Juicio contra del Pópolo: caer en la propia trampa

Este 22 de octubre continúa el juicio contra el ex músico Miguel del Pópolo procesado por triple abuso sexual y lesiones agravadas. En esta ocasión declararán sus amigos y, ¿evidenciarán la red de complicidades? La cita es desde las 9 en Paraguay 1536, CABA.

A ocho años de una denuncia que conmovió y cambió nuestras vidas y pasadas las declaraciones de Mailén, Rocío y Anabella, tres jóvenes sobrevivientes de las violencias psicológicas, físicas y sexuales de Miguel del Pópolo, continúa el juicio contra el ex músico, procesado por “abuso sexual agravado reiterado y lesiones leves agravadas”.

Durante las últimas sesiones, el Tribunal escuchó los testimonios de amistades y testigos de las denunciantes y de profesionales de la psicología que detallaron la manipulación que ejerció del Pópolo sobre ellas. Mientras que para la audiencia prevista para el 22 de octubre se espera escuchar a amigos y familiares del procesado. Serán las primeras voces en meses que escuchará el tribunal “de su lado”.

“El Estado debe garantizar el respeto a los Tratados Internacionales a los que adhirió”, aseguró en la anteúltima audiencia la abogada de la querella, Gabriela Conder, augurando la continuación del proceso con perspectiva de género en referencia a uno de los interrogatorios –revictimizante– realizado por el defensor oficial de del Pópolo.

Este juicio es fundamental por el momento político en que se debate la violencia sexual de un ex ídolo de una comunidad y de la “escena musical”. Desentrama, en momentos de negacionismo de las violencias por razones de género, las dinámicas sociales para el abuso de poder y la impunidad patriarcal y evidencia las redes que las destruyen: desde amistades que sostienen la transformación feminista hasta el entramado institucional que hace posible que una sobreviviente de múltiples abusos declare junto a profesionales de un programa de acompañamiento del poder judicial frente a un tribunal integrado por una jueza que ya sentenció a un abusador.

El debate inició el 20 de agosto y ésta será la séptima –y última– audiencia de declaraciones. Será a doble jornada, desde las 9 de la mañana y como en cada ocasión, llegarán amigues para abrazar a Mailén y Rocío que ya enfrentaron que profesionales y peritos hablen de ellas sin recordar su historia; y que el defensor oficial interrogue sin perspectiva, revictimizando a quienes son sobrevivientes. También a quienes las acompañan en el proceso que, al igual que ellas, están reviviendo cada una de sus vivencias, que son dolorosas.

El procesado Miguel del Pópolo junto a su defensor oficial. Foto: Julianite Calcagno.

“Sé que es verdad de lo que se lo está acusando”

La jornada del 10 de octubre fue contundente al momento de evidenciar el entorno de abusos, ilegalidad y complicidades del ex músico. D. se puso en contacto por Facebook con Mailén y con Rocío para solidarizarse y ofrecer su testimonio en caso de que una causa judicial se consolide. Había tenido una relación sexo afectiva con del Pópolo, a quien conoció por amigos en común en 2013, y que cortó cuando se conocieron públicamente las denuncias por violación.

“A mí también me lo hizo”, relató D. tras contar que el procesado le había confesado que una vez violentó sexualmente a Rocío. Fue en 2014 en la casa de uno de sus amigos -donde generalmente se encontraban- y mientras ella dormía. La tatuadora de 34 años caracterizó desde su experiencia, además, la personalidad, el comportamiento y los actos del abusador: “Salía con chicas de 13 años, él me lo contaba; que se juntaban y mandaban fotos. Luego fue pareja de alguna de ellas. Es manipulador, insensible y cínico. En su momento era carismático. También muy pajero”. D. aportó que del Pópolo tenía “un blog con fotos de chicas muy chiquitas”, lo que respalda lo que ya fue contado durante el juicio por una ex pareja.

J. tiene 38 años y es diseñadora gráfica. Fue amiga de del Pópolo durante dos años alrededor de 2013, relató el hostigamiento sobre Rocío y ratificó que D. le contó sobre la agresión sexual que padeció. También ratificó que “salía con personas que todavía iban al colegio”. Declaró que fue testiga de que “él estaba obsesionado con Rocío, que la acosaba, perseguía y agredía verbalmente. Que desde el primer momento fue una relación abusiva de su parte”, y que sabe que del Pópolo rompió el consentimiento expreso de quien era su pareja.

“Era un abusador y manipulador”, indicó J. ante el tribunal, “sé que es verdad de lo que se lo está acusando”; y respaldó otra característica que presenció acerca del modo de operar del procesado: “A él le llamó la atención la vulnerabilidad de D. y empezó a buscarla de otra manera. Me arrepiento de no haberme dado cuenta en ese momento porque tiempo después le hizo daño”. Hoy J. y Rocío son amigas. También se acercó tras la publicación de los videos en 2016 para decirle que le creía y que estaba para apoyarla.

Mailén Frías junto a una de sus mejores amigas y testiga en el juicio. Foto: Julianite Calcagno.

Un testimonio que surgió durante el mismo juicio

C. tiene 23 años y vive, al igual que en 2016, en el conurbano bonaerense. Su testimonio llegó al juicio de la mano de la investigación indie que realizó Mailén para que su denuncia se transforme en una causa sólida y exista una sentencia judicial.

“Cuando tenía 13 años nos hicimos amigos (con del Pópolo) y empezamos a hablar en Facebook. Lo vi hasta que cumplí 14”, comenzó su relato C. “En un recital nos besamos. A él le parecía mágico doblarme en edad” agregó, y contó cómo eran sus salidas, a conciertos y al parque. “Recuerdo situaciones puntuales: violencia psicológica y los abusos. En casi todas las ocasiones que nos vimos”, declaró retrospectiva, “un día me invitó a un recital, fuimos a la casa de alguien y me obligó a hacerle sexo oral. En otra ocasión fue violentó delante de otras personas. Una vez en mi casa, me violó”.

C. declaró acompañada por una representante de la DOVIC (Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas) y puso sobre el debate el modo sistemático de actuar con las mujeres llevado adelante por el procesado. “Creciendo me di cuenta el método de abusar que tiene”, reflexionó, “con el tiempo asimilé lo que me había pasado. Casi 10 años después todavía me angustia y estar acá exponiéndolo es muy fuerte”, afirmó. Las agresiones sexuales, físicas y psicológicas que realizó el ex músico sobre ella no eran parte del expediente ni serán incorporadas como denuncia, pero son pruebas.

“Cuando Mailén hizo la denuncia pública me habló”, contó C. luego de especificar que tras la violación en febrero de 2016 se cortó la relación y el diálogo que tenían con del Pópolo. “Luego, un amigo de él me escribió para hablarme mal de una de las denunciantes”, agregó. Las consecuencias de las agresiones a las que fue sometida no solo la afectó a ella, sino también a su hermana, la única persona de su familia con la que compartió su vivencia. Su testimonio se oyó a pesar de la oposición y del cuestionamiento improcedente que realizó el defensor oficial. Quizá porque sabía de su contundencia. Quizá porque sabe que se acerca el momento en que su defendido enfrente las consecuencias de sus actos y caiga en su propia trampa.

Mailén Frías junto a su abogada, Gabriela Conder. Foto: Julianite Calcagno.