El femicidio es colectivo

Diez varones son investigados, con distintas responsabilidades, por el femicidio de Araceli Fulles en San Martín. “El femicidio es colectivo: un pacto entre machos”, dijeron en un comunicado desde el colectivo Ni Una Menos.

Un total de diez varones son investigados, con distintas responsabilidades, por el femicidio de Araceli Fulles, en San Martín, al oeste del conurbano bonaerense. Además del presunto femicida, Darío Baradacco, fueron detenidos su hermano Hernán Badaracco, Carlos Damián Alberto Cassalz, dueño del corralón donde trabajaba el joven de 29 años; los hermanos Jonathan y Emanuel Ávalos y Marcos Ibarra. Están acusados de “homicidio agravado, por la cantidad de autores, y femicidio”. Por otra parte, Hugo Martín Cabañas y Marcelo Ezequiel Escobedo están detenidos por “encubrimiento”. Y, además, tres policías fueron separados de sus cargos.

“El femicidio es colectivo: un pacto entre machos”, dijeron en un comunicado desde el colectivo Ni Una Menos. El texto denuncia la inoperancia y complicidad policial durante los 27 días que la joven estuvo desaparecida. “¿Hace falta señalar el pacto de machos entre los femicidas, las fuerzas de seguridad y el aparato judicial? Se repite en muchos casos: cuando el policía le da una palmada al que viola una restricción perimetral y en vez de detenerlo le dice que no haga lío, que se vaya; en cada denuncia no tomada para salvar los antecedentes de los denunciados; en el encubrimiento, en las pistas falsas, en el aviso a los sospechosos para que puedan escapar”, señalaron desde NUM. 

Y evidenciaron la atmósfera detrás del femicidio de Araceli: “el femicida nunca mata solo. Se trata de un crimen grupal, sostenido en una lealtad de género y complicidad entre machos. Y sostenido fundamentalmente en unas economías que anudan los negocios entre la policía y el narco. Son estos negocios los que se adueñan y explotan la precariedad en los barrios”. Ayer hubo una movilización en el barrio, convocada por la familia de Araceli, para exigir Justicia.  

La causa está en manos de la misma fiscal que delegó la pesquisa en la policía Bonaerense e investigó el caso como “averiguación de paradero” hasta que encontraron el cuerpo de la joven en una casa propiedad de Baradacco. Se trata de Graciela López Pereyra, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de San Martín, quien actúa coordinadamente con  Héctor Scebba y Alejandra Alliaud. De los siete detenidos, el único que se negó a declarar fue el presunto femicida.

Además de los varones detenidos por el femicidio y encubrimiento, tres funcionarios policiales fueron separados de sus cargos. Ellos son: el subcomisairo Hernán Humbert, cabeza de la comisaría 8va de San Martín, el principal José Gabriel Herlein, de la comisaría 5ta y el subinspector Elián Ismael Ávalos, de Tres de Febrero. Ávalos es hermano de dosde los detenidos: participó de los rastrillajes que buscaron a Araceli.

Tras el hallazgo e identificación de Araceli, Badaracco estuvo prófugo hasta el viernes, cuando un grupo de mujeres de la Villa 1- 11- 14 lo reconoció en la calle. “Llamamos a Gendarmería y no nos hizo caso. Directamente se burló”, contó una de ellas en una entrevista televisiva. Las mujeres lo persiguieron varias cuadras e insistieron a los gendarmes, que finalmente lo atraparon y confirmaron su identidad. A Badaracco lo ayudaron los hombres, la encontraron las mujeres