Fragmento de Desbordar el silencio, tejer complicidades. Acciones y voces del feminismo neuquino por el derecho al aborto de Julia Burton (Tren en Movimiento, 2020).
Este libro se ocupa de las transformaciones sociales y culturales generadas desde el activismo feminista por el derecho al aborto en la ciudad de Neuquén. Particularmente enfatizo en aquellas acciones colectivas orientadas al cambio cultural por su pretensión de subvertir los modos dominantes de referir y sentir respecto del aborto*. Para ello analicé, principalmente, los acompañamientos a mujeres que deciden abortar con medicamentos (socorrismo) y la elaboración de un archivo de historia oral con testimonios de mujeres que abortaron.
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En este trabajo partí de una premisa: la generación de nuevas narrativas acerca de la experiencia social del aborto pone a circular afectos y sensibilidades que desafían los modos establecidos de sentir respecto de esta práctica y, simultáneamente, muestra nuevos posicionamientos subjetivos en quienes abortan alejándose de la eterna victimización (Vacarezza, 2015, 2017, 2018). El análisis que realicé sobre estos aspectos a lo largo del libro permite concluir que las acciones colectivas feministas estudiadas están orientadas a la transformación cultural por su pretensión de subvertir los modos dominantes de referir y sentir respecto del aborto. Estos cambios sociales, lejos de considerarse como abruptos e instantáneos, se presentan como fisuras que resquebrajan y transforman esos sentidos hegemónicos. Las feministas neuquinas asocian el aborto al alivio, al cuidado, a la reparación emocional, a la realización de pactos, a las complicidades.
Los sentidos políticos del aborto, en el caso de La Revuelta, involucran una densa trama entre aspectos pedagógicos, afectivos y el establecimiento de alianzas con diferentes sectores del entramado neuquino como una forma de hacer política. En el caso de Sin Cautivas, los sentidos se asocian al acto de “tomar la palabra” y de posicionarse como sujeto político frente al mundo, reflexionar sobre la experiencia vivida y dotarla de nuevos significados.
Las acciones colectivas desarrolladas por ambas organizaciones generan transformaciones subjetivas en las mujeres. Esto sucede tanto para el caso de aquellas que son entrevistadas para asentar testimonio en el archivo de historia oral, como en las que asisten a los talleres y son acompañadas por las socorristas en sus abortos con medicación. Pero también, las feministas que se involucran son transformadas.
La tarea de escuchar a otras es una acción feminista. El hecho de facilitar espacios en los cuales las mujeres hablen de sus abortos realizados o de sus decisiones de abortar es transformadora no sólo para ellas mismas, sino para las feministas que se disponen a escuchar. Hacerlo implica un aprendizaje y una apertura afectiva hacia esas historias que muestran diferentes situaciones de injusticia impuestas por la clandestinidad del aborto. Generar nuevas narrativas sobre las experiencias de aborto involucra repensar y deliberar sobre lo acontecido. En ese sentido, las feministas vuelven sobre sus acciones, reflexionan sobre sus intervenciones, sobre los modos de ejecutar su activismo, los sentimientos y afectos que las atraviesan y las formas en que definen el aborto. Además, conocer las experiencias de otras mujeres les permite conocerse a sí mismas y a sus cuerpos. En el caso particular del socorrismo también les permite a las activistas apropiarse de un saber sobre el propio cuerpo y no considerar que el único conocimiento válido es aquel que poseen las y los profesionales de la salud.
Por último, en ambas organizaciones el aborto no se considera como un “mal menor”, sino que emerge como una opción válida, como cualquier otra, de las que las mujeres toman a lo largo de su vida. Abortar es poder “hacer lo que tenías planeado”, darte una nueva oportunidad, “barajar y dar de nuevo” o “un método para evitar un mal mayor” que está representado por un embarazo no deseado, incompatible con los proyectos presentes en ese momento de la vida. Siguiendo esta secuencia lógica, el aborto se considera como un acto de afirmación de la autonomía en relación con los proyectos de vida, implica “tomar las riendas de tu propia vida”, significa una “reestructuración epistemológica” que habilita nuevas tomas de posición frente a la vida. Todos estos sentidos dirigen la atención hacia la legitimación del aborto como práctica, distanciándose de aquellas concepciones que solo son capaces de concebir al aborto como opción que evita la muerte. Asimismo, en el núcleo de lo legítimo tensionan la idea de la maternidad como destino y como única perspectiva elegible. Es decir, la posibilidad de que la maternidad y la no maternidad sean aspiraciones individuales consideradas en una misma escala de valores dentro de las elecciones vitales realizadas por las mujeres y el aborto un método que pone en acto la potencia de un deseo.
*Nayla Vacarezza (2018) denomina “modos dominantes de sentir con respecto al aborto” a los registros emocionales que asocian el aborto como una experiencia que solo puede inspirar terror, repugnancia, vergüenza, culpa y aberración. A lo largo del libro utilizo la expresión “modos dominantes” o “modos hegemónicos” de referir y sentir respecto del aborto en el sentido desarrollado por la autora mencionada.
El jueves 2 de diciembre se presentará “Desbordar el silencio, tejer complicidades. Acciones y voces del feminismo neuquino por el derecho al aborto” en Hasta Trilce. Participarán Alejandra Oberti, Nayla Vacarezza, Alejandro Schmied y la autora. La convocatoria es para las 18 horas en Maza 177 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
