“Anda a escuchar”, le ordenó el senador Mario Fiad a un joven asesor que se mueve a todos lados con él a la salida del salón Arturo Illia donde se llevan adelante las reuniones de comisiones sobre aborto. Había terminado una jornada de 20 expositorxs pero lo importante en el Senado estaba pasando en los pasillos. El titular de la comisión de Salud, anfitrión del debate sobre aborto en la Cámara Alta, lo mandó a escuchar qué decían quienes salían de un encuentro en el Salón de las Provincias, al lado.
La última jornada de exposiciones, en la previa de la firma de el o los dictámenes de Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales, fue una jornada de rosca, de mensajes cruzados, llamados, comunicados, anuncio de votos y terminó con un encuentro convocado por Miguel Angel Pichetto, jefe del interbloque Argentina Federal, en el salón lindero al Illia. Ahí estuvieron los senadores Luis Naidenoff y Pamela Verasay (UCR), Humberto Schiavoni (PRO) y los peronistas Alfredo Luenzo, Pedro Guastavino, Norma Durango, Beatríz Mirkin, Sigrid Kunath. Se sumaron, también, algunas de las denominadas diputadas “sororas” Araceli Ferreyra, Victoria Donda, Mónica Macha, Karina Banfi, Carla Carrizo y las integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito Marta Alanis, Estela Díaz, Marta Rosemberg, Nelly Minyersky. Además estuvieron Malena Galmarini, el director ejecutivo del CELS, Gastón Chillier y el director ejecutivo de la Fundación Huésped, Leandro Cahn. Lxs senadorxs del Frente para la Victoria (FpV) estuvieron ausentes en esa reunión porque tenían encuentro de su bloque en otra parte del edificio.
“Todxs queremos que salga la ley. Se harán modificaciones no sustanciales para consolidar la mayoría”, dijo Pichetto a la salida. Hasta ese momento las opciones que se barajaban para los dictamenes eran: la media sanción, las modificaciones propuestas por los senadores de Córdoba y el rechazo. El anuncio de Pichetto abrió un nuevo escenario: la posibilidad de un nuevo dictamen conciliador entre la media sanción y la denominada “opción Córdoba”. “No son cambios sustanciales ni estructurales”, repetían una y otra vez tanto legisladores como activistas feministas y de organizaciones que salían de la reunión.
“Firmaremos un dictamen por el sí con modificaciones que son razonables y que no alteran el espíritu del proyecto. Las organizaciones lo han aceptado. Esperamos sumar la mayor cantidad de voluntades para que la ley vuelva a Diputadxs”, dijo Pichetto al salir de la reunión.
¿Qué es un dictamen? Es al resolución escrita de una o varias comisiones legislativas, tomada por la mayoría de sus miembrxs, sobre una iniciativa de ley, decreto, asunto o petición sometido a su consideración por acuerdo del Pleno de la cámara a la que pertenecen. Puede haber uno o varios. El que tiene más firmas es el que inicia la discusión en el recinto. ¿Se puede llegar al recinto sin dictamen? Sí. Y el tratamiento en este caso será sobre tablas, como si no hubiera pasado por comisiones.
El texto de la propuesta consensuada ayer se conocerá hoy pero las modificaciones centrales son tres: se quiere bajar de 14 a 12 semanas el plazo para abortar, quitar la pena para lxs médicxs e incorporar la objeción de conciencia institucional para centros de salud privados. Con este escenario, la ley volvería a Diputadxs, que puede aceptar el proyecto con modificaciones o no aceptarlas y para ello necesitaría la misma mayoría que el Senado para insistir en la propuesta original. Una fecha posible para la jornada de debate en la Cámara Baja es el 23 de agosto. ¿Por qué tiene que pasar por Diputadxs? Porque todos los proyectos deben pasar por una cámara revisora.
De acuerdo a distintxs poroteos y anuncios de votos que se hicieron públicos de cara al 8 de agosto, lxs senadores que apoyan la ley hoy son un total de 32. Todavía quedan tres que son una incógnita: el tucumano José Alperovich, el santafesino Omar Perotti y el salteño Romero, los tres de orientación peronista. La puntana Eugenia Catalfamo se ausentaría porque está embarazada y la neuquina Lucila Crexell ya anunció su abstención.
Uno de los votos negativos anunciados a través de un comunicado ayer fue el de la senadora Ines Blas. La legisladora es la titular de la Banca de la Mujer en el Senado y expresó que no apoyará la ley el próximo 8 de agosto. En las redes sociales ya exigían que renuncie a ese lugar.
Si lxs tres senadores indecisxs suman sus votos a favor del derecho a decidir de mujeres y personas gestantes, el escenario sería de paridad total y sería Gabriela Michetti quien debería desempatar. En el Senado no se ha repetido una situación así desde octubre de 2010, cuando el ex vice presidente Julio Cobos terció en la votación por la ley del 82% móvil para jubiladxs. “Esto es como la 125”, dijo el senador Luenzo al salir de la reunión con organizaciones feministas y de derechos humanos.
Afuera, el último martes verde todavía estaba encendido tras una jornada de distintas acciones que incluyeron una foto colectiva en las escalinatas del Congreso a las 13.30 y un estudianzado federal en todo el país. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto pasó la noche de vigilia para hoy seguir ocupando el espacio frente al parlamento.
Afuera, el último martes verde todavía estaba encendido tras una jornada de distintas acciones que incluyeron una foto colectiva en las escalinatas del Congreso a las 13.30 y un estudianzado federal en todo el país. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto pasó la noche de vigilia para hoy seguir ocupando el espacio frente al parlamento.
Hoy a las 14 está previsto el inicio de la última jornada antes del #8A, las comisiones Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales deberán firmar dictamen. Un dato para pensar lo que puede pasar en esta jornada: en julio de 2010 el dictamen en la previa a la discusión en el recinto sobre matrimonio igualitario en el Senado fue en su mayoría de rechazo, pero luego se revirtió. No hay dudas de que el camino irreversible hacia el que transita el aborto en Argentina es la ley. Podrá ser el 8 o el 23 de agosto. El final es abierto: el Senado debe decidir si le da la espalda a la transformación que está viviendo el país y se expresa en los pañuelos verdes que se multiplican en las calles o le hace frente a una situación legislativa que tutela a la mitad de la población.