“Los cuidados”: ese eje del que tanto se insiste desde los feminismos como epicentro de todas las desigualdades y que en números representa un 20 por ciento del PBI mundial, pero que muchas veces cuesta imaginarse cómo se ponen en práctica políticas públicas específicas ¿Cómo lograr que eso que llaman amor se convierta en trabajo remunerado? Bajo esa premisa, la Dirección de Cuidados Integrales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que encabeza la socióloga, docente y sindicalista Carolina Brandariz debutó este sábado en el contexto de la pandemia con el esquema de “promotorxs comunitarixs” que es parte del programa “El barrio cuida al barrio” del ministerio que encabeza Daniel Arroyo. Lxs promotoras son, ni más ni menos, las referentas de comedores y merenderos de la rama socio-comunitaria de las organizaciones sociales. Son mujeres, sobre todo, que vienen llevando estas tareas del cuidado pero que ahora es el Estado el que las reconoce económicamente y las hace parte de un programa formal que implica, además, una capacitación en materia de organización comunitaria, salud y género.
El salario que se pretende que reciban es a través de un copago con el Ministerio de $8500, es decir, un plus al salario social complementario que ya reciben (8500) para alcanzar al salario mínimo vital y móvil. Lxs promotorxs comunitarixs alcanzarían a cobrar: 17 mil pesos. Es sin dudas, un programa que sienta un precedente en el reconocimiento de los cuidados.
“Este programa lo habíamos empezado a raíz del planteo del ministro de comprender la realidad de los barrios populares, y en este contexto en particular de cuarentena que tiene características especiales, porque no es lo mismo la cuarentena en cualquier territorio y en los barrios populares, donde parte de la gestión de las necesidades básicas, como la alimentación, se resuelven comunitariamente”, explica Brandariz a LATFEM. Si bien originalmente el programa implicaba capacitaciones desde el ministerio de manera presencial, ante esta situación lxs promotorxs empezarán estos días a recibirlas de manera virtual, por videos de Whatsapp. “Se va a mandar una guía de formación para el uso de los elementos de higiene como los guantes, el barbijo; hay otra capacitación para entender y analizar el rol de la promotora y el promotor”, explica Brandariz.
Este sábado un grupo de veinte promotorxs fue al barrio de Constitución a asistir a un comedor que da almuerzo a 400 personas.
Lucía Glinberg es una de las coordinadores de lxs Promotorxs y cuenta su experiencia a LATFEM: “Lo más importante de este esquema es la puesta en valor del trabajo de las compañeras y compañeros que garantizan la comida, los alimentos y los espacios en común para poder desarrollar la vida en los barrios populares. En función de esto estamos intentando en los barrios populares poder relevar las situaciones de riesgo en las personas mayores, las embarazadas, aquella población que tiene alguna afección crónica”.

Lo mismo sostiene Cecilia Barros, que es promotora territorial contra la violencia de género. “El programa Promotorxs Comunitarixs consiste en fortalecer el trabajo que venimos haciendo desde comedores y merenderos, de capacitarnos en lo que es prevención de salud. Capacitarnos en las herramientas de higiene y de seguridad que se necesitan para trabajar. En este contexto, porque el hambre no se toma cuarentena y nosotros y nosotras tenemos que poder seguir abasteciendo alimentariamente a nuestros vecinxs”. La participación de Cecilia en el programa tiene que ver principalmente con poder traer y visualizar la problemática de la violencia machista en los barrios. “Sabemos que en el marco de una cuarentena en donde nos tenemos que aislar en nuestras casas, nuestras vidas se ponen en riesgo porque la mayoría de los femicidios, por ejemplo, suceden de la mano de las parejas y en las propias casas de las víctimas. Entonces nosotras traemos esta problemática y lo que hacemos con promotorxs comunitarixs, además de todo lo que implica el programa, es poder generar redes para el abordaje sobre violencia de género, de poder generar concientización y principalmente de poder seguir sosteniendo estos canales que ya son preexistentes, que venían funcionando de antes, en donde las vecinas se acercaban ante situaciones de violencia de género a pedir ayuda. Entonces nosotrxs lo que queremos es poder seguir garantizando estos espacios en los barrios y poder seguir realizando el acompañamiento que las compañeras necesitan para poder salir de las situaciones de violencia.”
Para Juan Manuel Ardura, que también es promotor y estuvo en la recorrida de hoy, “es un hecho importante poder hacerlo con Desarrollo Social porque hay un avance en el reconocimiento que los trabajadores y trabajadoras socio comunitarias hacemos todos los días, que sentimos que el trabajo que generamos es es un pilar fundamental para contener la situación social que existe hace mucho tiempo. Es imposible que alguien que no tiene un plato en la mesa pueda garantizar una cuarentena, como le recomiendan los organismos sanitarios a nivel mundial, y por eso entendemos que el reconocimiento de los trabajadores comunitarixs es algo que ya está implícito en el decreto que generó el Gobierno Nacional y que es algo fundamental”.
