En las últimas semanas, el Gobierno libertario celebró a como dé lugar y esmerarse en que el relato justifique la euforia. Mientras el presidente Javier Milei muestra orgulloso como “doma mandriles”, los números dicen que en Argentina se trabaja cada vez más por menos plata, el pluriempleo crece a ritmo récord y la flexibilización laboral avanza.
Hace algunas semanas, el Ministro de Economía, Luis Caputo, escribió en la red social X que “el salario real privado registrado está en el máximo nivel desde agosto de 2018”. Su afirmación se basa en un análisis de los datos del INDEC y del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (STEySS). Pero esa afirmación tiene una trampa.
“Una de las grandes razones por la que está aumentando el salario de los trabajadores y trabajadoras registradas tiene que ver con la cantidad de horas trabajadas y no con un aumento real del salario”, explica María Julia Eliosoff, economista feminista y directora de proyectos en la Fundación Friedrich Ebert (FES) en Argentina.
Un informe del Centro de Capacitación y Estudio sobre trabajo y desarrollo de la Universidad de San Martín destaca una comparación curiosa: “Los salarios negociados en paritarias entre empresas y sindicatos se mantuvieron relativamente estables entre septiembre de 2024 y febrero de 2025 (en rigor, aumentaron 1% y cayeron en marzo). Pero en simultáneo, los salarios que efectivamente cobraron los trabajadores (salario efectivo) crecieron 9% durante ese mismo período” dice el informe. ¿A qué se debe este desacople? La respuesta está en las horas de trabajo que en ese mismo periodo crecieron un 5%.
Al aumento de las horas extras, se suma otro factor: el pluriempleo bate récords en Argentina. Según un estudio del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, hoy 2.4 millones de personas tienen más de un empleo con jornadas de 16.8 horas diarias.
¿Quiénes reciben el “salario real privado registrado” del que habla Caputo? Según el INDEC, en el último trimestre de 2024, el 42% de las personas que tienen trabajo están en la informalidad. Esto significa que, de 21 millones de personas ocupadas, solo 15 millones reciben un salario. Entre ellas, 9 millones no están registradas, mientras que 6 millones sí y reciben el “salario real registrado” que menciona Caputo. Esto representa el 30% de las personas ocupadas.
El último dato de desempleo que dio el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) fue en diciembre pasado para el cuarto trimestre del 2024 y se fijó en 6,4%. Comparándolo con el mismo período de 2023, la tasa de desocupación creció un 0,7% en el primer año de gestión libertaria.
Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en enero se perdieron 8.842 puestos de trabajo en el sector privado y Eliosoff le presta atención a este dato porque explica que “muchas empresas no solo han dejado de contratar y sumar horas extras sino que incluso han echado gente” .
El CEPA suma otro dato más: entre diciembre de 2023 y enero de 2025, el Gobierno despidió a más de 43.000 trabajadores y trabajadoras de la Administración Pública Nacional, un recorte del 12%. La lista está encabezada por el Correo Argentino (4.705), y la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (1.694), le siguen Aerolíneas Argentinas (1.558), AySA (1.463), CONICET (1.422), Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (1.333), ANSeS (1.272), Desarrollo de Capital Humano Ferroviario (1.075), Banco Nación (765) y ENACOM (719).
¿Cuál es el piso?
Existe una figura clave en la legislación laboral argentina que es el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM), creado para que haya un piso que permita cubrir las necesidades fundamentales en relación a la alimentación, vivienda, educación, salud y transporte. El sostenimiento de la vida tiene una referencia que no solo utilizan las personas que emplean sino también el Estado para los programas sociales.
Esta semana se reunieron las centrales sindicales y el empresariado en el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil para acordar un monto del SMVM que actualmente está en los $296.000. Las tres centrales obreras pidieron para abril un monto de $644.165 y $657.703 para mayo, con un aumento en torno al 120%. Por su parte, el empresariado ofreció $301.500 para abril, $306.500 para mayo y $311.500 para junio, un 1,3% de incremento. No hubo acuerdo y se sospecha que la resolución será -como viene sucediendo en toda la gestión libertaria- a través de un decreto que fije un monto más cerca del que demandan los empresarios.
“El SMVM hoy está alrededor de $296. 000 pesos y la canasta básica alimentaria, que es la canasta que mide el monto que se necesita para no estar en la indigencia”, es de $160.393. Por otro lado, la canasta básica total, es decir la que te saca de la pobreza está en $356.073, es decir, que el Salario Mínimo Vital y Móvil cubre el 83% de la canasta básica total”, explica Eliosoff y agrega: “El SMVW es una herramienta y un criterio que tenemos en nuestra economía para establecer no solamente salarios, sino también asignaciones familiares y programas sociales. Pero hoy en día quedó totalmente desdibujado en términos de lo que debería ser un salario, sin embargo, muchos empleadores sí lo utilizan como base. Por eso hay empleos no calificados que están pagando hoy $400.000 por un trabajo de jornada completa porque siguen teniendo esta referencia”.
Según datos relevados por Fundar, el salario real de los últimos años en Argentina estuvo en niveles inferiores a los de 1970: “Venimos desde el 2015 en una una franca caída de salario real promedio de la economía, muy diferente a lo que está planteando el gobierno mirando solamente un salario que está aumentando pero a costa de que todo el mundo está trabajando más”, dice Eliosoff.
El empleo del tiempo y los trabajos de cuidado
Según datos del INDEC, las mujeres tienen una mayor participación en el trabajo informal en comparación con los varones. En términos porcentuales, el 44% de las mujeres se encuentran en situación de informalidad laboral, frente al 40% de los hombres. Este fenómeno refleja la desigualdad en el acceso a empleos formales, algo que el Gobierno libertario niega cada vez que puede. Lo hizo el propio Javier Milei en su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos en donde cuestionó la existencia de una brecha salarial entre los géneros y aseguró que las políticas de igualdad de género son una “distorsión del concepto de igualdad”.
Un dato relevante es que el 77% de las personas que trabajan en el servicio doméstico se encuentran en condiciones de informalidad laboral, una situación que afecta principalmente a las mujeres. De hecho, el 96% de quienes realizan tareas en este sector son mujeres, lo que evidencia la feminización de este trabajo que además se caracteriza por la falta de derechos laborales, baja remuneración y escasa regulación.
Además, el informe destaca que aproximadamente el 25% de las mujeres ocupadas en la informalidad laboral se desempeñan en el servicio doméstico. Esto pone de manifiesto cómo la informalidad las afecta de manera particular ya que en la mayoría de los casos no acceden a derechos laborales.
El ajuste y la precarización de la vida impactan directamente tanto en el trabajo remunerado como en el no remunerado, no solo se trabaja más para cobrar más sino que se trabaja más para en ciertas tareas no ganar nada. En ese sentido, Eliasoff destaca que cuando el Estado se retira y deja de garantizar ciertas condiciones de vida, las mujeres empiezan a trabajar más en tareas no remuneradas. “Las encuestas de uso del tiempo muestran que las mujeres dedican casi 6 horas a trabajos no remunerados contra apenas 2 horas 45 minutos que dedican los varones. La cantidad de tiempo que dedica al trabajo no remunerado hace que haya menos tiempo disponible para el otro empleo”, concluye.
El modelo libertario ajusta y el ajuste produce un doble movimiento: recortar gastos y trabajar más para que el dinero alcance para vivir. Y, sabemos, son ellas las que hacen malabares para que alcance.
Para Camila Baron, economista y feminista, cuando el Gobierno glorifica el modelo económico de principios del siglo XX y asegura que hay que volver a eso, lo que esta señalando es que quiere una sociedad más desigual, donde no existan los derechos laborales. “Volver hacia atrás implica jornadas que pueden llegar a ser más de la mitad del día, sin contar los medios de transporte ni que cada vez el salario alcanza para menos. Entonces se trabaja más para vivir peor” explica.
En este sentido, ¿qué pasa con el trabajo de las mujeres? según Baron “El gobierno niega que existan desigualdades estructurales en la participación laboral de las mujeres. Al mismo tiempo, construye una narrativa en la que el regreso al ámbito del hogar debe suceder por una “ventaja comparativa”. Voceros como Bertie Benegas Lynch o influencers libertarixs sostienen que las mujeres son biológicamente mejores cuidadoras y que por ende ese debe ser su rol social. Para ellos eso sería lo más “eficiente”, lo que el mercado dicta cuando les ofrece bajos salarios es “mejor quedate cuidando”. Con esa misma narrativa se elimina la moratoria previsional. Pero al mismo tiempo, eso que narran ni siquiera se verifica” explica Baron. Para ella hay que observar los datos de empleo para ver que las mujeres, aún con salarios de miseria, son las que más están saliendo y son quienes encuentran empleos precarios, como vender comida o ropa o trabajo por horas. “Hace rato que feminización rima con precarización. Es importante prestarle atención a esto porque muchas veces pareciera que por correr detrás de la agenda financiera y de la cotización del dólar se pierden de vista las consecuencias del modelo sobre los cuerpos concretos. Hay una intención de transformar en profundidad la estructura social y eso incluye especialmente la precarización y el crecimiento no sólo de las brechas de género sino una brecha aún mayor entre las propias mujeres”, concluye. El año pasado, Netflix estrenó en su plataforma la película “In Time”, una distopía en la que el tiempo es literalmente la moneda más valiosa y tuvo récord de vistas en el streaming, 13 años después de su estreno original. Roer el tiempo también está en la base libertaria, es una propuesta de futuro en donde se gobierna para pocos en un país en donde cada vez más tienen menos.