En Haití, los principios de igualdad y no discriminación se constituyen en un elemento fundamental de la protección de los derechos humanos y un escudo frente a las acciones de odio que se han producido históricamente en el país. Hechos legislativo como la ley aprobada en 2017, cuando el Senado haitiano aprobó la emisión del Certificado de Buena Vida y Moral, un documento requerido hoy por muchos empleadores y universidades. En él se incluyeron tanto a la homosexualidad como a la pornografía infantil, el incesto y la explotación sexual de niños, como motivo para denegar un empleo, una transacción o un título a un ciudadano; sin el certificado muy poco se puede hacer en la isla. También ese año la Cámara Alta, avaló otra legislación para castigar a partidarios y cómplices de un matrimonio homosexual, con penas de hasta tres años en prisión y multas de unos ocho mil dólares.
Del otro lado, nosotras como organización de mujeres, estamos luchando para que se nos respete como seres humanos y como mujeres, porque las mujeres en Haití estamos fuertemente marginadas, especialmente las mujeres LBT.
Las organizaciones usamos nuestra fuerza y alzamos nuestra voz para que todas las mujeres tengan el mismo valor que los hombres sin discriminación y sin violencia. Y que todas las mujeres y especialmente las mujeres LBT pueden trabajar en la comunidad haitiana sin ser víctimas constantemente de acoso sexual, en oficinas públicas y privadas. También para disfrutar de nuestro derecho a trabajar allí donde se nos contrate.
También la falta de recursos económicos es un factor de violencia contra las mujeres LBT, especialmente las bisexuales, que a veces se ve reforzada por la dificultad de encontrar apoyo en su círculo cercano. Los jóvenes LGBT también se encuentran entre las primeras víctimas de la violencia en el seno de sus familias y por parte hombres heterosexuales. En Haití, la homofobia y la transfobia afectan a muchos jóvenes que se identifican como gays, lesbianas, bisexuales o transexuales (LGBT). Se han realizado varias encuestas sobre la victimización de los LGBT que indican que los padres suelen ser homófobos hacia sus hijos gays y los LBT informan de que son víctimas de insultos homófobos. A veces trivializada, esta violencia homofóbica y transfóbica se ha convertido en parte de la vida cotidiana de Haití y pocos se atreven a hablar de ella.
En esta época de Covid-19 hemos tenido cambios sustanciales en nuestra organización: No podemos realizar las formaciones que habíamos planeado. Tuvimos que abandonar prácticamente la celebración del día de la visibilidad lésbica y siendo una organización LBT eso ha sido un gran shock. Nos vemos obligadas a suspender los proyectos en curso, especialmente los que no pueden hacerse en línea. Y nos vemos frente a la obligación de cambiar el calendario anual de nuestra organización y encontrar la manera de llegar al máximo número de personas, además estamos buscando financiación para nuestros miembros para poder darles un kit de higiene.
Las redes sociales nos ayudan pero un corte general de energía paralizó toda la actividad posible en Internet por la falta de baterías en los dispositivos de las personas a las que nos dirigimos. Una preocupación especial en la isla es el fuerte señalamiento que realizan grupos religiosos, quiénes sin pudor dicen a quien quiera escuchar que las personas LGBTI somos la maldición de la humanidad, por ello es nuestra comunidad la que causa todo lo que sucede en la naturaleza, incluido el coronavirus. En Haití el aumento de la represión hacia el colectivo LGTBI está relacionado con el auge de movimientos religiosos y conservadores. Es un país en el que conviven la religión católica, la protestante y el vudú. Nos encontramos especialmente preocupadas por nuestros miembros que no podrán ser asistidos en caso de contraer Coronavirus.
Las personas LGBTI en Haití suelen ser vulnerables a todo, desde los desastres naturales hasta las pandemias de Covid-19, especialmente las mujeres lesbianas que obligadas por las medidas de confinamiento, refuerza en ellas el aislamiento, la precariedad y la violencia de género.
La Femme en Action Contre la Stigmatisation el la Discrimination Sexuelle (FACSDIS) desea recordar que la situación de la pandemia no justifica en modo alguno el abandono al respeto de los derechos humanos e incluso el abandono de la lucha de la comunidad LGBTI en Haití, aunque en las redes sociales se nos presente como la causa de la pandemia. Hablo en nombre de toda la comunidad LGBTI de Haití, especialmente de las mujeres LBT, que seguimos siendo discriminadas y vulnerables en la sociedad haitiana. Cada año, hacemos juntos un día de extraordinaria conciencia dirigido a los jueces, la policía y el gobierno haitiano.
Así que FACSDIS en el marco de esta pandemia por COVID-19 organiza un video en Facebook Live para concientizarnos y ayudarnos a luchar contra la LGBTIfobia humana. Vamos a pedirle al Estado haitiano que despenalice la homosexualidad y erradique todas las formas de discriminación contra las personas LGBTI, y vamos a pedir especialmente por el proyecto de ley que está en encajonado en la Cámara de Diputados. También pide que se arroje luz sobre las causas del fallecimiento de Charlot Jeudy, quien fuera presidente de Kouraj, organización haitiana LGBTI, Jeudy fue hallado muerto en su domicilio el 25 de noviembre de 2019 y las circunstancias de su deceso aun no han sido esclarecidas. Reclamamos también por nuestra activista Marjory Lafontant, que había abandonado el país debido a las amenazas de muerte el 4 de noviembre de 2019, justo antes de la muerte de Charlot.
FACSDIS quiere recordar que el derecho internacional garantiza a todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, el derecho a disfrutar de protección, igualdad, el derecho a la vida, seguridad, privacidad, no discriminación, libertad de expresión, asociación y reunión, sin embargo nuestros miembros se enfrentan a contextos religiosos y sociales opuestos a las personas LGBTI, durante más de 8 años hemos estado haciendo promoción y sus acciones nos permiten prevenir muchas injusticias incluyendo la adopción de ciertas leyes discriminatorias. Especialmente el respeto de las mujeres.