Otra piba que no vuelve. Otro caso que se suma a los tanto en que el Estado no busca, las causas se caratulan con desidia y como siempre, son las redes de la militancia feminista, las familias, los organismos de derechos humanos, quienes llevan la delantera y mueven los perímetros de la justicia. Hoy se cumplen 3 meses sin Johoanna Ramallo, en los cuales el tiempo valioso podría haber sido puesto al servicio de su búsqueda con mayor eficacia.
La larga cadena en la cual Marta, la madre de Johana, primero no fue tomada en serio a la hora de hacer la denuncia y luego una fiscal desoyó lo que proponían tanto familiares como organismos de derechos humanos, hoy hace que sigamos preguntándonos dónde está, sin respuestas.
El martes 24 de Octubre la familia de Johana hizo público un público un comunicado en el que exigen la inmediata aparición de la joven, a 90 días de su desaparición. En el comunicado dicen que “desde los inicios de la investigación nuestro reclamo fue el cambio de carátula de la causa de “averiguación de paradero” a “desaparición de personas”, dando cuenta así de que Johana no se fue por propia voluntad. Sin embargo, lo único que obtuvimos en dos meses de investigación fueron medidas inconexas, que sólo sirvieron para acumular papelerío judicial perdiendo días fundamentales para que la búsqueda sea efectiva”.
“Responsabilizamos entonces a la fiscal Betina Lacki y a la DDI de La Plata por entorpecer la investigación. Al día de hoy, gracias a la organización y la lucha logramos que la causa pase a tribunales federales”, concluyeron. Y agregaron que “la desaparición de Johana no es un hecho aislado, forma parte de las más de 3000 mujeres, jóvenes y niñas desaparecidas en los últimos años, muchas de ellas para ser traficadas y vendidas en el comercio sexual de las redes de trata, según cifras del informe Desaparición en Democracia de 2013, realizado por la Procuraduría de Trata de Personas y Explotación de Personas (Protex), y la asociación civil Acciones Coordinadas Contra la Trata (ACCT)”.
Johana, una trabajadora sexual de 23 años, desapareció el el 26 de julio. La última vez que la vieron fue en una estación YPF de la ciudad de La Plata. No llevaba con ella ningún tipo de identificación. Entre las accciones que se llevaron a cabo para exigir por su aparición, la familia, amigxs y artistas realizaron un mural en la escuela donde Johana debería haberse resentado a votar el domingo pasado.
Al igual que ocurre con muchos casos de pibas desaparecidas, la fiscal caratuló la causa en un comienzo como “averiguación de paradero”, pero gracias a la insistencia de la familia que no bajó los brazos ahora la investigación intenta averiguar si Johana fue secuestrada por una red de trata. Para ello fue clave la presentación que la familia hizo a los 56 días de su desaparición ante los Tribunales Federales de La Plata. Gracias a ella un nuevo fiscal, Hernán Schapiro, solicitó la causa para el Juzgado N° 5 cuya titular es Marcela Garmendia.
”Hoy
Hoy su familia, amigxs y diversxs militantes feministas y de derechos humanos se concentran desde las 17hs ante la Casa de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, en La Plata. Se llevará a cabo un festival del que participarán bandas y habrá diversas intervenciones artísticas.