Cinco años con Milagro Sala presa

A cinco años de su detención, la causa de la protesta que dio origen a su detención sigue abierta y la persecución continúa. Una comitiva de organizaciones sociales la visitó para expresar solidaridad y exigir su libertad. 

Es sábado 16 de enero de 2020, son las tres y media de la tarde, y el calor en la capital jujeña se hace sentir. En la puerta de la casa de Milagro Sala una oficial mujer y otro varón de la policía están en la puerta de forma permanente: registran los datos de todas las personas que la visitan.

Una comitiva de organizaciones del Frente Patria Grande (Nueva Mayoría, Frente Popular Darío Santillán, Movimiento Popular Nuestramérica, Tres Banderas, Vamos) llega a mostrar solidaridad hacia las y los presos políticos en la provincia y acompañar la exigencia por su libertad. Un humilde aporte al reclamo contra el lawfare y la necesidad de escuchar y saber sin intermediarios, cómo está Milagro.

Al mediodía, el grupo acompañó la movilización tupaquera del mediodía llegó a la Plaza Belgrano y a las puertas de la gobernación, después de 5 años. La última vez que eso sucedió quedó detenida su dirigenta y comenzó el proceso de persecución y destrucción de la organización y los frutos de su lucha. También hoy es el cumpleaños de la Pachila (Patricia Cabana), otra de las militantes detenida arbitrariamente como Milagro, que cumple prisión domiciliaria en soledad.

Después de pasar el filtro policial, Lucho (Luis Paz, abogado de Milagro) acompaña al grupo puertas adentro donde Milagro pasa sus días. La comitiva llega al comedor y ella saluda como si las conociera de otra vida.  “Son todas compañeras”, dice con una sonrisa.

Ahí estamos once compañeras de la delegación para decirle a Milagro, de cuerpo presente, que la queremos libre.”Estamos cumpliendo cinco años de detención. Lamentablemente tenemos que decir que seguimos presos con prisión domiciliaria, estamos rodeados de policías de civil y en estos días sufrimos un acoso muy fuerte. No sólo Milagro Sala, sino los militantes nuestros para que no movilicen. Sin embargo nuestros compañeros perdieron el miedo”, dice Milagro.

Y sigue: “Seguimos presos pero no porque la justicia obre bien, sino que seguimos presos porque Gerardo Morales no nos quiere dar la libertad. La esperanza nunca se pierde. Y si en algún momento ustedes bajan los brazos, nunca dejen de pensar que nosotros los presos políticos en plena democracia hemos resistido y que vamos a seguir resistiendo por un país libre, justo y soberano. Creemos en la democracia, creemos en la justicia. Pero creemos en la justicia que no esté pintada con los colores de los partidos políticos, que es lo que estamos sufriendo en estos últimos cinco años”.

El 16 de enero de 2016, Milagro Sala fue detenida por participar de una protesta social contra medidas tomadas por el gobierno de la provincia de Jujuy. Desde entonces permanece privada de la libertad de manera arbitraria. A partir de su detención, hubo un entramado de “acusaciones consecutivas”, un despliegue de causas judiciales y un contexto de vulneración de la independencia judicial destinados a sostener su privación de libertad de manera indefinida, de acuerdo a lo que sostuvo el Grupo de trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas, en octubre de 2016.

Ya trascurrieron cinco años de detenciones preventivas sucesivas, sin que aún tenga una condena firme en su contra.

Hay algo intangible que sucede entre las personas unidas por la militancia, la causa de la justicia social, la convicción de que nos merecemos bellos milagros y ocurrirán. Ese algo intangible es el compañerismo y se aprende, se transmite de generación en generación, no repara en las fronteras. Quienes nunca lo sintieron ni lo entienden, y hasta miedo les da, le dicen grieta.

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Toda la tarde de charla y debate político transcurre como agua llenando la pileta, enriqueciendo cada minuto de aquella visita, compartiendo puntos de vista y desafíos, aprendiendo, indignándonos pero como siempre con lugar para la risa y los chistes. Por supuesto también estuvo la parte de las fotos, los regalos, el programa de radio que hace Milagro todos los sábados, y hasta agitamos canciones de las marchas de ayer y de hoy. El deseo profundo que tiene ella de poder salir nuevamente a la calle apareció en ese preciso momento de brillo en los ojos y fuerza en la voz, cantando a la lucha.

El pueblo de Jujuy resiste. Una de las canciones que cantan en las movilizaciones tupaqueras dice “con lucha y con paciencia”, y es fiel reflejo de la realidad.

Toda esa lucha está viva contra los embates de la policía y del Poder Judicial que imparte injusticia con obscena discrecionalidad. Y la paciencia es necesaria, pero no se la confunde con condescendencia. El poder en Jujuy tiene rostros, nombres y apellidos por todos conocidos. Entre esas caripelas, oficialismo y oposición se difuminan. Que se sepa en todo el país que la diferencia es, en realidad, entre quienes se mueven por el afán de lucro y quienes lo hacen en busca del bien común. Allí está la política. Lo otro son negocios, más o menos turbios, que se hacen en suelo jujeño con los bienes comunes y los derechos del pueblo. 

Gerardo Morales transita su segundo mandato de gobierno provincial haciendo uso y abuso de todas las arbitrariedades e ilícitos que están a su alcance. Millones de dólares de la deuda pública destinados a empresas familiares, fondos provenientes de programas nacionales que desaparecen y sobre los cuales nadie rinde cuentas, persecución sin límites a militantes populares, mano dura, amedrentamiento y asesinatos. Jujuy resiste. Se organiza y junta fuerza.