De privilegios y opresiones: ¿qué sabemos de feminismo e interseccionalidad?

¿Te preguntaste cuáles son tus intersecciones y qué privilegios te dan? ¿Sabías que las víctimas de violencia institucional en general son pobres y racializades? Las políticas públicas interseccionales no significan proyectar o planificar un cupo marrón, negro o disca; no es hablar de ceremonias ancestrales, ni de poner whipalas en edificios públicos. Sandra Hoyos recorre la construcción política y teórica de la interseccionalidad.

La potencia de los feminismos cuestiona sus propias estructuras. Interpela y hace repensar con quiénes y para quiénes es posible transformar y construir. No son sólo las olas, ni las mareas, ni tampoco es únicamente la opresión de género. Cuántas veces nos sentimos fuera o al margen del feminismo o lo acusamos de académico y blanco. El feminismo para todes existe, no hay teoría que defina a quién pertenece. Lo que existe son posturas, al parecer con mayor jerarquía, que señalan que señala que unas reivindicaciones tienen que garantizarse antes que otras. 

Lo interseccional en el feminismo es resultado de esa potencia transformadora. Una palabra que suena en salas zoom, en conversatorios, en transmisiones en vivo por Youtube. Una noción que está presente al enunciar el racismo en las políticas públicas. Pero, ¿qué estamos diciendo cuando hablamos de interseccionalidad?

El concepto de interseccionalidad fue utilizado por Kimberlé Crenshaw en 1989 para señalar las distintas formas en las que la raza/etnia-género-clase interactúan y cómo se generan las múltiples dimensiones y opresiones que conforman las trayectorias de las mujeres negras (Crenshaw 1989). Su objetivo fue ilustrar las experiencias a las que se enfrentaban esas mujeres, las cuales no estaban delimitadas por los márgenes tradicionales de la discriminación racial, por un lado, o de género, por otro. Afirma que la intersección del racismo/etnia, la clase y el género en las vidas de las mujeres negras afectaron y afectan sus vidas de maneras que no pueden entenderse si se miran por separado las diferentes opresiones, ni tampoco si se adicionan unas a otras. 

Kimberlé expresa que la interseccionalidad es parte de la experiencia de la mujeres negras. Enfatiza cómo se intersectan las diferentes sistemas de desigualdad y dominación: el económico, el de género y el racial. La autora afroamericana sostiene que hay que tener un enfoque interseccional o que las estrategias de intervención han de responder a estas intersecciones. 

Su propuesta es una crítica al feminismo que se enfoca sólo en las opresiones del sexismo dejando por fuera aspectos como las condiciones económicas; por otro lado dirige su crítica  los discursos antirracistas, vigentes por ese entonces;  por no considerar la cuestión del género. Es decir; una gran dificultad en  entender las opresiones por ser  mujeres y negras. Considera que, tanto el feminismo como el  antirracismo han fracasado a la hora de tener en cuenta las  intersecciones presentes en estos sistemas de opresión llamados  racismo y  patriarcado.

Ella parte de que las personas puede ser entendidas en sus interseccionalidades, que no necesariamente se traducen en maltrato, pobreza o discriminación. Pero, en particular, enfatiza la idea -o aquello que hay que tener en cuenta- sobre las intersecciones que además están atravesadas por el modo en estamos posicionades en una estructura social.

Una persona profesional, segunda generación de graduades en la familia, con ascendencia europea, con trabajo e ingresos que le permiten tener auto, vacacionar, pagar un alquiler o ser propietarie en un lugar residencial. ¿Podemos mirar a esta persona desde sus interseccionalidades? Sí, claro. El resultado o conclusión podría ser que tiene buena capacidad de acceder y posicionarse en el mercado laboral, tener un sueldo que le permita ahorrar, no correr el riesgo de ser discriminada por su color de piel, no cargar con estereotipos de persona no blanca.e permitirá, quizá, aspirar a ocupar lugares de decisión o poder, debe dormir en un lugar con aire acondicionado o calefacción según la época del año, tener obra social. Seguro podemos imaginar unas cuantas cosas más, o suponer cómo sería si esta persona fuera  varón, mujer o lesbiana.

La interseccionalidad de la que queremos hablar es aquella que impacta  de forma negativa en otras identidades: cuando Crenshaw lo planteó, hablaba de las mujeres pobres racializadas. El concepto demostró que las violencias que atraviesan las mujeres negras no estaban delimitadas como líneas paralelas que no se tocan.  Este concepto amplió y complejizó un enfoque. Un modo de ver a partir de las experiencias y vivencias, de la construcción de las identidades y de las condiciones concretas de existencia.

La interseccionalidad no es algo que se incorpora, se aprende o se le da a otra persona. Para Collins (2000), otra representante del feminismo negro, la interseccionalidad se refiere a la forma particular en la que diferentes categorías de opresión, como la raza, el género, la sexualidad y la nacionalidad, se encuentran y se corporizan en las personas. Esta interseccionalidad particular de la que hablamos es nada menos que la vida misma de las personas. 

El concepto rápidamente empezó a circular, empezó a cuajar y a intelectualizarse mucho antes de ser llevado a la práctica. Lo han incorporado organismos internacionales en sus guías o manuales para sumar un enfoque interseccional a la políticas públicas..

La propuesta de Kimberlé sin dudas levanta los cuestionamientos del feminismo negro de los ’60 y ’70, donde ya se planteaban que las opresiones eran múltiples. Además que no eran las mismas opresiones ni demandas que expresaban de las feministas de la 1° y 2° ola. En ese contexto se hacía mención a los términos simultaneidad para visibilizar las dobles o triples opresiones.

La interseccionalidad, en la actualidad, conlleva gran atención desde lugares académicos, políticos y de activismos. El concepto se fue incorporando no sólo para hacer mención a las mujeres negras, sino a toda la población racializada, es decir no blanca. Desde las mujeres del pueblo mapuche, a les migrantes africanos que intentan llegar a Europa. La interseccionalidad es considerada un recurso analítico, trata de comprender la relación entre diversas categorías socioculturales de diferenciación y las identidades. Esta aproximación teórica permite problematizar y hacer consciente la complejidad de la categorización, así como las relaciones de poder que atraviesan a les sujetes (Knudsen, 2005). Se transformó en una referencia para toda persona o grupo de personas que padecen las opresiones del sistema capitalista, heteronormado y blanco. Como una forma de nombrarles. 

Del concepto a la práctica

Sin embargo esta interpelación en su origen fue dirigida al movimiento feminista y antirracista, por ello podría decirse que tiene una responsabilidad ética. Algo de eso se evidencia en el lema hecho grafitti -que es más una expresión de deseo que de realidad- “El feminismo será antirracista o no será”. 

Sin embargo, la interseccionalidad así a secas, como concepto, también refiere a las interseccionalidades propias. ¿Cómo se mira desde una interseccionalidad heteronormada, profesional, de clase media y no blanca a otra persona marrón, que vive del cartoneo? O ¿cómo se mira a una travesti, que trabaja de puta y es peruana? ¿A una profesional migrante latinoamericana que habla aymara?

La interseccionalidad no es la lente para mirar pobres, marrones, travestis, indígenas, afros, discapacidades, neurodivergentes o migrantes. No es un enfoque que va permitir comprender cómo se siente o que se puede hacer. La interseccionalidad también es para que te mires, para que se mire el Estado, la docente, el intelectual, el jefe, el presidente, la ministra de las mujeres.

Las políticas públicas interseccionales no significan proyectar o planificar un cupo marrón, negro o disca. No es hablar de las ceremonias ancestrales, ni de poner whipalas en edificios públicos.

En todo caso, si entendemos que el enfoque interseccional contiene o tiene en cuenta las dimensiones que intersectan a una persona o grupo de personas, éstas deben considerarse de una forma real y concreta. Es decir desde sus vivencias, desde su identidad. Por ejemplo: en las cárceles de nuestro país las mayor parte de la población privada de su libertad proviene de sectores pobres, con escaso acceso al sistema educativo y son de piel color marrón (en general ascendencia indígena-campesina). Otro ejemplo: las víctimas del gatillo fácil a manos de la policía son varones pobres y racializados. 

¿Cuales son las intersecciones para analizar las políticas públicas sobre el sistema penal, la (in)seguridad, la educación en contexto de encierro? Mientras no se reconozca que el encarcelamiento y el delito tienen un factor racial y de clase, no hay política pública interseccional que valga o, dicho de otra forma, lo interseccional será solo testimonial.

Respecto de las mujeres pobres, que están a cargo de las tareas de cuidado en su hogar, con 3 hijes o más, que no tienen trabajo formal, que son violentadas en su hogar, que viven en un barrio pobre sin acceso a agua potable, ¿cómo sería una política interseccional para ellas?

La interseccionalidad que propuso Kimberlé, de la que hablaban las feministas negras, es una propuesta que interpela, que cuestiona y que queda picando para que la sigamos amasando. La interseccionalidad también plantea que te mires, que te preguntes cuáles son tus intersecciones. Que ello te permita preguntarte cuales son tus privilegios. No es la interseccionalidad escrita en los paper en inglés o del proyecto de la ONU o el BID. 

Privilegios, una palabra que puede enojar, molestar. Las opresiones que sufren (que sufrimos) las personas racializadas es porque otres tienen privilegios al no serlo. Es privilegio y es confort que se gozan sin haber hecho algo de forma directa para lograrlo: fue por herencia histórica de la desigualdad estructural.

Es decir, no es tu responsabilidad que la mayoría de las personas con dinero sean blancas, que la mayoría llegue a ser jefa, no hiciste nada para que las personas blancas, flacas y sin discapacidad sean consideradas bellas, no hiciste nada para que las personas que no hablan como lengua materna el castellano tengan los menores niveles educativos o nunca lleguen a la universidad. No es culpa de las personas no racializadas. Sin embargo gracias a este ordenamiento social, racial y económico hay personas que acceden al confort y al privilegio que da la blanquitud y otras que simplemente no.

¿Te preguntaste, cuáles son los privilegios de tu interseccionalidad?