Claudia Sheinbaum: desafíos, expectativas y promesas

La primera mujer presidenta de la historia de América del Norte acaba de cumplir su primer mes de gestión. Marcado por una turbulenta reforma constitucional, en ese período se evidenció también el tamaño del desafío que tiene Sheinbaum en un país atravesado por la violencia del narcotráfico y las desigualdades de género.

“A muchas de nosotras nos contaron de niñas una versión de la historia que nos quería hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres”, dijo Claudia Sheinbaum en su primer discurso tras la asunción de la presidencia de México, el pasado 1º de octubre. “Hoy sabemos que las mujeres podemos ser presidentas”, agregó, ovacionada por el público en el Congreso Nacional.

Bajo el slogan “es tiempo de mujeres”, Sheinbaum cumplió su primer mes de gestión en México amparada por una alta y sostenida aprobación popular: el 90% de la población del país cree que será una buena presidenta. La expectativa recae sobre ella tanto como ideal de continuidad de la gestión de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como de una nueva esperanza de resolver las deudas dejadas por su antecesor.

“Esperamos más apoyos como nos dio AMLO”, afirmó Hilda Barrios, militante de Morena en el día de la asunción de Sheinbaum. Otra de sus votantes, Leticia Gonzalez, enfatizó la esperanza de que la nueva gestión sea la continuidad de la de AMLO:  “Que siga con el legado: no mentirnos, no robarnos, no traicionarnos”. Llevaba consigo los famosos muñecos del ex presidente que se encuentran en México en forma de peluches, llaveros o imanes. Tere Arroyo, una votante de 62 años, que también sostenía en sus manos una réplica de AMLO hecha por ella misma, hizo hincapié en el cambio de vida que atravesó por las políticas sociales del último sexenio. “Yo soy pobre. Mi familia, como muchas otras, vive de lo que gana en el día. Y yo nunca había visto un gobierno tan humanitario como este”, expresó en ese momento.

Además de las expectativas, sus primeras semanas como Presidenta ya la pusieron a prueba. Fueron días particularmente marcados por la atención a la población afectada por el huracán John en las zonas costeras, especialmente; por el desafío de la violencia creciente en algunas regiones –; y por las disputas con sectores contrarios a la reforma judicial. Iniciada en el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador poco antes de pasar el bastón a su sucesora del partido Morena, la reforma plantea una elección popular a jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Crédito: redes sociales de Claudia Sheinbaum

Con mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado a partir de las últimas elecciones, Morena pasó a tener condiciones de poner en marcha el plan de reforma constitucional impulsado por AMLO. Por el mismo motivo, el partido pasó a ser acusado por autoritarismo por parte de la oposición. La crisis se agravó con la renuncia de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial que se rehusan a pasar por elecciones para garantizar el puesto que ya ocupan. La consigna que abrazan es “serví con honestidad, declino con dignidad”. La elección es abierta a la población para la elección de agosto de 2025 de mitad de los cargos judiciales: 464 magistraturas y 286 juzgados federales.

Marisol Díaz, estudiante de derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), participó de una de las masivas marchas en contra de la iniciativa. “Esta reforma compromete mi futuro, porque ya no va a importar cuánto nos dedicamos a formarnos. La justicia no se vota, nos quieren convertir en políticos”, declaró la universitaria, que llevaba una pancarta que decía “El juez imparcial es de carrera judicial”.

Deudas pendientes

Ser la primera mujer presidenta de un país tiene una gran carga simbólica. En el caso de Claudia Sheinbaum, el reto se contextualiza en un país gravemente atravesado por la virulencia del crimen organizado, los altos índices de desaparición de personas –las cifras oficiales apuntan a casi 117 mil–, la violencia de género, los ataques a periodistas y la crisis migratoria. Solo en este primer mes, ya fueron dos periodistas asesinados con menos de 24 horas de diferencia: Mauricio Cruz Solís, de Michoacán, y Patricia Ramírez González, en Colima.

Culiacán, la ciudad más poblada del estado de Sinaloa lleva 138 homicidios en 24 días, además de negocios saqueados y carreteras bloqueadas por narcotraficantes del cártel local, uno de los más peligrosos del país. Hoy ya se suman 105 jóvenes desaparecidos en ese estado en dos meses, desde que se inició un conflicto al interior del cártel. No sin razón la inseguridad es el tema en donde mayormente se depositan las expectativas sobre este gobierno que recién empieza, con un 43% sobre otras áreas de gestión pública.

Las complejidades que se le avecinan al gobierno de Claudia Sheinbaum, la candidata con el mayor respaldo electoral desde 1988, radican en dos aspectos particulares: la deuda histórica con la seguridad y la resolución de crímenes estatales que marcaron la historia de México, como la masacre de Ayotzinapa.

Como personaje protagonista del cuento que compartió el día de su asunción, Sheinbaum ahora impulsa una agenda con perspectiva de género y pide ser llamada presidenta. Así con ‘a’. “Lo que no se nombra no existe”, enfatizó en su primer discurso. Además de sostener las políticas de su antecesor, mantiene también algunos silencios de la gestión anterior. A pesar de enumerar a muchas mujeres importantes en la historia de México en su asunción, no mencionó a las madres buscadoras, figuras clave en lucha por encontrar a personas desaparecidas, a raíz del narcotráfico, en todo el territorio mexicano.

En su primer día de gestión, sin embargo, abordó un tema que consiste en una gran deuda del Estado mexicano con su población. El 2 de octubre de este año se conmemoró el 10º aniversario de la desaparición de 43 alumnos de una escuela normal de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, al ser detenidos por la policía municipal. La primera conferencia matinal de Claudia coincidió con la fecha, y fue dedicada al tema. La presidenta se mostró dispuesta a dar respuestas sobre el crimen estatal, y mantuvo reuniones con las familias de lxs 43, durante su campaña. Este fue uno de los pendientes más relevantes del sexenio AMLO que explícitamente lo pasó para su sucesora. “Es una asignatura pendiente”, reconoció el expresidente en sus últimos días de gestión.

De parte de los familiares, hubo una desilusión con el gobierno progresista que llegó al poder en 2018 y, con él, una esperanza de avance en las investigaciones de la desaparición de los 43 normalistas. “En la última recta de este gobierno hubo maltrato, la relación fue crítica”, sostuvo el abogado Vidulfo Rosales, representante legal de los familiares de los desaparecidos, en una rueda de prensa. “No terminamos bien con este gobierno, terminamos mal.”

Las familias creen que hay mayores chances de avance con la nueva gestión, en contraste con la parálisis de las investigaciones de los últimos años. En el acto de 10 años de la tragedia de Ayotzinapa, la madre de uno de los normalistas desaparecidos enfatizó: “Hay una luz de esperanza. Hoy no tenemos que abrir las puertas a patadas, hoy hay un diálogo. Pero siempre hemos dicho: no confiamos hasta no ver los hechos.”

Marcha en Ciudad de México a diez años de Ayotzinapa, 2024. Crédito: Lizbeth Hernández @abismada_

Mujer progresista, pero no feminista

Claudia no se identifica como feminista, pero viene planteando, desde la campaña presidencial, un fuerte enfoque de políticas con perspectiva de género, refiriéndose principalmente a las mujeres. Al asumir, decidió elevar el rango del Instituto Nacional de Mujeres a Secretaría e implementar la idea de trabajar en conjunto con todos los poderes y de manera transversal en su gobierno.

Para Olivia Tena, doctora en sociología e investigadora de la UNAM, hasta ahora Claudia está cumpliendo lo prometido en términos de políticas de género: “Era una deuda de Andrés Manuel López Obrador. Él solía decir que sus políticas beneficiaban principalmente a las mujeres, porque son las que cuidan de la familia, porque son las más pobres; y yo siempre pensaba ‘si son las más pobres y lo está reconociendo, ¿por qué no hay políticas dirigidas hacia ellas?'”, completa la investigadora en feminismos.

El jueves 3 de octubre, Claudia Sheinbaum envió su primer paquete de proyectos al Senado, planteando una reforma constitucional con perspectiva de género. Las iniciativas apuntan a erradicar la brecha salarial; promover la paridad en la administración pública; generar una cartilla de los derechos de la mujer, con el fin de comunicarlos mejor; y establecer las fiscalías especializadas en delitos de género, con énfasis en la figura de feminicidio. Queda pendiente todavía un proyecto que apunte a la violencia de género, fortaleciendo mecanismos preventivos. México es de los países donde más personas trans son asesinadas: está en 7° en el ranking mundial, y en lo que va del año, hubo 523 femicidios según las cifras oficiales, un 10% menos que los registros del mismo período de 2023.

“Hay una preocupación por parte de los movimientos feministas por el hecho de que Claudia no sea feminista”, comenta Tena. “Pero ella está asesorada por feministas. Fue lo que pasó cuándo fue jefa de gobierno [de la Ciudad de México], y esto se está viendo ahora, en políticas dirigidas a niñas y mujeres.”

Claudia fue duramente criticada por los colectivos feministas durante su jefatura en la Ciudad de México después de reprimir protestas feministas, acusada de revictimizar a mujeres desaparecidas y familiares de víctimas de feminicidio. Además, durante su gestión se reportó una alza en casos de feminicidios hasta enero de 2023, con un repunte del 2,7% de 2019 a 2022. Dentro de los 100 puntos de compromisos firmados ahora como Presidenta del país, Sheinbaum decretó que “nunca se usará la fuerza del Estado para reprimir al pueblo de México”.

Las altas tasas de desempleo combinadas con otros factores son otro reto que puede verse mejorado con políticas apuntadas a las mujeres. En el segundo trimestre de 2024, mientras 416.187 hombres se encontraban en un contexto de imposibilidad de trabajar -por hacerse cargo del hogar o de familiares-, la cifra de las mujeres era de 2.217.849 en esta situación. Una cifra cinco veces mayor.

El 4 de noviembre, las comisiones del congreso de la Ciudad de México derogaron los artículos del Código Penal del estado que criminalizaban el aborto después de las 12 semanas. El dictamen se votará en el pleno del congreso local para convertirse en Ley. A pesar de que Morena apoyó esta iniciativa, hay poca claridad sobre qué hará la Presidenta sobre el derecho nacional al aborto. Actualmente, 17 estados mexicanos todavía penalizan la interrupción voluntaria del embarazo. El pasado día 28 de octubre, en la tradicional conferencia de prensa, Sheinbaum dedicó escuetas palabras respecto a la niña de 14 años que tuvo un aborto espontáneo tras una violación, en Querétaro. “No se debe criminalizar, y menos a una niña”, respondió al ser consultada sobre el tema. Agregó que la Secretaría de las Mujeres está “atendiendo el caso”.

Crédito: Carolina Rosales Zeiger

Sobre políticas de género enfocadas en la población LGBT+, la investigadora en Ciencias Sociales y Literatura, Maria Elena Cordova sostiene: “Claudia ha hablado del respeto que se debe tener a la comunidad LGBT+ y de la labor que el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación tiene para que se proceda en contra de la opresión, las violencias y la desigualdad. Esperamos que esto se vea reflejado en políticas de género concretas”.

Cordova, que es integrante del colectivo LGBT+ y docente de la UNAM, afirma: “Me parece que en los órdenes gubernamentales y legislativos aún no hay una sensibilización sobre diversidad sexual y perspectiva de género, necesarias para conocer las necesidades reales de la comunidad LGBT+, en comunidades indígenas o afromexicanas, con respecto a las necesidades de cuidado (y cuidador@s) como en la vejez y en la enfermedad, entre otras”.

Una continuidad que trae novedades

La idea de un gobierno de continuidad fue captada por la oposición como motivo para poner en duda la autonomía que tendría Sheinbaum. Sin embargo, es lógico que Morena haya optado por este camino, ya que AMLO dejó el gobierno con una altísima aprobación de 77% y el peso mexicano se encontraba en su mejor momento frente al dólar desde 2015 de acuerdo con Banxico.

Esta idea de construcción a largo plazo fue sintetizada en la llamada Cuarta Transformación (4T), planteada por Morena como un proyecto que, al lado de la Independencia, la separación de Iglesia y Estado y la Revolución Mexicana, configuraría un nuevo marco capaz de cambiar el rumbo del país. El sexenio de Claudia fue bautizado como “el segundo piso de la cuarta transformación”.

Crédito: redes sociales Claudia Sheinbaum

Así, Claudia asegura que pondrá “el segundo piso de la transformación”, pero que llevará una “continuidad con cambio”. Su enfoque trae perspectiva de género y también de acción climática. En el 2000, recibió el cargo de Secretaria de Medio Ambiente del entonces Distrito Federal, ahora Ciudad de México. Desde ese espacio, estuvo a cargo de un equipo que buscaba mitigar la contaminación y problemas ambientales. En 2007, su trabajo en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático le llevó a ser coautora de capítulos clave, contribuyendo al premio Nobel de la Paz.

Ahora como presidenta, promete transformar una de las ciudades más contaminadas del mundo en una de las más limpias. Entre sus propuestas ambientales están la inversión en tecnologías renovables, prohibir la plantación de maíz transgénico, implementar un programa de limpieza de los ríos y cuencas más contaminados y un programa de reforestación.

Sus desafíos son diversos y multicausales. Las miradas y las expectativas de gran parte de la población mexicana están sobre Claudia Sheinbaum, acompañando con atención sus primeros pasos. Pero resta la duda si su gobierno será congruente y ayudará en el avance de los derechos humanos en territorio mexicano.