La Mesa Agroalimentaria Argentina es una articulación que nuclea a las y los pequeños y medianos productores, cooperativas, movimientos campesinos y de la agricultura familiar. Está integrada por el Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra (MNCI-ST), la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT), la Federación de Cooperativas Federadas (FECOFE), la Federación de Organizaciones Nacionales de la Agricultura Familiar (FONAF) y las Bases Federadas.
Desde sus inicios, en el año 2021, realiza diferentes acciones políticas tanto de incidencia y participación institucional como de visibilización pública con el objetivo de poner en el centro a quienes alimentan a gran parte de la población argentina. “Queremos ser un interlocutor válido de este sector fundamental que produce leche, carnes, hortalizas, frutas, verduras y también muchos de los procesados que consume la población”, explica Natalia Manini de la Coordinación del Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra (MNCI-ST).
Según el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA) del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), realizado en el año 2022, hay 76.869 unidades productivas de la agricultura familiar inscriptas en el país. En ese marco, para la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP), si bien éstas unidades productivas poseen tan solo el 13 por ciento de la superficie cultivable, son las que aportan el 70% de la dieta diaria del país.
El otro campo, como las mismas organizaciones lo llaman, hace referencia al trabajo de productores y productoras campesinas que viven y producen alimentos en pequeñas y medianas extensiones lejos de la lógicas de los grandes productores y con el compromiso de abastecer el mercado interno y alimentar al pueblo argentino. Mientras que las empresas y grandes terratenientes nucleados en la Mesa de Enlace se preocupan por el valor de las retenciones y los impuestos de exportación, la Mesa Agroalimentaria prioriza las relaciones solidarias y cooperativas para producir alimentos sanos y a bajo costo.
Durante los dos últimos años, la Mesa Agroalimentaria construyó un programa que contiene distintos proyectos de ley como el acceso a la tierra, arrendamiento, semillas, protección de los territorios campesinos indígenas y la promoción del cooperativismo, entre otras. El objetivo es complementar estas iniciativas con las acciones cotidianas que sostienen las organizaciones campesinas en el país de manera histórica.
La mirada del movimiento campesino es crucial en el actual contexto electoral. No se trata solamente de quienes alimentan a la mayor parte de la población sino también de quienes desarrollan prácticas respetuosas con la naturaleza. Prácticas de multiplicación de semillas nativas y criollas, de producción agroecológica y conservación del monte nativo que toman mayor relevancia frente al actual contexto de crisis climática.Pero, además, se trata de quienes más sufren el impacto de crisis climática en su vida cotidiana con sequías, inundaciones y pérdida de cosechas.
“No podemos pensar únicamente en la ganancia y no pensar en el planeta, por eso votamos en contra de los que creen que lo único que importa es producir y vender sin pensar su relación con el medio ambiente”, denuncia Salvador Torres, secretario general del Movimiento Agrario de Misiones (MAM). Mientras el candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei, niega la crisis climática y propone la privatización de los bienes comunes, el otro campo se planta y construye las alternativas necesarias para salvar a la humanidad de su propio colapso.
El campo que alimenta y propone
Como parte de la Vía Campesina, el MNCI-Somos Tierra resalta la importancia de luchar por la soberanía alimentaria, es “el único camino que puede alimentar al mundo”, destaca Natalia Manini. De esta manera, explica la vocera, la soberanía alimentaria puede ser entendida como “el derecho que tienen todos los pueblos de poder decidir cómo y de qué manera acceder a los alimentos respetando sus culturas, el valor de su trabajo y promoviendo el desarrollo local”. En este recorrido, como primer paso, se proponen “poder disputar la cantidad y la disponibilidad de alimentos para bajar su precio”.
“Argentina es un país que tiene condensada su población en ciudades enormes, pero que todos comemos cotidianamente de lo que se produce en el campo”, recuerda la lideresa para quien “defender los territorios campesinos es defendernos de la especulación, promover cultivos diversos y sustentables”. Por ese motivo, para Manini, no se puede pensar a la ciudad separada del campo: “No hay otra forma de pensar en alimentar a la población mundial que no sea fortaleciendo al sector campesino porque es un sector que no especula. Es fundamental que en las ciudades valoren esa riqueza que tenemos para poder alimentarnos mejor”.
El otro campo es, también, el que tiene soluciones concretas a las múltiples crisis que atraviesa el país: “Proponemos, por un lado, comercializar cerca y que cada vez sean menos las manos intermediarias para que el producto sea más accesible”, apunta Manini quien además remarca la importancia de promover el cooperativismo a través de fondos rotativos y créditos a los productivos. “Desde la mesa agroalimentaria promovemos los almacenes, las ferias, los circuitos cortos, es incomprensible que un alimento tenga que viajar desde otro continente cuando se produce en el nuestro”, sostiene la lideresa.
Por otro lado, Manini resalta la importancia de la agroecología como práctica fundamental para mitigar la actual crisis climática.“La Agroecología y el campesinado estamos enfriando el planeta. Es la única manera de evitar que sigamos destruyendo el planeta hasta llegar a niveles en los que ya no hay retorno”, asegura la vocera del MNCI-Somos Tierra. Para Manini, “la agroecología es una alternativa política al sistema agroalimentario tradicional tal cual lo conocemos que envenena y concentra, así es muy difícil que podamos pensar en el alimento como algo accesible”.
El campo con memoria
El Movimiento Agrario de Misiones (MAM) es una organización sindical que nuclea a pequeños y medianos productores en defensa de la tierra. Surge de las Ligas Agrarias del Nordeste, una articulación que se enfrentó al modelo de desarrollo de los años 70 y que fue perseguida durante la última dictadura cívico militar, recientemente reivindicada por los integrantes de La Libertad Avanza, partido que encabeza Javier Milei quien disputará su lugar en el balotaje del próximo domingo.
Para el secretario general del MAM, Salvador Torres, el accionar de Javier Milei y sus partidarios no es únicamente negacionismo: “Es un intento de volver a esa política, quieren partir el país en dos, de generar odio, de someter a los ciudadanos, a las fuerzas del mercado, de la forma que pueden, así sea, excluyendo, matando, violentando todo lo que significó la dictadura”. Desde su experiencia, señala que en el MAM “tenemos compañeros que han sido perseguidos, exiliados, torturados, asesinados por la dictadura, nos toca muy de cerca y por eso estamos haciendo un enorme esfuerzo para tratar de revertir esta elección”.
El negacionismo de La Libertad Avanza es un peligro para la democracia argentina. Así como celebran los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura niegan la crisis climática y los riesgos que ésta podría tener en la vida de las mayorías. Para Torres ese accionar no es casual: “No les importa nuestra vida”.
Mientras que para el candidato Javier Milei “el calentamiento global es una farsa”, desde los territorios la crisis climática existe y necesita su atención: “Nosotros estamos totalmente convencidos de que hay un cambio climático que vino para quedarse, que se está profundizando y que es consecuencia del accionar del hombre, de la contaminación, de la falta de cuidado del ambiente, de falta de políticas de mitigación”, se lamenta Torres.
Para el MAM, la situación es crítica “en Misiones estamos atravesando temperaturas por encima de lo normal. La semana pasada tuvimos un tornado, nunca nos había pasado, tuvimos periodos de sequía como nunca y ahora una temporada de extrema lluvia”. En ese contexto, para su vocero es “preciso que el gobierno que asuma tome la cuestión ambiental como central en su agenda”. Para ello primero debería reconocerla.
El campo que se posiciona
“Creemos que Sergio Massa, como Ministro de Economía, en corto tiempo tuvo un gesto importante hacia nuestro sector que hace rato no se veía, nos hace pensar que quizás podemos mejorar mucho más a partir de que llegue al gobierno”, explica Natalia Manini del MNCI-Somos Tierra al respecto. Desde su experiencia, sostiene que al acompañar la candidatura de Sergio Massa, los movimientos campesinos pueden “ser parte de esa construcción”. Remarcan que si bien, no creen “que el gobierno vaya a hacer todo porque no va a funcionar, el otro campo tiene que ser parte de la construcción de políticas para el sector, para los del país profundo en el que vivimos la gran mayoría de los agricultores familiares del país”.
Por su parte, desde el MAM de Misiones, sostienen que “es necesario un Estado presente que ponga al menos algo de justicia en las relaciones entre los que más tienen y los que menos tienen”. Torres recuerda que el sector de agricultura familiar es un sector históricamente relegado, “a pesar de que somos productores de alimentos, a pesar de que estamos ocupando hasta el último rincón del territorio, a la hora de la aplicación de políticas nos cuesta muchísimo que sean orientadas hacia nuestro sector”.
Sin embargo, durante los últimos años, el referente destaca que se lograron “algunos reconocimientos muy importantes como, por ejemplo, acceder a la jubilación y a las pensiones más allá de los aportes, nuestro sector siempre aportó pero las empresas que recibían los aportes nunca pagaron al Estado”. Además, destaca la importancia de políticas de educación, programas para juventudes o salarios universales que han tenido un fuerte impacto en las comunidades rurales: “Tal vez en las ciudades un salario familiar no representa mucho por el grado de consumo que tienen, pero para quien está en la chacra, allá en medio del campo es un aporte muy bueno”.
“Tenemos un trabajo totalmente insalubre, las políticas actuales han podido contener a todos los compañeros que tienen problemas de deficiencia, en gran mayoría por problemas de haber trabajado duro en la chacra, de haberse contaminado, de haberse pescado un cáncer por el trabajo con agroquímicos, de haberse roto la columna por el esfuerzo, con esto se contiene”, reflexiona Torres. En ese sentido, para el vocero del MAM, ese es el rumbo que debe tomar el país: “Todo lo que sea conquista de derechos para nosotros tiene que profundizar y en eso el Estado tiene que estar totalmente presente, no es posible defenderse si no está el Estado”.