Pasaron cinco días desde aquel momento en que Aitana Bonmatí y Tere Abelleira roban en conjunto la pelota en el centro de campo a las jugadoras inglesas, pasaron cinco días desde que Mariona recibe un cambio de frente sobre el costado izquierdo del ataque español y hace una pausa. Espera. ¿A quién? Pasaron cinco días desde que Olga Carmona recibe la pelota en el borde del área, filtrada entre las piernas de sus rivales y la deja apenas unos segundos, acomodarse sobre el césped, girar sobre su misma circunferencia. Pasaron cinco días desde que Olga Carmona arremete con su zurda a esa pelota, que cruza todo el área en diagonal y se mete al arco defendido por Mary Earps. Pasaron cinco días desde que Olga Carmona levanta la Copa del Mundo por primera vez después de enterarse que su padre había fallecido antes de que el partido comience.
Pasaron cinco días pero la fiesta continúa. Aitana, Tere, Mariona, Olga y todas sus compañeras de selección aún siguen festejando el campeonato mundial que consiguieron el domingo 20 de agosto, después de ganarle por 1 a 0 a Inglaterra frente a casi 76 mil personas en el estadio Accor de Sidney, en un partido que marcó un récord de asistencia en un mundial femenino de fútbol y que fue seguido por seis millones de personas por la televisión española, un hecho histórico y que supera a varios encuentros del último mundial masculino.
Pasaron cinco días y en esta postal repasaremos lo que dejó el camino de España en el mundial y esa final, en particular. Adentro y afuera del campo de juego.
España en la cancha
Las dirigidas por Jorge Vilda llegaron a Australia y Nueva Zelanda dentro del tándem de selecciones favoritas a quedarse con la copa, a pesar de que esta fuera la tercera edición de un mundial del que participaban. En Canadá 2015 quedaron afuera en fase de grupos y en Francia 2019 se volvieron a casa en octavos. No es fácil ganarse ese lugar en tan poco tiempo, ni tampoco es fácil sostenerlo a lo largo del torneo. España lo hizo. Lo hicieron sus jugadoras. En la copa más igualada en términos futbolísticos, y más disputada de los últimos años, en las que equipos de bajo perfil se rebelaron -y revelaron- , en la que selecciones que son potencias quedaron rápidamente en el camino, las españolas se quedaron con su primer campeonato del mundo. Golearon a Costa Rica y a Zambia, las goleó Japón. Se recompusieron. Golearon a Suiza en octavos. Se impusieron a Países Bajos, otra de las favoritas en cuartos por 2 a 1, y después, por el mismo resultado hicieron que Suecia fuera a pelear por el tercer lugar. Salvo contra las japonesas, el equipo tuvo un rendimiento constante, apoyado en el juego asociado, en los toques rápidos y en los traslados de sus jugadoras con buen pie. La selección supo lidiar con una Alexia Putellas volviendo de una lesión, una referente que entró sólo en momentos precisos. Tuvo suficiente cuerpo colectivo para sostener esa falta, que a priori en los papeles, lxs periodistas decían, le iba a costar el trofeo. Pero no.
De los tres reconocimientos entregados al final del campeonato, dos se los quedó España. Aitana Bonmatí fue elegida como la mejor jugadora del torneo y Salma Paralluelo, como la mejor jugadora joven. Con tan solo 19 años, la delantera ya es campeona en las tres categorías de la selección. En ellas dos, la Roja tuvo dos de sus piezas claves para haber conseguido la copa. La distinción a mejor arquera se la quedó Mary Earps, de Inglaterra, que fue fundamental para que su equipo terminara el torneo con sólo tres goles en contra en siete partidos.
Afuera de la cancha. Esta Copa es de ella, de ella, de ella y de ella también.
“Me gustaría acordarme de las que no están. Muchas de las condiciones que han tenido las futbolistas en este último Mundial ha sido gracias a la lucha de este último año para poder competir en este Mundial. Para ellas no será fácil, pero son parte de este triunfo. Merecen parte del reconocimiento y respeto del público”. Las palabras son de la futbolista Verónica Boquete. Lo dijo en la transmisión de la final en la televisión española. Antes había dicho que sería “políticamente incorrecta”. Boquete tiene una bocaza. Una de esas que no se calla nada. Boquete fue capitana de la selección y una de las referentes que llevó a La Roja a disputar su primer mundial en 2015.
Las jugadoras hacían referencia a Mapi León, a Patri Gujarro, a Nerea Eizagirre, algunas de las futbolistas que, junto con otras doce enviaran correos electrónicos a la Federación Española de Fútbol pidiendo algunos cambios en el cuerpo técnico y explicando sus incomodidades con el DT, que era apoyado por los dirigentes, entre ellos Luis Rubiales.
Boquete sabe lo que dice cuando lo dice y cuándo lo dice. A ella también le costó el puesto en la selección enfrentarse a un director técnico y a la dirigencia. Ignacio Quereda dirigió a La Roja desde 1988 a 2015. En este documental se recupera la historia de esos 27 años y la violencia que ejerció sobre el plantel. Después de la Copa del Mundo en 2015, Boquete fue una de las referentes del pedido de salida del entrenador. A él lo fueron pero a ella también. ¿Quién era el presidente por entonces de la Federación? Luis Rubiales. Cuando sacó a Quereda, consultó a uno de sus asesores, Ángel Vilda, el coordinador del fútbol femenino, a ver a quién ponía al frente del plantel. Ángel tenía un nombre: Jorge Vilda. Su hijo. Luis Rubiales es el mismo que hoy continúa al frente del organismo y que entregó las medallas a las jugadoras el día de la final.
Una fiesta que se empantanó
Los medios debían estar siguiendo a las jugadoras, debían estar analizando el rendimiento y recorrido futbolístico de España en el mundial, debían estar reflexionando sobre el juego de las campeonas que se impuso por sobre el de Inglaterra, debían estar escuchando a las futbolistas hablando de su alegría por haber conseguido su primer campeonato del mundo. Pero los medios debieron poner el foco en otro lado porque el presidente de la Federación, ese mismo Luis Rubiales que mencionamos antes, ese mismo que sacó a Quereda pero tambièn a las jugadoras que hablaron de sus violencias sostenidas hacia el plantel, después de darle la medalla dorada a Jennifer Hermoso, le agarró la cara a la jugadora, la acercó hacia la suya y le dio un beso en la boca. Las cámaras lo tomaron.
Un rato después, en un vivo de instagram de Salma Paralluelo, se lo escucha al mismo Rubiales en el vestuario con las jugadoras, mientras ellas festejan. Les dice que la Federación les dará un viaje a Ibiza. Y acota: “Ahí nos casaremos con Jenni”.
Entonces, la noticia del título conseguido se empaña. Con razón.
Pasaron cinco días desde aquel momento y los medios españoles hablan de una salida inminente de Rubiales de la Federación. En el medio, varias cosas. El dirigente esgrimió, a comienzo de semana, lo que él consideró un pedido de disculpas. “Me he equivocado. Lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, de manera muy espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes”, dijo. ¿Es esta acaso una disculpa?¿Es esta una reflexión sobre lo que hizo? Bueno, por suerte no somos pocxs lxs que pensamos que no. A mitad de semana, la vicepresidenta española, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero celebraron la posible dimisión del cargo por parte del dirigente y señalaron el acto como una agresión sexual. Por su parte, la FIFA anunció de manera oficial que abrirá un expediente disciplinario en contra de Rubiales. La Liga Profesional de Fútbol Femenino de España denunció sus actos y solicitó la inhibición del funcionario. Mientras tanto, Jennifer Hermoso hizo su descargo a través de la Asociación de Futbolistas Profesionales (FUTPRO), que emitió un comunicado donde señaló que están “trabajando para que actos como los que hemos visto nunca queden impunes y sean justamente sancionados”.
Todo esto -sumado a las críticas que recibió de varias jugadoras, ex jugadoras, jugadores de fútbol, a una denuncia en su contra que hizo una ex trabajadora de la Federación, a que se hicieron públicas las presiones que recibieron las jugadoras para hablar a favor tanto de él como de Vilda- llevaba a pensar que Rubiales dejaría su cargo. Pero no. Hoy dio una conferencia y dijo: “El asunto del beso es mutuo y consentido, sé que me he equivocado, pero ¿creen ustedes que es para esta cacería? No voy a dimitir, no voy a dimitir”. Usó la palabra “espontáneo”, usó la palabra “eufórico” y subrayó la palabra “consentido” para describir al beso que le dio en la boca a Jennifer Hermoso. Y luego, fue más allá, acusó a quienes rinden “pleitesía al falso feminismo, que es una gran lacra en este país”. En las butacas hubo aplausos. Entre ellos, el de Jorge Vilda, el entrenador de la selección. Rubiales lo buscó con la mirada y le aseguró: “Hemos pasado mucho juntos Jorge. Te han querido hacer lo mismo a ti que ahora me hacen a mí. Hemos sufrido mucho, hemos tragado mucho pero hemos estado juntos”. Uníos los dos, ellos dos en su mar de sufrimiento y victimismo. Mientras tanto, el Consejo Superior de Deportes elevará todas las denuncias que le hicieron llegar contra Rubiales al Tribunal Administrativo del Deporte.
Ada de nuevo se planta
Si hablamos de jugadoras que se plantan, el nombre de Ada Hegerberg no puede no aparecer. La jugadora de Noruega estuvo fuera de su selección durante seis años, tras exigir condiciones de igualdad para el fútbol femenino a su federación. Este año volvió a vestir la camiseta nacional en el Mundial y tomó, nuevamente la palabra. Fue después de que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, hablara en una conferencia de prensa en Sidney. “Elijan las batallas adecuadas. Ustedes tienen el poder de cambiar, de convencernos a los hombres de lo que tenemos que hacer y de lo que no. Háganlo. Solo háganlo”, dijo. La jugadora usó el humor para responder. En su cuenta de Twitter le contestó: “Estoy armando una pequeña presentación para convencer a los hombres, ¿quién se suma?
Sarina, la finalista
Casi imperceptible la figura de la directora técnica de Inglaterra durante los partidos. Calma sostiene y transmite desde el banco. Habla con su cuerpo técnico, da indicaciones pero pocas veces se acerca hasta la línea de cal y vocifera. Sólo en los goles su cuerpo se expande y contrae en un grito. Sarina es la única DT que logró llegar a una final de la Copa del Mundo con dos selecciones diferentes. La primera vez fue hace cuatro aos, con países Bajos en Francia y ahora con Inglaterra. En ninguna de las dos se quedó con el título sin embargo, Sarina se va victoriosa. ¿Quién logra tremenda hazaña? Además, es la primera mujer que suena como posible reemplazo del técnico Gareth Southgate al frente de la selección masculina de Inglaterra. En caso de que la Federación Inglesa de Fútbol efectivamente la convoque y de que ella acepte cambiar el rumbo de su carrera como DT, Wiegman rompería otra barrera más.
La despedida
El mundial sacudió sus bases, las bicampeonas fueron destronadas, muchas selecciones perdieron brillo, otras jugaron de igual a igual frente a las potencias aunque en sus países las ligas no sean profesionales, aunque sus federaciones no apoyen el desarrollo de la disciplina, aunque las condiciones sean radicalmente diferentes. Se terminó un mundial que multiplicó la asistencia de público en los estadios y la audiencia televisiva. Hubo figuritas y pósters para poner en álbumes o colgar en las paredes a las jugadoras que ahora lxs pibxs pueden tener como ídolas. Hubo magias en el campo de juego, futbolistas jóvenes que ilusionan, futbolistas que se retiraron y dejaron su legado y hubo goles gritados de madrugada y derrotas impensadas.
Se terminó el Mundial. Nos encontraremos en cuatro años, quizás, con nuevas postales y nuevas historias.