Alta fiesta, es el cumple de 40 de Flor. Sin dudas si Flor estuviera entre nosotras el sábado pasado hubiéramos hecho un fiestón inolvidable, los 40 de la amiga, los primeros 40 de nuestro grupo. Pero no está y tampoco podemos reunirnos, porque esta primavera empieza con la pandemia que ya sabemos. Escribir sobre Flor es imposible sin que todo el texto se pase al condicional, sin que me ataquen preguntas, que hoy me niego a pasar a la escritura, porque quiero decir afirmativamente alguna vez algo sobre esto. Queremos alguna vez decir algo que sí. Que sí, hoy es el cumpleaños de Flor y cumple 40, la primera del grupo que llega a la cifra fantasmal. Llega sin hijes y sin maride, como todas. Cuando Flor se fue en 2005 también dejamos de crecer, el resto siguió avanzando por las convenciones, pero nosotras nos quedamos ahí, mirando pasar los casamientos, los nacimientos, las enfermedades, los muertos. Pero es el cumple de ella y no el nuestro y no quiero preguntarme qué hubiéramos hecho si hoy estuviera acá, ¿qué sería de su vida, dónde viviría, con quién, con qué se ganaría el pan? No quiero preguntarme, pero se me sale, me atacan las preguntas: ¿qué hubiera pasado si en lugar de esta espera teníamos una respuesta? ¿Qué hubiera pasado si la respuesta que nos dábamos no era el molde de la chica secuestrada? Flor está de festejo, sus 40 son dignísimos, tiene el pelo perfecto, inflado como sombrilla japonesa, brillante de keratina y baila el pasito de moda, que solo ella conoce. Hizo un agasajo para toda su gente, somos un montón, estuvimos esperando esta fiesta desde el cumple de 30, cuando también tiró la casa por la ventana. Es un sueño ver sus ojos achinados ensombrecidos por las cejas espumosas estampados en un cartel con signos de pregunta, diganme por favor que todo esto fue una joda, estamos con las chicas haciendo una coreografía, sosteniendo en nuestras manos carteles que tienen su mirada, nos sale espantosa, no coordinamos, ya estamos viejas, somos casi señoras y no ya esas pibitas atormentadas llenas de onda y miedo. Que los cumplas feliz, que los cumplas, que los cumplas, que los cumplas feliz. Para tu cumpleaños te compramos una reposera, seguramente vayas a comprar otra que haga juego porque no te gusta estar sola, tomá Flor, acá está tu regalo, te lo dejamos en el buzón de la imaginación política que la forma que tuviste de irte nos enseñó. Son demasiados años, amiga, ya tenemos 39 (vos 40) y nos pasamos varios años preguntando por vos, tratamos de construir movidas para no tener que decir cada vez tu nombre pero que tu búsqueda quedara para siempre, intentamos que tu cara estuviera mezclada entre las miles de pibas que no vuelven y las que reclaman por las que no vuelven. Ahora veo el video de la marcha de una multitud desde arriba y ese paso lento tiene la forma de tus trenzas. Puedo verte aprender rápido a tocar percusión y sumarte a una cuerda de tambores que cruza la avenida 9 de julio para llegar al Congreso y que nos escuchen, porque somos muy frágiles, lxs pibes no vuelven, lxs desaparecen, y somos muy fuertes. Puedo verte con un Marlboro eterno en la punta de los dedos mirando la película de tus 40 que incluye los últimos 15 años sin vos, no hay música tenebrosa, no hay ruido blanco ni en la pantalla se ven hormigas: en los últimos 15 años estamos nosotras siempre jóvenes, llevándote a todos lados, haciendo el arco de tu búsqueda, preguntando en fiscalías, en la tele, en los diarios, en los escenarios, y vos nos mirás y fumás con los ojitos achinados, y nos ves inventar canciones contra los prostíbulos, los clientes, las putas, y pasan los años como si fueran una línea de montaje que produce ideas y estamos militando con las trabajadoras sexuales, para que los prostíbulos no se allanen, para que se pueda vivir de ser pute sin que eso sea un ticket a una vida de mierda. No queremos olvidarte, se nos va tu imagen entre los dedos, vos seguís fumando con ese gesto tan tuyo, con los hombros afilados tirados hacia arriba, el codo apoyado en la mesa, la boca semiabierta mostrando los dientes chuecos, como los de todas, chuecos pre Instagram, un gesto de expectativa, de alguien que espera su oportunidad para hablar. Nada de esto fue un sueño, vaya una a saber dónde estarás, qué te habrá pasado, qué explicación tiene todos estos años de incógnita. Es 21 de septiembre, es el cumple de Flor y alta fiesta se mandó, donde sea que vayas, te persigue un desfile de diversión.
Alta fiesta, Flor cumple 40
María Florencia Pennacchi está desaparecida desde marzo de 2005. Entonces tenía 24 años, era estudiante universitaria y vivía en Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires. El 21 de septiembre de 2020 cumple 40 años. A pesar de su ausencia, sus amistades imaginan una fiesta en la que se festeja su vida.