Ámbar, una beba de un año y siete meses, fue golpeada y violada hasta la muerte en la comuna de Los Andes por, presuntamente, la pareja de su tía. A comienzos de este año, otra beba llamada Sophía también había sido violada y asesinada en Puerto Montt. Durante las últimas semanas, la difusión irresponsable y sensacionalista de casos de violación en Chile empujó a la Coordinadora #NiUnaMenos junto a diversas colectivas feministas a desarrollar concentraciones y actos de repudio a lo largo del país. El último viernes hubo una convocatoria mutitudinaria contra la cultura de la violación.
Además de repudiar los femicidios y los casos de violencias sexual, las organizaciones feministas en Chile exigen el tratamiento de una ley integral que asegure a las mujeres y niñas una vida sin violencia. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 9 países de la región tienen legislaciones de este tipo. Para Chile es una deuda pendiente.
Además de repudiar los femicidios y los casos de violencias sexual, las organizaciones feministas en Chile exigen el tratamiento de una ley integral que asegure a las mujeres y niñas una vida sin violencia. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 9 países de la región tienen legislaciones de este tipo. Para Chile es una deuda pendiente.
La Coordinadora Ni Una Menos expresó en un comunicado:”La violencia estructural impuesta por el patriarcado contra las mujeres, se afianza no sólo a través de los mecanismos impuestos por el capital, manifestados en desigualdad laboral, trabajo doméstico, cuidados de niñas, niños, enfermas/os, adultas/os mayores, realizados en forma gratuita, además del control de los cuerpos sin derecho a decidir sobre sexualidad y maternidad. Sino también a través de la cultura, cuyos contenidos imponen normas, valores, símbolos, y subjetividades que actúan en todos los espacios sociales, como la calle, la universidad, el trabajo, o en lugares de diversión como el estadio, el carrete, también la casa o la cama”.