Desde que se abrió el proceso asambleario ante el #8M en la ciudad de Buenos Aires, acontecimiento generado por el movimiento Ni Una Menos, las protagonistas fueron las trabajadoras despedidas y quienes están en el foco de distintos conflictos sociales.
Antes de que la lista de oradoras dibujara en el papel el mapa de tejidos feministas, las trabajadoras asalariadas tomaron la palabra en cada encuentro para contar la urgencia de su situación, pedir el acompañamiento de la asamblea y, a su vez, hacer circular las alcancías para los fondos de huelga. La asamblea, que desbordó cada viernes de febrero a partir de las 17.30, se constituyó como un espacio de apoyo que puso en práctica la solidaridad entre mujeres, lesbianas, travestis y trans y al mismo tiempo trazó su carácter de resistencia a las medidas de la Alianza Cambiemos.
La asamblea es mucho más que un lugar donde organizar la marcha, el acto, la lectura del documento: es un espacio donde se teje la política feminista y se piensan estrategias de acción, acompañamiento, intervención y visibilidad, todas juntas. La propuesta fue que estas trabajadoras sean quienes encabecen la marcha del próximo 8 de marzo. La idea recogió adhesiones entre oradoras de distintos colectivos. En este ensayo fotográfico repasamos algunos de los principales conflictos por despidos que tomaron voz en ese espacio.
Hospital Posadas
Las trabajadoras despedidas del Hospital Posadas estuvieron en todos los encuentros. En enero hubo 122 despedidxs, algunxs en cargos irremplazables y con más de 15 años de antigüedad. Además de exigir la reincorporación, denunciaron el vaciamiento que deja inoperativas áreas centrales como neonatología, unidad coronaria y terapia intensiva, que quedaron prácticamente sin atención o en manos de personal recientemente contratado.
Además de pedir que la asamblea se pronuncie a favor de su lucha invitaron al Encuentro Nacional de Trabajadores contra los despidos y el ajuste en el Hospital Posadas que se realizó el 17 de febrero.
“Las mujeres ya no estamos sólo resistiendo. Nos estamos organizando y estamos peleando frente a todos los avasallamientos. Tenemos mujeres organizadas en los ingenios del norte, en Río Turbio, en Fanazul, en el Hospital Posadas”, dijo Cinthia en la segunda asamblea.
Radio Nacional
Los despidos en Radio Nacional Argentina llegaron como en casi todas partes, de repente. Un día de enero lxs trabajadorxs llegaron a fichar como todos los días y el sistema “no lxs reconocía”. Fueron enviadxs a la oficina de personal por los guardias de seguridad. Entre lxs despedidxs hay periodistas y productorxs. Mientras transcurría el mes de las asambleas se realizaron diversas actividades para exigir la reincorporación.
Pepsico
A mediados de 2017 PepsiCo cerró su planta en Vicente López y dejó a 600 familias en la calle. La medida no sólo representó un ataque a las condiciones de vida de las y los trabajadores, ni fue sólo una nueva pulseada por imponer condiciones de trabajo más precarias y menos “costosas”. Fue también una revancha machista y patronal contra la experiencia de una construcción de un sindicalismo combativo, antiburocrático, de base, que se hace al mismo tiempo feminista.
Del total de despedidxs de Pepsico, 200 fueron mujeres. Sus historias son calcadas y demuestran que los sueldos de las mujeres no son un extra: son ingresos que sostienen familias enteras, el plato de comida todos los días, impuestos, alquileres, útiles escolares, ropa y gastos para el tiempo de ocio y disfrute. En cuatro de cada diez hogares la jefa es una mujer, según la Encuesta Permanente de Hogares. Es decir, en el 41,5% de los hogares argentinos ellas paran las ollas.
Secretaría de Integración Social y Urbana que trabaja en la villa 31/31bis
Martina Labruna, referente de la Comisión de Géneros de la Junta interna La Mugica de la Villa 31/31bis, estuvo en la asamblea del 16 de febrero. En enero hubo 10 asistentes sociales despedidas que trabajaban en el proyecto de urbanización del barrio, en la Gerencia Operativa de Soporte. La modalidad de contratación propuesta por el gobierno de la Ciudad era precaria y como indemnización les ofreció dos meses más de contrato.
La ley 3343 dispuso la urbanización de las villas y tiene ya ocho años. A los despidos de las trabajadoras se suman los intentos de desalojos, las relocalizaciones sin consentimiento y la imposición de obras no consultadas con lxs vecinxs de los barrios.
Ministerio de Defensa
Más de la mitad de las 70 personas despedidas del Ministerio de Defensa son mujeres y estuvieron presentes en la asamblea. Sofía Abriata contó que ella trabajaba en la Dirección de Políticas de Género, que ya tiene de por sí un equipo reducido. El área fue creada en 2009 durante la gestión de la ex ministra Nilda Garré y articula con la Dirección Nacional de Derechos Humanos y con la de Derecho Internacional Humanitario. Sofía trabajaba como asesora jurídica y llevó más de 60 casos judicializados de militares acusados de abuso sexual infantil, violencia machista y acoso laboral de las tres fuerzas. En marzo pasado, desde esa área se logró que por primera vez el Consejo General de Disciplina destituya a un militar por un caso de violencia machista. Se trata de un mayor del Ejército que le fracturó un brazo a su pareja, también de las Fuerzas Armadas.
Otra área afectada es la de los Equipos de relevamiento y análisis de los archivos de las Fuerzas Armadas. Sin su trabajo, el aporte de relevamiento de los documentos que requieren el Ministerio Público Fiscal, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, para contribuir a las causas judiciales abiertas sobre delitos de lesa humanidad, queda trunco. Hasta la creación de estos equipos, las pruebas en los juicios y la verdad histórica se contaban casi exclusivamente a través del testimonio de las víctimas y de sus familiares. A través de la tarea de las archivistas, del análisis de los reglamentos y de las directivas de las fuerzas durante la dictadura, explicaron el funcionamiento represivo de manera más cabal, cuáles eran las cadenas de mando, los organigramas, las estructuras administrativas y operativas, y permitió identificar a quienes integraron grupos de tarea. La pérdida no es sólo de la fuente laboral de las trabajadoras, sino también del aporte a los procesos judiciales y para el proceso de memoria, verdad y justicia.
Casa de la Moneda
En una de las asambleas Mónica García se puso al frente, tomó el micrófono e hizo visible su historia. Con su uniforme, Mónica contó entre lágrimas que la echaron en enero de 2018 y que estaba desesperada por que alguien la escuchara. Frente al Galpón de la Mutual Sentimiento encontró ese espacio. Desde 2016 se acumulan 200 despidos en la Casa de la Moneda. La incertidumbre hace que la angustia por la pérdida de la fuente laboral sea mayor. Lxs echaron sin ninguna explicación, como parte del desmantelamiento del Estado. El efecto es de disciplinamiento social ante el reiterado anuncio oficial de una futura nueva ley de flexibilización laboral y de paritarias con techos inferiores al crecimiento de la inflación.
Canales públicos de televisión
En enero de este año se anunciaron los despidos de 18 trabajadorxs de los canales Encuentro, Paka Paka y DeporTV. Se sumaron a 160 trabajadores cesanteadxs en la producción de contenidos de la Televisión Digital Abierta (TDA), 89 retiros voluntarios y 22 contratos no renovados para febrero en Encuentro, Paka Paka y DeporTV. El mensaje oficial de “optimización de recursos” blanquea el objetivo de sobre explotación para quienes quedan, tercerización en empresas privadas de contenidos y la renuncia del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos a contenidos públicos educativos, en beneficio de los canales comerciales.
Trenes Argentinos
A Gisela Herrera le echaron por faltar al trabajo en Trenes Argentinos, sin considerar que si faltaba era porque estaba sometida a la violencia machista de su ex pareja. En la empresa estatal no hay perspectiva de género para abordar los problemas cotidianos, ni licencia por violencia machista, por eso se demoniza a las mujeres que piden licencia psiquiátrica. Las ferroviarias pidieron que su compañera sea reincorporada, que haya licencias por violencia de género y contención psicológica. Gisela estuvo presente en la segunda asamblea el viernes 9 de febrero para contar su situación en primera persona. “Me siento sola”, dijo Gisela. La asamblea estalló en un aplauso cerrado para acompañarla.