar la creciente producción de shale gas de Vaca Muerta, y la implementación del Plan Gas.Ar, que garantizó una demanda de gas natural a precios “rentables”. Según expertos, estas fueron las principales políticas para el desarrollo del gas natural y la exportación a Chile y en el futuro a Brasil, y la posibilidad de exportación en forma de GNL.

Aunque hoy esté puesta en tela de juicio la intervención estatal, es un sector que existe por la determinación de política pública. La actividad económica alrededor de Vaca Muerta cuenta con la participación de un grupo de empresas reducido, donde trabajan asociadas empresas locales y multinacionales: YPF (con Chevron), PAE (UK, China y Argentina), Tecpetrol (Techint), Shell (británica-holandesa), Vista (Galuccio/México), Pampa Energía (local), ExxonMobil (EE.UU.), Total (francesa), Petronas (Malasia), Pluspetrol (local), entre otras. Los sectores dominantes de la burguesía más tradicional, de la mano de empresarios tradicionales como Paolo Rocca y Marcelo Mindlin, por ejemplo (históricamente más ligados al acero y la generación y distribución de energía eléctrica respectivamente), ha comenzado a reconvertirse, impulsando inversiones a través de Tecpetrol, y proyectos de GNL. 

Este sector sigue siendo predominantemente masculinizado y extractivista, con poca integración a un modelo de desarrollo industrial más amplio. El total de generación de empleo en la generación de minas y canteras fue del 0,5% en el 2do trimestre del 2024, equivalente a 119.000 puestos de trabajo, con una tasa de feminización de 14,8% . Tampoco se están implementando (ni discutiendo) estrategias que aseguren el acceso al gas natural, un recurso del que carece el 40% de la población. 

Por último, la Intermediación Financiera, es otro de los pocos sectores que crecen interanualmente (+2,5% i.a. a septiembre) mientras el resto de la economía continúa por debajo de los registros del año anterior.  Sin embargo, este crecimiento no se refleja en los niveles de empleo del sector. Según los datos disponibles, en el segundo trimestre de 2024 (si bien no llegan a septiembre como el dato de producción), el empleo cayó un -0,1% respecto al mismo período del año pasado, totalizando 321 mil puestos, lo que equivale al 1,4% del empleo total de la economía. 

Los principales beneficiarios de este sector no han sido los trabajadores, sino los grandes inversores especulativos que aprovechan el “carry trade” impulsado por el esquema macroeconómico vigente. Este modelo se basa en un dólar bajo y estable (con una variación controlada del 2% mensual) y tasas de interés en pesos por encima. 

Adicionalmente, los bonistas, accionistas y dueños de empresas locales que cotizan en bolsa también se han visto favorecidos. El programa de blanqueo de capitales ha sido un factor determinante en este contexto, incentivando el ingreso de dólares y la colocación de títulos de deuda del sector privado. Estos factores han contribuido al crecimiento del mercado bursátil, reflejado en el salto histórico del S&P Merval, el índice de acciones líderes en la Bolsa y Mercados Argentinos (BYMA), impulsado en gran parte por empresas energéticas y bancarias.

Sin embargo, la sostenibilidad de este modelo está en duda. Las reservas negativas del Banco Central, el creciente déficit de la cuenta corriente (que promete empeorar por aumentos de importaciones) y los altos niveles de endeudamiento, plantean serios riesgos para mantener este esquema en el mediano plazo. El ingreso de capitales especulativos podría revertirse, afectando tanto al mercado financiero como a la economía en general, historia tristemente repetida en nuestro país.

Otro dato relevante del sector financiero es la alta tasa de feminización, especialmente en comparación con otros rubros de buenos salarios. Según el Boletín Estadístico de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo,a agosto de 2024, el 50,1% de las personas empleadas formalmente en el rubro “Intermediación financiera y servicios de seguro” son mujeres. Según expertas, a pesar de la paridad en cantidades de puestos, hacia adentro las mujeres se encuentran más representadas en sectores de atención al cliente, atención telefónica o puestos de menor calificación, mientras los puestos de mayor jerarquía son ocupados mayoritariamente por hombres como sucede en otras ramas.  

En el caso de los salarios promedio de los sectores ganadores, sin duda, están entre los más altos de la economía. Como hemos analizado sin embargo no es tanta la cantidad de empleo generado alrededor de estos sectores, según CGI-INDEC sumados representan el 7,6% del empleo total de la economía. 

Asimismo, dada la alta tasa de masculinización vista en dos de los tres sectores, aumenta la desigualdad de ingresos por género de la economía. Según la clasificación EPH-INDEC las “Actividades Primarias” que incluyen al sector Agropecuario, Minería e Hidrocarburos, tienen actualmente el ingreso promedio más alto de la economía, superando en más de cinco veces el de una trabajadora del servicio doméstico. 

Lo anterior nos lleva a concluir que, aunque la producción total de nuestro país pueda crecer impulsada por ciertos sectores, esto no necesariamente garantiza una distribución equitativa de la riqueza generada. Que ganen algunos sectores y contribuyan al crecimiento del número total, no implica, de manera automática, una mejora en el bienestar de todos y todas. Por el contrario, esto abre nuevos interrogantes que como sociedad debemos discutir: ¿a qué modelo de desarrollo aspiramos? ¿qué condiciones de vida genera el impulso de ciertos sectores ligados a recursos naturales? ¿quien/es se apropian de esa renta?  ¿bastará con dejarlo librado al mercado? ¿qué opciones podría abrir esta nueva oportunidad que surge con Vaca Muerta para Argentina? ¿no estaremos desaprovechando una oportunidad histórica?

Con la foto de este primer año de gestión, los ganadores vienen siendo pocos, concentrados, asociados mayoritariamente a recursos naturales o al sector financiero y generadores de poco empleo directo. Corremos el riesgo de consolidar una mayor desigualdad, con salarios elevados sólo en sectores exportadores que emplean poca mano de obra y ganancias extraordinarias apropiadas por un puñado de empresas.