Agradezco estar aquí al movimiento de mujeres que desde hace décadas, como ríos profundos, lucha por nuestros derechos; en especial a la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito que no sólo presentó una y 7 veces el proyecto que nos convoca, sino que permitió formarnos, acercarnos para tejer lazos solidarios, amorosos y federales; a las compañeras de organizaciones como La Corriente La Colectiva y la RED PAR que transformaron nuestras prácticas políticas; a las Socorristas, a médicas (especialmente a la Dra. Rosana González), a trabajadoras de hospitales de mi provincia, Río Negro, que respetan el derecho a la libertad de cada mujer; al Centro de Estudios Patagonia y al Diputado Doñate, quien me invitó a compartir las voces del sur.
‘Hombre, ¿Eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta…’. Así se expresaba en 1791 Olympia de Gouges, en su ‘Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana’, documento que denunciaba que la Revolución Francesa excluía a las mujeres.
Los principios rectores de los DDHH son igualdad y no discriminación. Cualquier persona que indague sobre el tema que nos ocupa llegará fácilmente a la conclusión de que el Estado no garantiza nuestros derechos porque no hay tal cosa como igualdad y prevalece la discriminación. El Derecho, lamentablemente, ve a las mujeres como abstracciones, no ve las dificultades que cada una tiene para acceder a un derecho.
Sabemos que son las mujeres pobres las que mueren por abortos inseguros; sabemos -como sociedad- de esa específica forma de injusticia. No somos iguales a la hora de gozar de derechos. Ni cuando somos del interior, mujer originaria, o pobre, o niña, o mujer con discapacidad o campesina.
El aborto clandestino mata selectivamente, la despenalización del aborto, en cambio, iguala. Iguala porque no obliga a nadie a practicarse un aborto, y lograría que ninguna de nosotras sea ya castigada por ejercer su libertad o pague con cárcel, su cuerpo mutilado o la muerte.
Organizaciones de mujeres de mi provincia denunciamos que en las escuelas no hay igualdad a la hora de recibir Educación Sexual Integral, porque ella no llega a todos los establecimientos y porque el Estado decidió no garantizarla. No hay capacitaciones desde 2015 y no hay quién controle que en las escuelas se imparta ni quién evalúe sus resultados. Al desfinanciar esta ley se viola más de un derecho. En el último presupuesto provincial, el área de Políticas Transversales, que contiene este programa, ejecutó solo el 1,65 % de su partida. Es correcto señalar, tal como lo hizo el Frente Por la ESI de Viedma que se trata de una ley fundamental para la “prevención de la violencia de género, los abusos sexuales, la discriminación por orientación sexual, embarazos en la adolescencia”, y agrego, la prevención del aborto.
No somos iguales. No somos iguales si somos mujeres mapuche, ellas también debaten sobre la interrupción voluntaria del embarazo, conscientes de que fueron colonizadas en relación a sus cuerpos y a sus libertades. El pueblo mapuche también debate sobre este tema. Sería importante que legisladores inviten a sus representantes a este recinto, que las escuchen, porque el pueblo mapuce existe y lucha por sus derechos.
No somos iguales. Tampoco somos iguales si somos mujeres mapuche, ellas también debaten sobre la interrupción voluntaria del embarazo, conscientes de que fueron colonizadas en relación a sus cuerpos y a sus libertades. El pueblo mapuche también debate sobre este tema. Sería importante que legisladores inviten a sus representantes a este recinto, que las escuchen, porque el pueblo mapuce existe y lucha por sus derechos.
Tampoco somos iguales en Río Negro en el acceso a anticoncepción. Personal del Hospital Zonal de Bariloche informó que cuando cambió el gobierno en 2015, disminuyó drásticamente la oferta de anticoncepción, incluso estuvieron sin anticonceptivos durante meses. Desde entonces, la provisión es irregular y hay demoras en la entrega. Llega poco y se administra la escasez. Faltan anticonceptivos orales, que es lo que más se demanda, faltan inyectables e implantes. De los 1700 implantes subdérmicos remitidos a las Áreas Programa de Río Negro en 2017, se colocaron menos de 1000. ¿Por qué? El 14% fue colocado en mayores de 24 años y el 20% a pacientes con cobertura social cuando se determinó que se priorizaría a las jóvenes sin cobertura.
En Río Negro las cifras de embarazo adolescente son alarmantes, son las cifras más altas de la Patagonia. El gobierno provincial no desconoce este dato, aun así decidió no intervenir con políticas públicas focalizadas para bajarlos. Según UNICEF, el embarazo en la adolescencia en la provincia promediaba en 2015 el 14, 2; pero señala que hay zonas de la Línea Sur, Como Ñorquinco, donde las cifras trepan al 43%1. En el Hospital Zonal, según cifras oficiales más recientes, la cifra asciende al 23% y, escuchen, en barrios del Alto de Bariloche, la zona más postergada de la ciudad más grande de la provincia, el embarazo en adolescentes trepa al 60%.
Falta de anticoncepción; falta de políticas específicas para jóvenes, incluidas personas con discapacidad; dificultades en el acceso a los servicios de salud sexual; ausencia absoluta de campañas masivas de difusión, dificultades a la hora de otorgar turnos para ligadura tubarias; aumentos de caso de sífilis y sida; graves deficiencias estadísticas, atención de complicaciones por abortos, falta de misoprostol, engrosan la lista de violaciones de derechos por parte del Estado.
Recién en 2016, con la demorada promulgación de una ley, se pudo avanzar en la implementación, aunque desigual en el territorio, del Protocolo ILE. Datos de Salud Pública registran 130 abortos legales en 2017. Un subregistro, o un mal registro del que también debemos dar cuenta. Bariloche fue de las pocas Áreas Programa que entregó información mensual al Ministerio y que, por su parte, reporta 150 ILE en 2017.
Por su parte, las redes de Socorristas de zona Andina, informan que son muchos más los abortos realizados, puesto que sumaron en 2017, por lo menos un 30% más de interrupciones a las cifras que reporta Salud para toda la provincia.
Desde julio a diciembre fueron enviadas 316 cajas de misoprostol al 50% de los Hospitales. ¿Y los restantes?, parece que el interior del interior tampoco es igual.
Es importante destacar, que en el sector privado, la práctica ni siquiera está nomenclada, donde cobran 20.000 pesos para realizar un aborto cuando la droga utilizada para realizarlos puede conseguirse en las redes de Socorristas. Nos preguntamos, también ¿Por qué la Productora Zonal de Medicamentos, PROZOME, no fabrica esta droga y quiebra el monopolio de fabricación de este medicamento?.
Este panorama confirma que los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos en Río Negro son sistemáticamente vulnerados. Estamos frente a un claro retroceso en materia de derechos. ¿Y el principio de no regresividad de la Ley? ¿Y el deber del Estado de respetar, proteger y hacer efectivos nuestros derechos?
Para concluir: si el Estado viola derechos, no es posible insistir en la criminalización de las mujeres cuyos derechos han sido previamente vulnerados por el propio Estado y como consecuencia de ello, han tenido que recurrir a abortos ilegales.
Recordemos, los Derechos Humanos son universales, integrales, indivisibles, interdependientes, intransferibles. No podemos renunciar a nuestros derechos de humanas! Y ellos están garantizados, ustedes lo saben, derecho a la igualdad y a la no discriminación, derecho a la autodeterminación reproductiva, derecho a vivir relaciones sexuales placenteras, derecho a vivir una vida libre de violencias, tenemos derecho a la vida.
Recientemente, por iniciativa de la concejala del FpV de Bariloche, Ana Marks, el Concejo Municipal aprobó una comunicación en la que se pronuncia mayoritariamente en favor de la despenalización. Encuestas actuales advierten que la mayoría de la población también la acompaña, esperamos que esto se refleje en el voto de nuestros representantes.
El Movimiento de Mujeres colocó en la agenda política y pública esta problemática, con un sostenido trabajo de defensa y reclamo de derechos, racionalidad a la que adosó una referencia emocional profunda, donde empatía y solidaridad, no sólo permitieron salvar la vida a miles de mujeres, también construyeron ciudadanía. Hoy, millones de mujeres en las calles de Argentina decimos que el momento de nuestra emancipación es ahora. Por eso les preguntamos a nuestros representantes en el Congreso ¿son capaces de ser justos? Tienen una histórica oportunidad de demostrarlo.