Las cifras de la participación de las mujeres en el mundo cinematográfico continúa siendo muy baja, pero la unión y los reclamos son cada vez más fuertes. En el último Festival de Cannes, gracias al trabajo de las cineastas Celina Font, Rocio Gort y Sabrina Farji, se presentó un gran avance en las políticas del INCAA para la promoción de perspectivas de géneros y participación femenina en la industria audiovisual: el “Observatorio Emilia Saleny de perspectiva de género del cine Argentino”. Lleva el nombre de la primera directora de cine argentino y fundadora de la Academia de Cine a principios de siglo pasado. Se trata de un trabajo pionero en la región.
Entre 2010 y 2017 se estrenaron 1563 películas nacionales y sólo 211 fueron dirigidas por mujeres. Es una diferencia alarmante ya que las estudiantes en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), en la carrera de Diseño, Imagen y Sonido en la UBA y en la Universidad del Cine (FUC) representan un total de entre el 54% y el 60% del alumnado. “El problema está en la inserción laboral, del grupo con el que empecé, la mayoría de los hombres llegamos a ser directores de fotografía, pero la mayoría de mis amigas siguen siendo asistente de cámara”, cree Manuel Bascoy, director de fotografía y docente.
Entre 2010 y 2017 se estrenaron 1563 películas nacionales y sólo 211 fueron dirigidas por mujeres. Es una diferencia alarmante ya que las estudiantes en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), en la carrera de Diseño, Imagen y Sonido en la UBA y en la Universidad del Cine (FUC) representan un total de entre el 54% y el 60% del alumnado.
En una conferencia sobre este tema en el BAFICI organizada por ADF (Asociación de Autores de Fotografía Cinematográfica Argentina), la directora de fotografía Victoria Panero contó que, hasta hace poco, nunca se había replanteado la diferencia entre hombres y mujeres en su rubro, ya que tenía demasiado interiorizado que debía esforzarse más para demostrar que podía, solo por ser mujer. “La primera vez que me puse a hacer un recuento de de mis vivencias, fue increíble cómo empecé a darme cuenta que en realidad sí pasé por un montón de instancias en las que tuve que sostenerme, reafirmarme, darme fuerzas para salir adelante, simplemente por ser mujer”, agregó. Cabe aclarar que en esta asociación solo el 7% son mujeres, ya que la mayoría se estanca siendo ayudantes de cámara y muy pocas logran dirigir.
El gran problema es que sigue existiendo la creencia de que hay roles para mujeres, como vestuario o maquillaje, y roles para hombres, como dirección, producción o cargos técnicos, como cámaras, iluminación o electricidad. En la misma conferencia, el director Diego Dubcovsky lo dejó bien claro: “Por más de que a la hora de elegir las cabezas de equipo no las tenemos en cuenta, si existen diferencias. Hay roles en los que se necesita más fuerza y también está ese tema de que las mujeres se embarazan y tienen que dedicarse unos meses o años a esto”. No hace falta aclarar que tipo público es el que asiste a una conferencia con el nombre “El género invisible” a los ojos en un festival de cine y cuál fue la respuesta del mismo: risas, comentarios y hasta insultos.
En 1988 en Argentina se creó la organización “La Mujer y El cine” con la finalidad de promover y visibilizar el trabajo de las cineastas nacionales. Según la directora y presidenta de la organización Annamaria Muchnik, esta institución fue y sigue siendo un grano de arena necesario para que cada vez más mujeres se atrevan a filmar. Sabrina Farji, directora, productora y guionista de cine y secretaria de la asociación, cree que es fundamental el apoyo entre las mujeres de la industria. “Las mujeres jóvenes que quieren formarse en estas carreras relacionadas al cine confían en su futuro. Sin embargo luego la industria o el flujo laboral les da la espalda. El techo de cristal existe. Desde La Mujer y el Cine intentamos apoyar a las mujeres para que sigan creando y darles visibilidad. Queremos que cada vez más mujeres sean visibles en sus trabajos, se reconozcan y que ante una búsqueda laboral se piense y se usen de referencia los trabajos hechos por mujeres” concluyó.
Respecto a los géneros disidentes, la dramaturga, productora y directora María Victoria Menis asegura que hay producciones, aunque muy pocas, que están haciendo un gran esfuerzo para ser inclusivos. Gran parte de ellas son las que se dedican a la animación, pero si se las analiza, lo hacen a través de personajes alternativos. “Les cuesta encarar concretamente al ser humano distinto en una variación de género. Pero no nos debe asombrar. ¿Si les cuesta a las películas de adultxs llevar temas de géneros disidentes, como lo van a llevar a un nivel infantil? Lxs infantes están mucho más adelante. Menis defiende que cuanto más jóvenes las generaciones, más apertura se va a ir encontrando en el mundo del cine.
En muchos países se están empezando a plantar e implementar distintos proyectos y políticas de “discriminación positiva”, esto significa una aplicación de medidas a favor de grupos minoritarios o históricamente discriminados. El gran faro en el camino es Suecia. Anna Serner, directora del instituto de cine sueco, puso en práctica el programa Towards a Gender Equal Film Production, que responde con una acción a cada argumento o explicación que diga que la equidad en el cine es imposible. Por ejemplo, la contestación a quienes decían que la diferencia era porque había pocas mujeres en el mercado, fue crear una web para visibilizar a todas las cineastas nórdicas, desde las primeras en la historia hasta las de hoy. A la vez organizan mentorías, acompañamientos y realizan constantemente monitoreos de su financiación, para poder identificar dónde deben enfocarse para defender la igualdad de género en su industria cinematográfica. Así fue como lograron grandes resultados: de 2005 a 2014, pasaron de un 19% de películas dirigidas por mujeres en cartelera a un 50%.
Existen otros países en camino: en España, a partir de una reforma en 2015 dentro de su sistema de puntaje para adquirir financiación, se incrementó el reparto de puntos para producciones que tengan mujeres en puestos de dirección, guión, producción y equipo creativo. En el caso de Canadá, su organización pública de cine (The National Film Board of Canada), tras un estudio realizado en 2014 el cual mostró que las directoras solo representaban un 17%, se comprometió a alcanzar la paridad de género destinando el 50% de financiación de proyectos a mujeres.
El Observatorio Emilia Saleny
El Observatorio Emilia Saleny de perspectiva de género del cine Argentino es un trabajo pionero en la región y generó mucho interés en su presentación en Cannes. Analizará películas nacionales estrenadas en 2017 para lograr datos cuantitativos y cualitativos con el fin de reflejar qué rol ocupa delante y detrás de cámara la mujer. Es un relevamiento que mostrará la participación femenina en áreas técnicas, dirección, guión, producción, como fuerza de trabajo y analizará los roles dentro de las historias y cómo son contadas las mujeres desde el cine nacional. Los resultados completos se presentarán en el mercado de cine VENTANA SUR en diciembre de 2018 y serán publicados por el Instituto Nacional de las Mujeres( (INAM) y el Instituto Nacional de Cine (INCAA).