#AbortoLegalYa: Para las generaciones que vienen

La socióloga e integrante de la Campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito Agustina Vidales Agüero participó del debate en el Congreso de la Nación y expuso su experiencia como activista

No aborté pero acompaño amigas, compañeras y conocidas hace más de 10 años. Militaba en la Villa 21/ 24 cuando acompañé a la primera de ellas, una piba de 15 años,  quien en medio de su angustia se lo contó a una amiga que preocupada, se acercó a mí y a otra compañera. Desde su convencimiento y nuestra solidaridad la acompañamos en un momento difícil. Todas fuimos sus aliadas incondicionales.

Luego de esta experiencia,y muchas otras que me fueron apareciendo, nos contactamos con compañeras que tenían conocimientos y experiencia sobre el aborto. Nos asesoramos y aprendimos juntas. Y en un espacio de sororidad donde se abren los temas de la vida real, entendimos que la demanda es imparable porque las mujeres abortamos más allá de cualquier tipo de penalización y condena social.

De estas experiencias, muchas y diversas, sentí que el acompañamiento una a una, si bien era sumamente efectivo, no alcanzaba. Ni siquiera con las redes que construimos en el propio barrio. Entendí que era necesario articularse en un proyecto más amplio. Y en una materia que cursaba en la facultad, una docente nos compartió la experiencia de  la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Y allí me sumé.

Hoy mi militancia territorial continúa en diferentes barrios de la ciudad pero durante estos años, además, fui partícipe de la construcción y multiplicación de las redes de apoyo que nos trajeron a este momento histórico y que nos llevará a la sanción del Proyecto de Ley de IVE. A la despenalización y legalización del aborto en nuestro país. A la consagración de un derecho más para las mujeres, lesbianas, varones trans y toda la sociedad. A saldar de una vez, esta enorme deuda de la democracia con una sociedad que se beneficiará en su conjunto con maternidades elegidas, deseadas, alegres y saludables.

13 años de Campaña

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito es una construcción política original y una experiencia singular en nuestra región. La conformamos más de 500 organizaciones sociales, políticas, sindicales, culturales, académicas y otras, en todo el territorio nacional, nucleadas alrededor de un objetivo específico que atraviesa todas nuestras diversidades: el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Nació de los acuerdos de miles en un Encuentro Nacional de Mujeres, el de Rosario en 2003. Y es impensada sin la historia de organización y lucha de más de 30 años de Encuentros y sin la experiencia de nuestra antecesora: la Comisión por el Derecho al Aborto integrada por nuestras compañeras Dora Coledeski, Alicia Cacopardo, Nahuel Torcisi y de otros grupos feministas.

Desde el 2005, año de su lanzamiento nacional, la Campaña se ha dado una forma de organización política particular: participativa y democrática, basada en la horizontalidad, en la construcción colectiva y en pie de igualdad entre todas las compañeras.

Hace 13 años que tejemos redes en cada territorio, en cada espacio, realizando diferentes tipos de actividades. Desde difundir el articulado del Proyecto de Ley e información sobre salud sexual y derechos en las plazas de cada barrio, hasta foros de debate en los que definimos sus fundamentos. Desde talleres, cátedras abiertas, libres y curriculares en Universidades Públicas y Privadas, hasta el debate de los planes de estudio para la formación de profesionales de la salud, del derecho y de la educación. Además realizamos litigios para acompañar a mujeres y profesionales de la salud penadas por esta ley injusta que afecta a sólo una parte de la sociedad: quienes pueden embarazarse y quienes acompañan sus decisiones en cuidado de su salud.

Las integrantes de la Campaña somos diversas… pero no dispersas. Sabemos unirnos para alcanzar un objetivo. Aunque excluidas por años de los grandes debates, somos personas políticas. Y lo estamos demostrando. Mientras el Congreso silenciaba el derecho al aborto, nosotras tendimos puentes de diálogo entre todos los sectores sociales para levantar las banderas de las excluidas. Porque el aborto seguro en nuestro país es un privilegio y el aborto inseguro, producto de la clandestinidad, afecta a las más jóvenes, a las más pobres. A las que hoy nos apoyan en cada provincia del país con los masivos pañuelazos que la prensa visibiliza.

El Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo de la Campaña, hoy en debate, es el resultado de décadas de trabajo, reflexiones colectivas y desarrollo de estrategias políticas que atienden a las necesidades sociales. Por eso sostenemos que legalizar el aborto es una cuestión de salud pública, justicia social y derechos humanos. Nuestro Proyecto es el único, de los proyectos en discusión, que fue elaborado en forma colectiva y democrática, que fue actualizado de acuerdo a los avances legales y refrendado por foros de debate a lo largo del país.

Es, sin dudas, un producto del activismo y la incidencia de la agenda feminista. Es un ejemplo de iniciativa y participación ciudadana, un proceso de aprendizaje y construcción de consensos y acuerdos y un ejercicio democrático que debiera ser también orgullo para un Congreso de la democracia.

Éstas somos. Y de allí viene nuestro Proyecto.

Activar por el derecho al aborto

Para nosotras activar por el derecho al aborto es haber aprendido que la política se juega en los espacios de la vida cotidiana y de los afectos de las mujeres y de toda persona con capacidad de gestar. Es hacer política feminista, desde la solidaridad, la sororidad, lo colectivo, apartando la búsqueda de logros personales y brillos individuales. Por eso entré a la Campaña, por eso persisto en esta lucha y por eso construimos saberes desde nuestra práctica cotidiana.

El aborto es un derecho y negarlo es borrar nuestros pasos colectivos. Es silenciar nuestras voces y violentar nuestros deseos, cuerpos y subjetividades.

El pañuelo verde, nuestro símbolo de libertad y marca de reconocimiento, ya no nos pertenece sólo a nosotras, pasó a ser de toda la sociedad. Identifica en cada mujer, en cada persona que lo lleva, una bandera de reivindicación por nuestro derecho a decidir.

A las mujeres, a las personas con capacidad de gestar, a la sociedad toda le decimos que las asesinadas, que las desaparecidas, que las muertas y presas por abortar no son anónimas. Que sí importan. Que sí estamos por ellas y que lo vamos a lograr.

Y es por ellas y por nosotras que hoy, estamos acá, siendo la voz de las que han sido calladas.

Activar por el derecho al aborto es luchar por un mundo mejor para las más jóvenes y para las generaciones que vienen. Es devolver con lucha y argumentos la mirada de esperanza de esas pibas que hoy usan el pañuelo anudado en sus mochilas.

Es convencer, generar consensos con cada actividad, con cada entrevista, en cada territorio. Es articular sentidos, palabras y voluntades para un derecho y ser un montón.

Es decirle a nuestras compañeras, amigas y a la sociedad toda que como activistas vamos a ser sus aliadas incondicionales. Que vamos a dar todo, como cada una de las que puso el cuerpo al momento de atravesar un aborto en la clandestinidad.

¡A ellas, a nosotras, a todas, diputados y diputadas, nos deben una ley de aborto seguro y gratuito!

Exigimos una demanda concreta en un momento histórico: el reconocimiento de nuestras decisiones soberanas.

Hoy, las activistas para un mundo mejor, las que luchamos por una vida digna de ser vivida  exigimos: ¡aborto legal ya!