Recortar presupuesto en salud y educación pública y privatizar ambos sistemas, eliminar la obra pública (que involucra las rutas, las cloacas, las escuelas, los jardines de infante, entre otras), privatizar empresas estatales, quitar subsidios, privatizar los clubes de barrio, recortar el gasto en jubilaciones y pensiones y cambiar a un sistema privado, fueron solo algunos de los puntos de la plataforma electoral de Javier Milei y La Libertad Avanza.
Desde ELA – Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, monitoreamos las propuestas de campaña de las principales fórmulas presidenciales para evaluar el grado de compromiso de cada una con los derechos de las mujeres y las diversidades a través de un índice de candidaturas sensibles al género. Es una práctica que hacemos desde el 2011 y por primera vez tenemos un candidato con puntaje negativo: Milei obtuvo -2,31 sobre un máximo de 10 puntos.
Las propuestas del candidato que se autodefine anarcocapitalista representan un claro retroceso para los derechos y la calidad de vida de las mujeres. Una de ellas es el recorte en el gasto de jubilaciones y la idea de instalar nuevamente un sistema de capitalización privado:
“En cuanto a la segunda generación se propone una reforma previsional para recortar el gasto del estado en jubilaciones y pensiones de los ítems que más empujan el déficit fiscal alentando un sistema de capitalización privado, junto a un programa de retiros voluntarios de empleados públicos y achicamiento del estado”
Plataforma electoral de la Libertad Avanza.
Si bien el sistema de jubilaciones y pensiones actual tiene problemas que deben ser resueltos, consideramos que este tipo de propuestas no solucionaría la situación actual sino que la empeoraría. El cambio no debe ser a costa de la vida y los derechos de las mujeres.
¿Por qué es un problema para las mujeres que se recorte el gasto en jubilaciones?
- Porque pone en riesgo las moratorias jubilatorias
Las mujeres en general tienen menos años de aportes al sistema jubilatorio que los varones porque a lo largo de la vida tienen trayectorias laborales distintas: muchas mujeres dedican su vida entera a cuidar de sus hijos, de sus familiares, de sus hogares sin trabajar de forma remunerada. Muchas otras, tienen trayectorias interrumpidas: dejan de trabajar algunos años cuando tienen hijos/as o cambian trabajos de tiempo completo por otros de medio tiempo o por horas para poder compatibilizar con las responsabilidades de cuidado. En muchos casos, esta decisión implica hacer menos aportes o dejar de aportar directamente.
Los datos muestran que a medida que las mujeres tienen hijos/as, a diferencia de sus pares varones, disminuyen su actividad económica: 1 de cada 10 mujeres se retira del mercado laboral al tener su primer hijo/a y esta cifra sube a 3 de cada 10 al tener 3 hijos/as o más (EPH, INDEC, 1T 2023).
Las mujeres aportan en el cuidado y la crianza de las futuras generaciones y del sostenimiento de las personas mayores y personas con discapacidad que requieren de apoyos, pero sin cobrar nada a cambio y sacrificando su aporte al sistema jubilatorio mientras los varones continúan sus trayectorias laborales.
Es por eso que 6 de cada 10 mujeres que se jubilan lo hacen gracias a la moratoria. Sin este mecanismo, que se implementó por primera vez en 2005, más de un millón de mujeres no se hubiese podido ni se podría hoy jubilar. Un recorte en las jubilaciones implica dar marcha atrás con esto.
- Porque se va a eliminar el reconocimiento de los aportes por tareas de cuidado
La propuesta de recortar el gasto en jubilaciones pone en riesgo el reconocimiento de aportes por tarea de cuidado. En 2021, como parte de una serie de políticas que buscan reconocer el trabajo que implican las tareas de cuidado y crianza, se estableció por decreto que a las mujeres con hijas e hijos en edad de jubilarse y que no cuenten con los años de aportes necesarios se les compute 1 año de aporte por cada hija/o y 2 años de aportes en caso de hija/o adoptado. Asimismo se reconoce 1 año adicional para quienes tengan hijos o hijas con discapacidad y 2 años en caso de que la persona haya percibido la Asignación Universal por Hijo.
Gracias a esta medida, desde julio de 2021 hasta octubre de 2023, 440 mil mujeres lograron acceder a una jubilación.
- Porque supone un recorte en los ingresos de las mujeres
Las mujeres tienen más dificultad para acceder a una jubilación. En gran medida han podido hacerlo por las moratorias y el reconocimiento a las tareas de cuidado, y cuando acceden sus haberes son, en promedio, un 30% inferiores a las de los varones.
En consecuencia las mujeres están sobrerrepresentadas entre quienes perciben el haber mínimo. Estas jubilaciones han recibido en los últimos años bonos para mejorar su poder adquisitivo. Esta medida no está garantizada por la Ley de Movilidad Jubilatoria, sino que es una decisión del poder ejecutivo que fácilmente se puede echar para atrás. Un recorte en jubilaciones supondría no otorgar más este refuerzo de ingresos lo que impactaría de manera diferencia en las mujeres.
¿Por qué es un problema para las mujeres que se implemente un sistema de capitalización privado?
- Porque un sistema de capitalización privado supone mayor desigualdad
Además del recorte en las jubilaciones y pensiones, la plataforma electoral de La Libertad Avanza menciona la propuesta de implementar un régimen de capitalización individual. ¿Se acuerdan de las AFJP?
En este sistema las personas ahorran de forma individual a lo largo de su vida laboral en una cuenta personal. A diferencia del sistema actual, en este modelo el haber jubilatorio está en relación directa a los aportes que cada uno va haciendo y la evolución financiera de la inversión. El sistema privado busca una equivalencia más estricta entre los aportes y los beneficios que cada persona percibe. La idea sería sensata si el mercado laboral no tuviera desigualdades y si todas las personas tuvieran igualdad de oportunidades para poder aportar.
Sin embargo, como vimos la realidad está lejos de ese mundo de igualdad: mujeres y varones no tenemos la misma relación con el mercado de empleo. Un sistema de capitalización individual impactaría más fuertemente en las mujeres poniendo en riesgo su autonomía económica y bienestar en la edad jubilatoria.
- Porque un sistema de capitalización privado ya se probó en Argentina y no funcionó
La idea de un sistema de capitalización privado no solo no es nueva para nuestro país sino que la política ya fracasó. Argentina contó con este sistema durante 14 años, y existe evidencia tanto a nivel nacional como en el mundo de sus problemas.
Algunos de estos son: los altos costos de administración privada de las cuentas; las empresas que administran las jubilaciones y pensiones son pocas y terminan dejando a la población rehén términos de contratación que no son beneficiosos para la población, y los fondos invierten lo que cada persona ahorra por lo que las crisis financieras ponen en riesgo a las jubilaciones como pasó en Argentina como consecuencia de las crisis económicas y financieras del 2001 y 2008.
La vigencia del sistema mixto en Argentina entre 1994 y 2008 sumado al deterioro de las condiciones laborales llevó a una caída de la cobertura previsional que pasó del 77% en 1994 al 66% en 2003. Esta tendencia se revirtió cuando se eliminó el régimen de capitalización individual (AFJPs), unificando todos los aportes de los trabajadores y trabajadoras en un sistema integrado solidario y de reparto, lo que permitió la implementación de moratorias previsionales. El impacto es evidente: se pasó de 3 millones de jubilaciones y pensiones en 2001 a 5,7 millones en 2023 como muestra el gráfico.
Desde ELA confiamos en que un voto informado podrá permitir revertir la tendencia de retroceso que vemos en las propuestas vinculadas con los derechos de las mujeres y mostrar la fortaleza de las convicciones democráticas de la mayor parte de nuestra sociedad. Los derechos de las mujeres son centrales para nuestra democracia, porque sin mujeres no hay democracia.
El sistema actual tiene deudas, pero creemos firmemente en que a la democracia se la mejora con más democracia y no retrocediendo en derechos.