“El fútbol femenino no le interesa a nadie”
Esa afirmación es respuesta y argumento cuando se esgrime la falta de condiciones de desarrollo de la disciplina, los bajos – o nulos- salarios de las jugadoras, las diferencias de premios con el masculino, la no apertura de los grandes estadios para los equipos femeninos de los clubes y así una larga lista de etc. Esta falsa afirmación es acompañada -muchas veces también reemplazada- y enfatizada por la siguiente: “El fútbol femenino no vende”. Esta premisa ha sido escuchada en boca de dirigentes que no tienen intención de invertir en la disciplina. La dijo, entre muchos otros, Juan Sebastián Verón, vicepresidente de Estudiantes de La Plata, ex jugador de la selección nacional masculina. ¿Es necesario que una disciplina venda para que se invierta en su desarrollo? Bueno, en la gran estructura del deporte profesional, las dirigencias entienden que sí. Lo saben y lo sufren muchxs deportistas. Sobre todo las mujeres, lesbianas y trans. Entre ellxs, por ejemplo, las integrantes del equipo nacional de cestoball que llegaron hasta India, a disputar el mundial con un subsidio de la Secretaría de Deportes de la Nación y buscando ellas mismas sponsors para financiarse el viaje y la estadía. Y salieron campeonas.
Alexia Putellas es hoy la mejor jugadora del mundo. La capitana de la selección española volvió al campo de juego después de una lesión en su rodilla que la dejó sin jugar por nueve meses. Pero la futbolista no sólo es contundente, precisa, filosa y desequilibrante dentro de la cancha, si no también fuera de ella. “Es un círculo. Si no hay visibilidad, la gente no sabe que el equipo femenino juega este fin de semana. Entonces nadie lo ve. Entonces no vende, entonces no hay dinero, entonces el femenino no genera. Cuando hay un corte en alguno de estos tramos se rompe la cadena”, dijo en una entrevista en el diario español Sport.
Entonces, ¿el fútbol femenino no le interesa a nadie?
Pongamos los datos sobre la mesa y veamos por dónde puede romperse esa cadena de la que habla la futbolista española.
En los 48 partidos de primera ronda de la Copa, lxs espectadorxs en los estadios fueron más de 1.2 millones, que es aproximadamente 25 mil personas en cada encuentro. Esto significa un crecimiento del 29 por ciento respecto al mundial de Francia 2019. La FIFA anunció que ya hay vendidas en total 1.8 millones de entradas en total y que ese número seguiría creciendo. De esta forma, Australia- Nueva Zelanda se transforma en la edición del mundial femenino con mayor asistencia en la historia.
A los 51 minutos, Steph Catley, defensora del Arsenal de Inglaterra, patea el penal tras una infracción contra Hayley Raso. Convierte el único gol que Australia le marcará a Irlanda esa tarde del 20 de julio en el Stadium Australia de Sydney. Ese partido, hasta ahora, batió un récord de público para un partido de fútbol femenino en Copa del Mundo con la presencia de 75.784 personas.
Para vos, que lo mirás por TV
La selección argentina quedó afuera en la fase de grupos, después de dos derrotas y un empate. Sin embargo, tras la caída frente a Italia en la primera fecha, la transmisión del partido contra Sudáfrica, que se disputó en horario nocturno, se convirtió en el programa más visto de la televisión nacional de ese día, con picos de 12,3 puntos de rating, medición de IBOPE que corresponde sólo al Área Metropolitana de Buenos Aires. A casi 19 mil kilómetros y once horas de distancia, en China más de 54 millones de personas vieron el partido en que su selección perdió por 6 a 1 contra Inglaterra.
Días antes de viajar a Nueva Zelanda, la defensora y subcapitana de la selección nacional argentina, Aldana Cometti también había hecho hincapié, como Alexia Putellas, en el punto de la visibilización. Así como le va fuerte a las rivales cuando pisan el área, la central, en conferencia de prensa, apuntó directamente a los grandes medios de comunicación: “Lo importante sería que vayan (al mundial) porque el mundial pasado había sólo uno”. Después, agregó: “Es lo que necesitamos mejorar porque al final del día lo que no se ve por televisión no existe”.
A último momento y a contrarreloj, algunos medios argentinos sacaron los pasajes y enviaron a sus periodistas a cubrir el Mundial. Mucho, por supuesto, tuvieron que ver ellas, las mismas trabajadoras, en esa insistencia y en esas gestiones. Otras, viajaron de forma autogestionada. El resultado fue una cobertura más extensa y más plural que en Francia 2019 donde éramos apenas un puñado de periodistas escribiendo, haciendo móviles y videos, aquí y allá. Los medios, en ese entonces, se acordaron mucho más tarde de interesarse por el mundial que en esta edición.
¿Quiénes son? ¿Dónde están?
“¡¿Quiénes son?! ruge sonriente la one, Moria Casán y manda un saludito a LatFem. Esta semana, un colega preguntó en redes si las periodistas estaban contando historias del mundial femenino, porque no las estaba encontrando. El tono del mensaje sonó a reto. Después, frente a las respuestas de algunas de nosotras pidió disculpas porque explicó que la intención era otra. Sin embargo, puede espejarse esa invisibilización del fútbol femenino de la que hablan Putellas y Cometti en la tarea de las trabajadoras de los medios de comunicación que vienen siguiendo el Mundial. No sorprende ni una ni otra. Sin embargo, así como el fútbol femenino existe desde hace muchísimos años aunque muchxs no lo hayan visto, ni seguido y pongan cara de sorpresa cuando se enteran de que se juega una Copa del Mundo o que Argentina goleó a Inglaterra en el Azteca en 1971, también hay periodistas – y muchísimas- siguiendo en distintos medios y distintas latitudes el mundial y contando sus historias. En este tuit dejé una lista de algunas a las que pueden seguir.
¿Qué ves cuando me ves?
La FIFA sabe desde hace mucho tiempo que el fútbol femenino es el nicho donde debe apostar para aumentar sus ingresos, porque según sus análisis el masculino está tocando el techo económicamente hablando. Las marcas y sponsors también lo saben y hacia acá vienen. Cada vez son más las publicidades en torno al fútbol femenino, y el mundial tiene las suyas particulares –acá pueden encontrar varias-. ¿Qué muestran las publicidades?¿Cómo representan a las futbolistas?
Algo huele rancio todavía en algunas de ellas, y como ejemplo puedo poner la publicidad de una marca portuguesa que reúne varias cuestiones a analizar y que en muchas otras se repite. Por rancio me refiero a putrefacto y por putrefacto me refiero a todavía tener que legitimar el fútbol que juegan las mujeres, lesbianas, no binarixs, trans a partir de la mirada de un varón hetero-cis, en este caso, encarnado en una figura paterna. La nena, que deviene futbolista, jugadora de un club y luego de su selección espera con ansias la aprobación y la mirada -esquiva al comienzo- de su padre. La veremos luego alegrarse cuando él la vaya a ver jugar. Buscará su abrazo, el de su padre -no el de su madre que está al lado en la tribuna-, finalmente cuando convierta un gol en un gran estadio. Quienes la forman, la entrenan y la dirigen también son varones. En esta publicidad, como en muchas otras, la unidad de medida sigue siendo una masculinidad, como si el fútbol femenino no existiera por fuera de la validación por parte de las masculinidades. Algo que hemos visto una y mil veces en la historia del fútbol y en su narrativa también en los medios de comunicación.
La unidad de medida sigue siendo el varón heterosis. Una empresa telefónica de Francia también utiliza las masculinidades como punto de partida pero le da una vuelta más a esto y en esta publicidad invita a la sorpresa y la reflexión. Spoiler alert. Si no la viste, frená acá y experimentá vos mismx qué sensación te genera.
Ahora sí. Se trata de un compilado de jugadas de la selección masculina de Francia, en las que se los puede ver a Mbappé, Griezmann y varios subcampeones del mundo tirando magias con mucha calidad, metiendo golazos y armando jugadas colectivas de alto nivel. Guau. “Qué bestias”, dijo una amiga que lo vio. “Juegan increíble, te desarman cuando agarran la pelota”, dijo otra. Dos que saben de fútbol, de jugarlo y de analizarlo. Nadie imagina lo que hay detrás de esas jugadas realmente. Es como ese meme de Scoby Doo donde Fred Jones saca la máscara del fantasma. Vos, yo, mis amigas, Pachi y Gachi pensamos -¡obviamente!- que esas bestiales jugadas solo podían corresponder a la selección masculina francesa. Pero no, la publicidad muestra el trabajo de edición por detrás: las artífices son las futbolistas del equipo nacional. La publicidad busca desarmar la idea de que jugar bien al fútbol es solo potestad de los varones cis, y pone sobre la mesa que no está en el campo de la imaginación de muchxs que esas jugadas puedan ser elaboradas por las futbolistas.
¿Hay publicidades que no se apoyen en las masculinidades como unidad de medida, como elemento comparativo, como factor de legitimación o validación del fútbol femenino? Sí, algunas hay y apostamos a que habrá, en el futuro, muchas más.
Les dejo dos yapas. O tres, en verdad. Mi publicidad favorita del Mundial de Francia 2019 es la de un banco alemán en donde sus jugadoras hacen un repaso, con mucha gracia, sobre las desigualdades a lo largo de la historia de la selección interpelando directamente a lx espectadorx. Y el otro es argentino. Este año una empresa de cervezas emitió esta pieza audiovisual donde, con la canción del mundial de 1998, muestran a algunas protagonistas de las distintas épocas del fútbol nacional. Un emotivo y reivindicativo comercial que está basado en esta pieza que hace unos años hizo la periodista Delfina Corti, utilizando material de archivo. Del poco archivo que hay.
Ahora sí, espero que hayan estado ricos los pochoclos.
Nos encontramos en la próxima postal que llega con historias.