“Lo importante es despertarnos”: una crónica del estallido en Chile

En diciembre de 2020 la editorial Hormigas Negras presentó La caída del jaguar. Crónica del estallido social en Chile, libro escrito por el periodista y escritor Gonzalo León sobre la revuelta que comenzó en octubre de 2019 y aún no está claro qué fichas moverá en el jaguar de latinoamérica, el modélico Chile neoliberal y racista. Recomendadísima lectura.

Al fin una crónica hecha y derecha, modelo clásico del género con cronista que especula, cuenta su historia vinculada al tema, hace citas de su biblioteca arbitraria, da mucha data y está ahí para llevarnos de viaje al borde de la escena. Gonzalo León, escritor, crítico y periodista chileno radicado desde 2011 en Buenos Aires se toma un avión a Chile tan pronto puede, hastiado de visitar la primera línea de fuego por YouTube, y cuando llega lo que encuentra es Santiago de Chile en proceso de invención de otro tiempo. León trata de entender y trata de contar, como cualquier periodista, entrevista a referentes, va y mira, revisa sus propios papeles, elucubra teoría política y como en toda buena crónica, avanza dudando junto con el relato. 

La caída del jaguar. Crónica del estallido social en Chile, editado por la editorial Hormigas Negras, es un texto desde “el interior de los acontecimientos, en las vísceras del levantamiento”, como dice Horacio González en el prólogo, pero narrado con “una suerte de derecho al desapego”. León va a avanzar un poco enamorado de lo que pasa y un poco desconfiado, risueño, poniéndose a salvo de todo eso que ocurre, asumiendo que no es ni nunca fue un capucha (así se llama a lxs manifestantes que se cubren la cara para protegerse del gas, el humo y la identificación policial), ni es un cabro chico, ni evade los molinetes, ni es ya un militante político. León merodea las barricadas, se toma una cerveza con amigues a la vuelta de la marcha y piensa, piensa, cómo llegamos a todo esto. 

En ese intento es llamativo que el cronista sea capaz de viajar en el tiempo y en el espacio con tanta facilidad, para eso se sirve de dos elementos, por un lado de sus trabajos escritos cuando era periodista en el diario La Nación de Chile —entre los que hay una desopilante y macabra entrevista al entonces candidato a presidente, actual durante octubre de 2019 y ¡aun actual! presidente Piñera— y sus memorias personales como estudiante universitario y militante en los 90; y, por otro lado, para viajar en el espacio se sirve de entrevistas que realizó en esos días de periplo por la convulsionada Santiago, León visita zonas de la insurgencia sin ponderar una sobre la otra, se mueve por el territorio del feminismo, del movimiento indígena, de la diversidad, el sindicalismo, la lucha estudiantil, los organismos de DDHH, lxs trabajadores de la cultura, va pasando de posta en posta buscando unir todos los puntos en un dibujo que explique cómo llegamos hasta acá y qué viene ahora. Esta última pregunta, formulada como una disyuntiva entre revolución o revuelta, permanece aún irresuelta, ¿acaso es solo un chispazo o el inicio de un cambio de estructura? ¿qué es la nueva constituyente? ¿cómo son las revoluciones en el siglo XXI? León recurre a sus amigues, a Siri Hustvedt, a Zizek, a Paul Preciado, a T. S. Eliot y no resuelve pero “lo que importa es que despertamos”, va a contestarse.

“No puedo creer que la democracia no haya asegurado el respeto de los Derechos Humanos”, dice varias veces el cronista, espantado por los altísimos niveles de represión que propuso el gobierno de Piñera y su elite política. Y desde ese no creer, perplejidad progresista básica ante el horror, León va a erigir sus hipótesis. Que si la represión es equivalente a la intensidad del levantamiento y qué fue lo que hizo que este crack se diera en 2019 y no antes, en tantas otras protestas estudiantiles masivas que hubo durante el siglo XXI en Chile. La potencia de los feminismos puede ser ese factor sorpresa, como un actor político que genera un manto de osadía en lxs jóvenes que saltan por primera vez el molinete del Metro, y condensan en ese evade la respuesta a una historia de burlas al pueblo llevadas adelante por los sucesivos gobiernos a través de, entre otras cosas, el aumento en el transporte.

Es un libro maravilloso para leer de un tirón y entusiasmarse por lo que todavía es posible, por lo que hizo posible la juventud chilena cuando salió a protestar para otres (los aumentos no repercutían en lxs estudiantes, sí en sus mayores) y desencadenó un proceso imposible hace unos años: abrazar al fin como propia la bandera mapuche, identificarse como un pueblo oprimido, decidir cambiar la Constitución. Un libro para brindar por la caída del jaguar y la lucha histórica del pueblo chileno contra el neoliberalismo.

Conseguí el libro acá.